Islam en Bosnia, entre el credo y el est¨®mago
Guerra, moda e identidad explican el creciente uso del 'chador' en Sarajevo
En la calle de Vase Miskina -hoy Ferhadija- se entrelazan, como en una enso?aci¨®n el Sarajevo austriaco y el turco. Por ella, igual que en una pasarela, pulula la vida con sus disfraces. Dos muchachos con estrafalario corte de pelo y pendiente de bot¨®n en la oreja izquierda tararean una canci¨®n de moda. A sus espaldas, tres muchachas de piel tersa y ojos esquivos aceleran cogidas del brazo. Las tres visten de largo tocadas con un chador (tradicional vestimenta musulmana), dos la llevan negro y una blanco.Parecen arrancadas de las calles de Teher¨¢n o de Kuwait. "Es s¨®lo una moda pasajera", asegura Resid Bilalic, director de la madrasa (escuela isl¨¢mica) de Sarajevo. "Es una consecuencia de la guerra", a?ade.
Las organizaciones isl¨¢micas de ayuda humanitaria, sobre todo las de las monarqu¨ªas gobernantes del golfo P¨¦rsico, son el caballo de Troya. "Pagan 50 marcos alemanes por hijo hasta dos, que es mucho dinero, a familias bosnias que han perdido al padre. Es ayuda humanitaria, nada m¨¢s, pero a cambio exigen que sean buenos musulmanes", explica un miembro de Unprofor familiarizado con el asunto. El mismo director de la madrasa lo reconoce impl¨ªcitamente: "Hay mucha gente que utiliza el chador porque cree que as¨ª recibir¨¢ m¨¢s ayuda".
Un diplom¨¢tico occidental considera que el mayor uso del chador es una consecuencia de la err¨®nea pol¨ªtica seguida por Europa en Bosnia. "La islamizaci¨®n se frena con un McDonald's y una buena televisi¨®n. La sociedad de consumo es el mejor ant¨ªdoto del fanatismo", dice. A Resid Bilalic no le parece que esto sea un problema grave. "Se ve a mujeres con chador en Par¨ªs y Londres y nadie se preocupa... En cambio, si hay algunas en Sarajevo se convierte en un problema".
Senija tiene 19 a?os y voluptuosos labios te?idos de carm¨ªn rojo. Va a la moda, conjuntando los tres colores que le dej¨® la guerra. "A m¨ª no me molesta que lleven chador. Cada uno es libre de ir como quiera. ?Esto es una democracia! Si a m¨ª nadie me obliga a vestir as¨ª, no puedo obligarles a vestir como yo". ?ste es un sentimiento generalizado. F¨¢tima, otra adolescente pizpireta, repite la tesis de Senija. "Lo ¨²nico que s¨¦ es que yo no me pondr¨ªa el chador ni aunque me pagaran cien marcos".
En el ¨²ltimo curso de secundaria de la madrasa, instituci¨®n fundada en 1537, en una clase de varones, nadie viste chilaba ni cualquier otra prenda ajena a la tradicion bosnia. Tan s¨®lo pantalones de batalla, jers¨¦is de color mustio y camisas de cuello lijado. Adnan, de 19 a?os, habla como un pol¨ªtico. Defiende acaloradamente la tradici¨®n isl¨¢mica. Lo hace con verbo florido. No se siente m¨¢s cerca de un franc¨¦s que de un kuwait¨ª. "Yo s¨®lo me siento bosnio", afirma, indicando que se trata de un camino intermedio. Ante la pregunta de cu¨¢ntos de ellos desear¨ªan ver a su mujer con chador, una nube de brazos reclaman una afirmaci¨®n. Son 27 alumnos. ?Y en casa tambi¨¦n? "En casa no", dice Adnan, entre un estallido de carcajadas.
El director de la madrasa insiste en que s¨®lo se trata de una moda, sin m¨¢s importancia. "El islam es el mismo aqu¨ª que en Arabia Saud¨ª. Es como el agua. S¨®lo var¨ªa el envase, la forma y el color del vaso, ¨¦sa es la tradici¨®n y las costumbres, que no afectan al contenido".
En la madrasa femenina, un edificio crema al otro lado del r¨ªo, muy cerquita de la sinagoga jud¨ªa, las alumnas, todas, visten de largo y usan chador. No parecen bosnias. Emina Karadzic, musulmana, soporta con resignaci¨®n la coincidencia del apellido. Aspira a ser periodista. Ya en la madrasa trabaja en un peri¨®dico semanal. Es de Sarajevo. "Visto as¨ª porque me gusta", asegura. "Nadie me obliga a llevar el chador en la calle".
Esma es de Zenica, en Bosnia central, donde m¨¢s ha prendido la reislamizaci¨®n y donde se halla el principal centro de muyahidin. "Uso el chador porque as¨ª me lo ordena Dios", afirma sin pesta?ear, "porque el chador protege a la mujer". Ninguna de las 32 alumnas de la clase se casar¨ªa con un no musulm¨¢n. "Lo proh¨ªbe la religi¨®n", explica un profesor.
Rijajet, de pelo blanco, sonrisa en la cara y manos de pianista, utiliza el saludo ¨¢rabe. Es muy religioso. Cree que el aument¨® del uso del chador obedece m¨¢s al final del comunismo, que prohib¨ªa est¨¢s manifestaciones religiosas, que a cualquier otra raz¨®n.
A Mohamed, musulm¨¢n no creyente, se le atragant¨® la fe durante la guerra. "Es cierto que en esta situaci¨®n l¨ªmite, de miedo y angustia, muchas personas han vuelto sus ojos hacia Dios", admite, "pero a m¨ª me ha pasado justo lo contrario". "?Que si me gustar¨ªa ver a mi mujer vestida con el chador? A m¨ª como me gusta es verlas sin nada", sentencia.
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