Ojal¨¢ alguien hiciera una de romanos
Amigos, las cosas cambian. S¨ª, estoy convencido de que este a?o las cosas han cambiado profundamente. Este a?o ha muerto un concepto maldito, un estigma que supuraba desde hace d¨¦cadas. Almod¨®var vaci¨® un bote de alcohol sobre la herida y la limpi¨® profundamente. Este a?o, Fernando Trueba ha quitado las vendas y la herida hab¨ªa desaparecido. Estoy hablando de la herida en el costado del cine espa?ol, estoy hablando de la espa?olada.La espa?olada es historia. Two much ha conseguido romper las barreras de lo imposible; ya no somos cutres. Somos gente seria que hace pel¨ªculas que se ver¨¢n en todo el mundo. Pero no en circuitos para listos, para los cuatro colgados folk, ardientes amantes de la magia del Tercer Mundo. No. Hacemos pel¨ªculas que se ven en los grandes circuitos comerciales. Estamos jugando en primera divisi¨®n. Estamos haciendo cine. Tan grande como el que m¨¢s. Como el que ve la gente en Suiza, en Burbank, en Sebastopol. Ya no vale jugar al juego de la buena intenci¨®n, del Curioso Enfoque Europeo. Basta ya de ir de outsiders, de f¨®siles del pensamiento. La coartada de ellos juegan con ventaja no funciona, y menos todav¨ªa la m¨¢s peligrosa y tan utilizada de lo que pasa es que no me entienden. Fernando ha demostrado que su pel¨ªcula gusta a la gente porque es buena, y es buena porque gusta a la gente. Se acab¨®. Y estoy convencido de que esto va a m¨¢s.
Lo importante es convencer al p¨²blico de que el cine espa?ol no es un g¨¦nero, como las del oeste y las de romanos. Basta ya. Es cierto, durante mucho tiempo, hay que decirlo, hemos co?ado bastante a la gente. Y la gente no da demasiadas oportunidades. Todas las pel¨ªculas cuestan lo mismo. Parque Jur¨¢sico, Cuatro bodas y un funeral o Rojo cuestan lo mismo que cualquier pel¨ªcula que hagamos nosotros. Seiscientas cincuenta pesetas. Eso es lo que paga la gente por verla. Hay que convencer a las parejas, a los ni?os, a las madres y a los punkis de que una pel¨ªcula espa?ola puede contar cualquier historia. Las de antes -ojal¨¢ pudi¨¦ramos llegar al tobillo del maestro Berlanga-, las de ahora o las de pasado ma?ana. Comedias, dramas, en blanco y negro o en relieve. Ciencia ficci¨®n, o de k¨¢rate. Ojal¨¢ alguien hiciera una de romanos. Hay que convencer a la gente de que una pel¨ªcula espa?ola puede ser divertida, terror¨ªfica, excitante, inteligente, fren¨¦tica, encantadora, inquietante, apasionante. Como las americanas, como las finlandesas, o las neozelandesas. Pero, por favor, no defendamos jam¨¢s el aburrimiento.
Babelia
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