Comunismo y amor

Rodada y estrenada en Italia antes de las elecciones de 1993, Mario, Mar¨ªa y Mario ten¨ªa en ese contexto un significado pol¨ªtico muy distinto del que ahora tiene en Espa?a. Viejo militante comunista, el director y guionista Ettore Scola ha tratado el tema del comunismo y el amor en repetidas pel¨ªculas. Sin embargo, ahora lo hace con unas intenciones muy distintas, excesivamente did¨¢cticas.Comose dec¨ªa en la d¨¦cada de los cincuenta, es una pel¨ªcula de mensaje, una sencilla par¨¢bola pol¨ªtica que trata de exponer la crisis que el Partido Comunista Italiano atraviesa a principios de los a?os ochenta a trav¨¦s de la crisis sentimental de una pareja de militantes de base. Despu¨¦s de haber crecido a la sombra del comunismo, Mario, el tip¨®grafo del diario comunista L'Unit¨¤, y su mujer, Mar¨ªa, empleada de una farmacia, adoptan posiciones antag¨®nicas ante la renovaci¨®n del partido. Esto da lugar a que ella, que es partidaria del inmovilismo, tenga una aventura sentimental con el t¨¦cnico en electr¨®nica Mario, tambi¨¦n comunista e inmovilista.

Apoyada en la tradici¨®n del neorrealismo y la "comedia a la italiana", Mario, Mar¨ªa y Mario funciona a la perfecci¨®n como comedia sentimental, al estilo de aquellas que en los a?os cincuenta escrib¨ªa y produc¨ªa Sergio Amidei. Sin embargo, como par¨¢bola de la situaci¨®n del Partido Comunista Italiano en 1983 resulta demasiado elemental e incluso falsa. Tal como deja demasiado claro su simplista final, donde los tres protagonistas se unen de nuevo para luchar contra un grupo de neonazis y, curiosamente, acaban separ¨¢ndoles unos cuantos ni?os ricos.

Obra menor de Ettore Scola, que en esta ocasi¨®n, y tal como suele ser habitual en ¨¦l, no brilla m¨¢s como guionista que como director, Mario, Mar¨ªa y Mario es una obra interesante, muy por encima de la media del cine norteamericano que inunda tanto nuestras pantallas como las de toda Europa.

En gran parte est¨¢ apoyada en el atractivo trabajo de tres grandes actores: la estupenda Valeria Cavalli, el m¨¢s conocido Enrico Lo Verso y el menos brillante Giulio Scarpati.