No estoy asustado
En relaci¨®n con la carta de do?a Mar¨ªa Asunci¨®n Garc¨ªa Maynar, publicada en estas p¨¢ginas el 3 de diciembre, desear¨ªa se publicase lo siguiente:Soy espa?ol, var¨®n, sin estudios universitarios y con un puesto de trabajo estable desde hace 25 a?os. Mis hijos, ambos, han asistido a la escuela durante el horario lectivo establecido y despu¨¦s, en el parque cercano a casa, han jugado con la tierra, han hecho carreras de chapas, han bailado la peonza y se han fabricado espadas con trozos de maderas.
Mientras tanto, sus compa?eros, la mayor¨ªa, practicaban deporte de competici¨®n para estimular su competitividad, ingl¨¦s para ser los primeros en clase, inform¨¢tica para conocer antes que nadie las nuevas tecnolog¨ªas, etc¨¦tera. Resultado: ni?os de edades comprendidas entre 4 y 12 a?os que soportaban horarios laborales de 60 horas semanales.
Ahora, mis hijos saben utilizar sus momentos de ocio y estoy seguro de que, cuando se incorporen al mundo laboral optar¨¢n po aquellos trabajos que les permitan tener tiempo libre para disfrutar del gran placer de no hacer nada. Tambi¨¦n estoy seguro de que no tendr¨¢n dificultad en repartir el trabajo con sus hijos y con los hijos de los dem¨¢s. ?Sabr¨¢n hacer lo mismo la mayor¨ªa de los j¨®venes de su edad? Me temo que no; no les hemos ense?ado a disfrutar los momentos de ocio porque no han conocido tales momentos.
Aquellos polvos trajeron estos Iodos; y lo peor est¨¢ por venir cuando esos hijos de la competitividad, el esfuerzo y el saber lleguen al poder, a nosotros los em¨¦ritos improductivos nos recluir¨¢n en lugares apartados para que no entorpezcamos su ocupad¨ªsima jornada laboral.
A¨²n as¨ª no estoy asustado, mi esposa y yo tenemos dos hijos que son simplemente humanos y no pozos de sabidur¨ªa y conocimientos que no saben estar sin hacer nada y, obviamente, son incapaces de repartir su trabajo con los dem¨¢s.-
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