Retrospectiva de James Abbe,el fot¨®grafo de las 'estrellas' del cine mudo
El artista americano cre¨® c¨¦lebres im¨¢genes de la trastienda del Hollywood fundacional
Muchos son los que conocen la apasionada fotograf¨ªa de 1922 de Rodolfo Valentino y Natasha Rambova en Los cuatro jinetes del apocalipsis; las tomas de Chaplin en El peregrino y de Jackie Coogan y Chaplin en El chico pero pocos saben qui¨¦n las hizo. Ahora, y hasta el 24 de marzo, la National Portrait Gallery de Londres rinde homenaje a su autor, James Abbe (1883-1973), uno de los mejores fot¨®grafos americanos de los a?os veinte, que se hizo c¨¦lebre con sus retratos de estrellas del cine y el teatro, como Dorothy y Lilian Gish, Louise Brooks, Fred Astaire, Mary Pickford y Charlie Chaplin.
Ahora, cuando el resto del planeta acaba la celebraci¨®n del centenario del nacimiento del cine, los ingleses conmemoran el suyo propio. No puede haber mejor ocasi¨®n para llevar a cabo El encanto de las candilejas, la amplia exposici¨®n sobre Abbe, el maestro que capt¨® con su c¨¢mara, como nadie, los inicios y a?os dorados del s¨¦ptimo arte. Comienza con el primer gran reportaje que 1910 realiz¨® para el Washington Post cuando parti¨® para informar de la visita de la flota americana de guerra a Inglaterra, que pretend¨ªa impresionar al K¨¢iser; recorre su trabajo en Nueva York, Hollywood, Roma, Berl¨ªn, Par¨ªs y Londres cuando trabaj¨® para el cine y el teatro, y acaba en 1936, con su ¨²ltimo encargo en la guerra civil espa?ola.En sus dos facetas, la de retratista de las estrellas de los a?os veinte, y la de pionero del fot¨®grafo-reportero testimoniando los dram¨¢ticos cambios de la cultura europea y de la situaci¨®n pol¨ªtica en sus viajes de los veinte y treinta, Abbe est¨¢ en la cima de los grandes fot¨®grafos de nuestra ¨¦poca. James Edward Abbe naci¨® en el a?o 1883, en el Estado de Maine. Su padre, un vendedor de libros, le ofreci¨® una infancia itinerante que continuar¨ªa toda su vida. Cuando ten¨ªa 10 a?os, tras ver una c¨¢mara que pertenec¨ªa al novio de su hermana, comenz¨® a interesarse en la fotograf¨ªa. Era una peque?a Kodak que pod¨ªa cargarse a la luz del d¨ªa; James persuadi¨® a su padre para que adquiriera licencia para vender c¨¢maras, y as¨ª obtuvo su primera Kodak por un d¨®lar. En poco tiempo le apodaron el chico fot¨®grafo" del Newport News, el peri¨®dico de su ciudad. A los 20 a?os asisti¨® por primera vez a un espect¨¢culo de Broadway y cautivado por la experiencia decidi¨® consagrarse a eternizar aquel mundo m¨¢gico.
Sus primeros logros fueron fotograf¨ªas de equipos de deporte de colegios de ni?as. Tuvieron tal ¨¦xito que el director de Vanity Fair, revista en la que posteriormente trabaj¨®, le convenci¨® para que se mudara a Nueva York. Era 1917, el a?o que cambi¨® su vida. Conocido por los principales agentes teatrales de la ciudad ya antes de instalarse, no tard¨® en ganarse una reputaci¨®n internacional.
Su primer encargo de celebridades fue retratar a Franc¨¦s Starr (cuya vida fue llevada al cine por Jessica Lange). Con Frances paso dos d¨ªas realizando fotos de menera minuciosa y llena de ingenio. Su publicaci¨®n en Vogue le abri¨® las puertas de una lista innumerable de celebridades. En pocos meses no hab¨ªa producci¨®n de Broadway que no llevase este pie: "Foto de Abbe". Fueron a?os intensos en un mundo de posguerra saturado de teatro. La visi¨®n interna de Abbe nos ofrece el sentimiento de des preocupaci¨®n y euforia que reinaba en aquel periodo. El estilo de retrato que perfeccion¨® tras marcharse a Nueva York, lleno de efectos m¨¢gicos, encajaba de forma ideal con las im¨¢genes de enso?aci¨®n creadas por las estrellas, directores y c¨¢maras de la edad de oro del cine mudo. As¨ª, aconsejado por David Griffith, que entonces empezaba, se traslad¨® a Hollywood donde consolid¨® su fama. Con ¨¦l crear¨ªa una relaci¨®n permanente y logr¨® sus trabajos mas po¨¦ticos, lo que le abri¨® todas las puertas.
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