H¨¦roe
Han sido necesarios millones de a?os para que los hombres dejaran de andar a cuatro patas. Es la primera cota estrat¨¦gica que la humanidad conquist¨®. Algunas personas, llevan esa categor¨ªa en el fondo del esp¨ªritu: la simple dignidad de estar de pie. Por eso los espa?oles hemos agradecido al general Guti¨¦rrez Mellado que no lo tumbaran. A los soldados el valor se les supone. Sus actos de hero¨ªsmo suelen acontecer en los desiertos, en alta mar o en la profundidad de los barrancos. Luego los cronistas, de guerra nos cuentan sus batallas. No todos les creen. Pero la buena estrella le depar¨® al general Guti¨¦rrez Mellado un lance de oro: demostrar en directo a trav¨¦s de la televisi¨®n c¨®mo se comportan los h¨¦roes. El asalto al Congreso corri¨® a cargo de unos cuatreros que llevaban la guerrera desabrochada y frente a ellos el general se mantuvo derecho y en jarras. No se permiti¨® siquiera un reflejo condicionado cuando las balas a su espalda le silbaron por la oreja. Ese v¨ªdeo hoy es el mejor spot publicitario de la dignidad personal. Con el tiempo se convertir¨¢ en la versi¨®n moderna de los antiguos cantares de gesta: formas de transmitir viejas hazanas a las nuevas generaciones. Esas im¨¢genes, del valor de un hombre se pasar¨¢n infinitas veces por televisi¨®n mezcladas con anuncios de detergentes, colonias varoniles, cremas y pastas: junto con otras mercanc¨ªas entrar¨¢n a formar parte de la conciencia colectiva. Era uno de esos militares con dise?o anglosaj¨®n que en los pa¨ªses altamente tecnificados acuden al despacho en traje gris con paraguas y que no acostumbran a perder ninguna guerra. Desde la ¨¦poca de Esparta se sabe que cualquier naci¨®n regida por su propio Ej¨¦rcito es una naci¨®n militarmente d¨¦bil. Por eso Guti¨¦rrez Mellado jugaba al bridge. Pero nunca olvid¨® que la primera haza?a que el ser humano realiz¨® fue ponerse en pie y que esa cota nunca hab¨ªa que perderla, puesto que cost¨® millones de a?os conquistarla. Gracias, general, por no haber sido tumbado. Esa fue, sin duda, nuestra gran victoria.
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