"La violencia callejera nos tiene asfixiados"
Gobernador civil de Guip¨²zcoa desde septiembre de 1994, Juan Mar¨ªa. J¨¢uregui Apalategui utiliza el euskera en sus alocuciones a los guardias civiles del cuartel de Intxaurrondo. Nacido hace 44 a?os en Legorreta, en la comarca, guipuzcoana del Gohierri, admite que la violencia callejera tiene "asfixiada" a la sociedad vasca y sostiene que la Ertzaintza debe intervenir en las contramanifestaciones de HB. Antiguo comunista (1973-1989) y encarcelado por participar en las protestas contra el juicio de Burgos, milita en el PSE-PSOE.Pregunta. ?Qu¨¦ resultados ofrece un a?o despu¨¦s la nueva etapa que el equipo del ministro Belloch abri¨® en Interior?
Respuesta. Ofrece transparencia y eficacia en todos los terrenos, incluido el de la lucha antiterrorista. La ¨²ltima serie de atentados no debe hacemos perder la perspectiva de que la democracia est¨¢ ganando la batalla a ETA, aunque ¨¦sta sea una pelea sujeta a avances y retrocesos c¨ªclicos. Lo novedoso es que a los alentados hay que a?adir ahora una violencia callejera dise?ada por ETA y HB que multiplica, la impresi¨®n de anormalidad en Euskadi y que nos tiene verdaderamente asfixiados. Frente a eso, lo que hay que hacer es actuar con la ley en la mano.
P. ?Percibe usted indefensi¨®n en los ciudadanos e impunidad en los agresores?
R. Est¨¢ claro que los autores de los destrozos y de las agresiones act¨²an con una notoria sensaci¨®n de impunidad, especialmente, aqu¨¦llos que operan encapuchados. Y est¨¢ claro que entre los ciudadanos existe una sensaci¨®n ele indefensi¨®n en la medida en que comprueban que las agresiones quedan impunes. Hay que atajar el sentimiento de frustraci¨®n hacia sus propias fuerzas de seguridad que ha empezado a extenderse en los ciudadanos.
P.?Cree que hay frustraci¨®n hacia la Ertzaintza? ?No existe un cierto solapamiento entre las distintas polic¨ªas y un conflicto latente con los jueces?
R. Soy un autonomista ferviente y, por tanto, un firme de fensor de la Ertzaintza, pero creo que tiene que intervenir ante las contramanifestaciones reiterada mente prohibidas, tal y como lo hizo en Ordizia cuando los manifestantes de HB trataron de in terceptar la marcha ciudadana de apoyo a la propia polic¨ªa auton¨®mica. Por lo dem¨¢s, cada cual, jueces y polic¨ªas, deben realizar su trabajo, por duro que resulte. Si los jueces dicen que s¨®lo se pueden cursar denuncias personalizadas, la polic¨ªa tendr¨¢ que entrar en las contramanifestaciones e identificar al tipo que, encapuchado o arropado por su gente, se dedica a amenazar y a gritar "ETA, m¨¢talos". Contra lo que reclaman algunos, yo no creo que haga falta crear ninguna figura jur¨ªdica nueva, estando como est¨¢ a punto de entrar en vigor el nuevo C¨®digo Penal.
P. ?La nueva etapa en Justicia e Interior ha llegado tambi¨¦n al cuartel de Intxaurrondo?
R. En el cuartel de Intxaurrondo se ha abierto, efectivamente, una nueva etapa, entre otras cosas porque existe, de hecho, un nuevo jefe. Respecto a las acusaciones que se han lanzado contra ese cuartel, me parece que ninguna persona sensata deber¨ªa dar cr¨¦dito a las imputaciones gen¨¦ricas. Toda acusaci¨®n gen¨¦rica conlleva s¨ª misma el riesgo de incurrir en a gran falsedad lo que s¨ª estoy muy dispuesto es a considerar y a investigar todas y cada una de las acusaciones concretas sobre personas determinadas que puedan hacere. Lo que me consta es que en el cuartel de Intxaurrondo se trabaja actualmente muy bien, con un alto nivel profesional.
P. ?Usted habr¨ªa nombrado general al anterior jefe del acuartelamiento, Enrique Rodr¨ªguez Galindo?
R. A m¨ª no me correspond¨ªa adoptar esa decisi¨®n. Es una hip¨®tesis que no he querido plantearme.
P. ?El nuevo equipo de Interior no se hab¨ªa asignado la misi¨®n de depurar las supuestas responsabilidades de miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado en los asesinatos de Lasa y Zabala y las muertes de otros miembros de ETA?
R. Conviene recordar que fue la propia Secretar¨ªa de Estado del Interior la que cre¨® la comisi¨®n de investigaci¨®n que est¨¢ trabajando intensamente en casos como la desaparici¨®n de asa y Zabala. Se ha investigado exhaustivamente a una serie de guardias civiles que estuvieron destinados en el cuartel de Intxaurrondo durante los a?os 84, 85 y 86, y como resultado, alguons de esos guardias han tenido que comparecer ante el juez, que ser¨¢ quien deber¨¢ ahora adoptar las correspondientes decisiones. Espero que ¨¦stos casos sean resueltos favorablemente y que podamos dar? a la sociedad una satisfacci¨®n identificando con nombres y apellidos a los autores probados d¨¦ aquellos hechos.
P. Usted dijo en cierta ocasi¨®n que la Guardia Civil ten¨ªa que salvar su honor deteniendo a los asesinos de Lasa y Zabala. La investigaci¨®n sigue encontrando gran resistencia dentro de propia Guardia Civil?
R. El corporativismo es un mal general, pero resulta particularmente perverso cuando se manifiesta en tomo a hechos delictivos cometidos supuestamente por miembros de las propias Fuerzas de la Seguridad del Estado. Todo cuerpo policial, incluida la Guardia Civil, debe estar interesado como el que m¨¢s en depurar los casos delictivos que puedan darse en su seno.
P. ?Lo hace? ?C¨®mo se explica que a estas alturas no se hayan esclarecido hechos que contaron previsiblemente con decenas de testigos directos o indirectos?
R. La Guardia Civil est¨¢ colaborando, naturalmente, pero mentir¨ªa si dijera que no hemos encontrado serias resistencias en determinados ambientes m¨¢s o menos relacionados con los sospechosos. Adem¨¢s, han pasado bastantes a?os de todo aquello, y e so complica m¨¢s las cosas. As¨ª y todo, la investigaci¨®n funciona, hasta el punto de que ha permitido al juez Bueren tomar las primeras declaraciones.
P. ?Felipe Gonz¨¢lez no es responsable de lo que ha pasado en Interior? Me refiero a los GAL.
R. Podemos buscar responsabilidades hasta el infinito, pero no puede negarse que los socialistas hemos asumido nuestras responsabilidades pol¨ªticas. Ah¨ª est¨¢n las dimisiones para probarlo. ?Quieren que tambi¨¦n dimita Gonz¨¢lez? Veremos qu¨¦ piensan los ciudadanos en las elecciones. Conviene recordar que las responsabilidades pena les deben ser establecidas por el poder judicial y que mientras ¨¦ste no se pronuncie, todo lo de m¨¢s son especulaciones.
P. ?Qu¨¦ opina de la cena de apoyo a Jos¨¦ Barrionuevo?
R. Que ha dado pie a interpretaciones capciosas de todo tipo, desde quienes la han considerado como una forma de presi¨®n al juez hasta los que piensan que en la fiesta s¨®lo faltaba Juli¨¢n Sancrist¨®bal. Yo la interpreto como un gesto de solidaridad con un compa?ero en dificultades.
P. Si es as¨ª, ?por qu¨¦ no asisti¨® nadie del actual equipo de Interior?
R. No creo que fuera el momento m¨¢s oportuno para una cena de ese estilo.
P. ?Qu¨¦ opina del di¨¢logo con ETA como estrategia pacificadora?
R. Que es incurrir en un do ble error. Nadie puede jugar con el voto de los ciudadanos ni aceptar soluciones que violenten la voluntad mayoritaria de los vascos. Y en segundo lugar, creo que se equivocan los que piensan que en una negociaci¨®n con ETA los dem¨®cratas vamos a negociar lo que nosotros queremos. Si ETA acepta el di¨¢logo es porque cree que puede dividir a los partidos vascos o porque piensa que puede forzar, al Esta do a asumir sus planteamientos.
P. ?Hasta qu¨¦ punto la pol¨ªtica de su partido no est¨¢ subordinada a la del PNV en materia antiterrorista?
R. El PSE tiene una pol¨ªtica clara y n¨ªtida en ese terreno, pero es verdad que en la pr¨¢ctica alguna militantes socialistas mantienen actitudes de supeditaci¨®n a la pol¨ªtica nacionalista. Es cierto tambi¨¦n que algunos dirigentes del PSE se han pronunciado a favor de la negociaci¨®n recurriendo a planteamientos cl¨¢sicos, como el de los derechos hist¨®ricos de los vascos, pero afortunadamente el PSE como tal no comparte esa tesis. Lo que tenemos que hacer es acabar cuanto antes con la divisi¨®n entre los partidos, con los devaneos y las actitudes irresponsables, con ese juego de propuestas que benefician claramente a ETA.
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