La presidencia espa?ola intenta que la UE negocie con el r¨¦gimen cubano
La presidencia espa?ola de la UE intentaba ayer a ¨²ltima hora que el Consejo Europeo diese luz verde a negociar un acuerdo de cooperaci¨®n con Cuba, ¨²nico pa¨ªs de Am¨¦rica Latina sin ¨¦l. Te¨®ricamente, eran los ministros de Exteriores los que ten¨ªan que haber dado el 4 de diciembre su visto bueno a la apertura de tal negociaci¨®n, pero el jefe de la diplomacia espa?ola, Javier Solana, no se lo solicit¨®.
Cuando se celebr¨® el ¨²ltimo Consejo de Ministros de Exteriores bajo presidencia espa?ola, el informe que la troika de la UE, presidida por el espa?ol Yago Pico de Coa?a, hab¨ªa pasado ya tres cribas: la del grupo de trabajo Am¨¦rica Latina, la del Comit¨¦ Pol¨ªtico y la de los embajadores de los Quince acreditados ante la Uni¨®n.El siguiente tr¨¢mite era el Consejo de Ministros, pero Solana no lo dio. La explicaci¨®n formal era que la delegaci¨®n alemana hab¨ªa formulado objeciones que no garantizaban su aprobaci¨®n. El ministro prefiri¨® no correr el riesgo de que se rechazase, lo que, junto a la soluci¨®n del caso del escritor Salman Rushdie, era uno de los antojos de su presidencia.
La verdadera raz¨®n es algo diferente, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas. El 2 de diciembre, el secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, critic¨® en Madrid las prisas de la UE por estrechar lazos con el cubano y, al d¨ªa siguiente, Bill Clinton firm¨® con el jefe del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, la Nueva Agenda Trasatl¨¢ntica que actualiza las relaciones entre Estados Unidos y Europa.
A Solana le pareci¨® casi una provocaci¨®n proponer en Bruselas, 24 horas despu¨¦s de que Clinton pasase por Madrid, aprobar la apertura de negociaciones con La Habana. Adem¨¢s, al d¨ªa siguiente, el 5 de diciembre, iba a ser nombrado secretario general de la Alianza Atl¨¢ntica gracias, entre otras cosas, a que el presidente norteamericano y su secretario de Estado se hab¨ªan encargado de vencer las ¨²ltimas reticencias de Canad¨¢ y el Reino Unido.
El jefe de la diplomacia espa?ola hab¨ªa so?ado adem¨¢s con viajar a la isla -ciudad que ning¨²n ministro espa?ol de Exteriores ha pisado desde hace nueve a?os- antes de fin de a?o, pero su nuevo cargo al frente de una organizaci¨®n en la que predomina Estados Unidos se lo ha impedido.
Ayer hab¨ªan transcurrido 12 d¨ªas desde que Clinton pas¨® por el palacio de La Moncloa y el presidente Felipe Gonz¨¢lez se atrevi¨® a volver a la carga con Cuba. En el documento final de la cumbre que ha sometido a sus hom¨®logos, los Quince encargan a la Comisi¨®n que presente un mandato para negociar con La Habana un acuerdo de cooperaci¨®n econ¨®mica y comercial durante el primer semestre de 1996.
El mandato y, m¨¢s tarde, el acuerdo deber¨¢n ser aprobados por el Consejo de Ministros de Exteriores, y su luz verde depender¨¢ de la evoluci¨®n de la situaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica de Cuba. El prop¨®sito del acuerdo consiste, reza el texto presentado por la presidencia espa?ola, en apoyar el proceso de reformas en curso, alentar el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales y ampliar el ¨¢mbito de la iniciativa privada.
Concretamente, la Uni¨®n pretende obtener una reforma del C¨®digo Penal cubano y la consiguiente excarcelaci¨®n de todos los presos pol¨ªticos, que Amnist¨ªa Internacional eval¨²a en torno al medio millar. En su negociaci¨®n de acuerdos de asociaci¨®n con pa¨ªses ¨¢rabes mediterr¨¢neos como T¨²nez o Marruecos, Bruselas nunca ha formulado exigencias similares en materia de derechos humanos.
Las reticencias alemanas a estrechar lazos con Cuba han sido achacadas por la diplomacia espa?ola al ministro de Exteriores alem¨¢n, el liberal Klaus Kinkel. El canciller alem¨¢n, Helmut Kohl, es considerado como m¨¢s susceptible de dejarse convencer por su amigo Gonz¨¢lez y aceptar que se ponga en marcha uno de los pocos objetivos que se hab¨ªa fijado la presidencia espa?ola y que todavia no ha alcanzado.
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