Hollywood prepara su desembarco en la industria cinematogr¨¢fica de China
Los estudios californianos tienen todav¨ªa el escollo de la burocracia oficial
Los ejecutivos de Hollywood est¨¢n impacientes desde hace muchos a?os por hacer entrar en China sus productos y es posible que su d¨ªa se aproxime. Se prev¨¦ que este a?o se vendan en China 5.000 millones de entradas de cine, aproximadamente cuatro veces m¨¢s que en Estados Unidos. Hay en este vasto y superpoblado pa¨ªs, adem¨¢s de un alt¨ªsimo consumo de cine, incomparables exteriores para rodajes e incluso muchos directores, t¨¦cnicos e int¨¦rpretes de probada profesionalidad y talento. Pero queda por salvar el obst¨¢culo de la burocracia china.
Responsables de los principales estudios de Hollywood acudieron a China el mes pasado para asistir al festival de cine de Shangai y negociar el estreno en este pa¨ªs de sus pel¨ªculas, as¨ª como la construcci¨®n de parques de atracciones relacionados con el cine y la venta de mercanc¨ªas vinculadas a pel¨ªculas.Mike Medavoy, un veterano productor de Hollywood, estuvo negociando con algunos potenciales socios chinos sobre c¨®mo llevar a cabo este proyecto. La actriz Faye Dunaway tambi¨¦n estuvo all¨ª en esas fechas, negociando con Chen Kaige, el c¨¦lebre y galardonado director chino de Adi¨®s a mi concubina, la posibilidad de rodar, con ¨¦l al frente, una pel¨ªcula sobre la vida de la escritora estadounidense Pearl Buck, que durante los a?os treinta vivi¨® en China.
La industria cinematogr¨¢fica china empieza a abrirse paso en los mercados internacionales, y en el festival de Shangai un funcionario anunci¨® que en 1996 se pondr¨¢ fin al monopolio estatal de las distribuidoras, lo que permitir¨¢ a productoras privadas distribuir por primera vez pel¨ªculas en China.
La asistencia al cine en China se ha reducido desde su cota hist¨®rica de 14.000 millones de entradas en 1992, a causa del auge del mercado de v¨ªdeos piratas. Los productores de estos v¨ªdeos tienen amplio acceso a pel¨ªculas de estreno que raras veces se pueden ver en las salas. Pero este a?o la asistencia empez¨® a aumentar de nuevo, en gran parte porque las autoridades chinas permitieron el estreno de 10 grandes ¨¦xitos extranjeros. Los ingresos en taquilla de Mentiras arriesgadas, Velocidad l¨ªmite y El fugitivo son compartidos con los estudios que las produjeron. En el pasado, en China s¨®lo se pagaba un reducido canon fijo por cada pel¨ªcula importada.
Mentiras arriesgadas y Velocidad l¨ªmite fueron muy rentables y atrajeron a millones de espectadores a las salas, pese a que ambas pel¨ªculas hab¨ªan sido pirateadas antes de su estreno. Se espera que por lo menos diez pel¨ªculas m¨¢s se estrenar¨¢n en estas condiciones en 1996.
United International Pictures (UIP), que distribuye pel¨ªculas en el extranjero para las majors Universal, Paramount y MGM, firm¨® un contrato durante el festival de Sanghai para llevar tres de ellas a China: Goldeneye, Apolo 13 y una pel¨ªcula de acci¨®n producida en Hong Kong.
Aunque parece que la censura ideol¨®gica a las pel¨ªculas occidentales se est¨¢ suavizando, en el Gobierno chino sigue habiendo muchos bur¨®cratas decididos a mantener pleno control sobre sus feudos. Por otra parte, los ejecutivos de cine extranjeros que acuden a China se enfrentan a un laberinto de confusas normativas y restricciones; y a un sistema de distribuci¨®n arcaico, lo que contrasta con una industria de cine en un estado, abierto o larvado, de radical renovaci¨®n.
Los 16 principales estudios de cine chino desean cooperar con los norteamericanos para obtener fondos, ya que el Gobierno chino les ha restringido cr¨¦ditos y subvenciones. Sin embargo, las autoridades chinas est¨¢n empezando a comprender que un medio que siempre hab¨ªan considerado c¨®mo instrumento de propaganda podr¨ªa transformarse en un negocio muy rentable.
Un desaf¨ªo
Los ejecutivos del cine norteamericano que intentan dar sus primeros pasos en China se encuentran de esta manera frente al extraordinario desaf¨ªo de conjugar el car¨¢cter libre y derrochador caracter¨ªstico de Hollywood con los ahorrativos y prudentes comportamientos de los estudios chinos, pol¨ªticamente dominados por la burocracia del r¨¦gimen. Peter Dekom, abogado de Hollywood, afirma: "Venir a hacer negocios a China es como poner el pie en otro planeta".
Como muchas industrias estatales, los estudios de cine chinos conforman unos complicados conglomerados y entramados de actividades operativas muy dif¨ªciles de manejar, que a veces se embarcan en una desconcertante serie de transacciones y operaciones inconexas entre s¨ª, adem¨¢s de arrastrar una pesada carga de obligaciones sociales, como los jardines de infancia, las cl¨ªnicas m¨¦dicas y los edificios de apartamentos destinados a las plantillas a sueldo.
Wu Mengchen, presidente de la empresa estatal China Film Import & Export, comenta: "La industria cinematogr¨¢fica China se encuentra en plena transici¨®n. Una de las principales caracter¨ªsticas de su situaci¨®n actual es que est¨¢ modific¨¢ndose el tipo de gesti¨®n socialista por un estilo de gesti¨®n de tipo capitalista".
Las principales productoras de Hollywood quieren entrar en liza sin demora, haciendo caso omiso a esta situaci¨®n inestable de la industria y del mercado cinematogr¨¢fico chino. Columbia Tri-Star abri¨® este a?o una oficina permanente en Pek¨ªn. Erh Fei Liu, vicepresidente de Smith Barney, que financia la producci¨®n de cine en Asia, afirma: "Ahora todo consiste en tomar posiciones, para que, cuando llegue el momento, estemos preparados. Es como coger un buen lugar en la cola, a la espera del d¨ªa de paga".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.