Vuelve la dimensi¨®n desconocida

Cada semana, Mulder y Scully, los protagonistas de Expediente X y el dream team de la dimensi¨®n desconocida, buscan la verdad ah¨ª fuera, y cuando la en cuentran, resulta que es tan fant¨¢stica que nadie les cree. Pero eso es lo que ocurre en la pantalla. Fuera de ella, millones de creyentes se entregan incondicionalmente a lo inexplicable. Lo sabe muy bien Tele 5, que nos sirvi¨® Expediente X en temporadas pasadas y ofrecer¨¢ pr¨®xima mente m¨¢s episodios de la serie extranjera m¨¢s seguida en Espa?a.La audiencia de Expediente X vive, sin embargo, en dos mundos. Uno es el de la televisi¨®n. El otro pertenece a los que juegan con ella por Internet; foros de discusi¨®n, correo, entrevistas con los creadores... De hecho, es una de las primeras series que aprovechan a fondo ese culto paralelo de los cibernautas, una comunidad con especial debilidad por la ciencia-ficci¨®n.

Los autodenominados x-filos comienzan a ganarle terreno a los jaleados trekkies (las huestes de Star trek), pero sobre todo est¨¢n volviendo loco a Chris Carter, el aut¨¦ntico doctor Frankenstein de esta criatura. Su pasi¨®n: hacerle la autopsia a cada minucia de la serie, creyendo ver cosas que no est¨¢n y perdi¨¦ndose, como asegura el acosado Carter, las que s¨ª pusieron. "El fen¨®meno va m¨¢s all¨¢ de mi capacidad de comprensi¨®n", dice.

En cuanto a las razon del ¨¦xito, Carter lo tiene claro: "Hay una incre¨ªble paranoia ah¨ª fuera, y lo ¨²nico que hacemos es jugar con ella". Miedos racionales e irracionales, a otros mundos y al de aqu¨ª mismo. Las premisas de la serie son: la ciencia no lo explica todo, y el Gobierno tampoco.

A Carter le pasa lo que reza en aquel cartel que preside la oficina de Mulder: "Quiero creer". Es significativo qu¨¦ se describa a s¨ª mismo como una persona nada religiosa, "pero que busca la experiencia religiosa". Dentro lleva un Mulder y una Scully, pura esquizofrenia entre el visionario y la esc¨¦ptica: "Son las dos caras de mi personalidad". Por eso le busca a su Expediente X anclajes con la realidad. Y dice que gente que ha trabajado para el Gobierno le confirma: "No sabes lo cerca que est¨¢is". De la verdad, se entiende.

En los episodios que emitir¨¢ Tele 5 en el a?o que entra veremos muchas veces a Mulder y Scully al borde de inmaterializarse. Tendr¨¢n que v¨¦rselas con terribles y escurridizos asesinos que pueden leer en su futuro, con ladrones de expedientes secretos que prueban los contactos con extraterrestres, y con cient¨ªficos nazis que les pondr¨¢n sobre la pista de algo que los puede destruir. Se enfrentar¨¢n a sospechosos supervivientes de rayos mort¨ªferos, al misterio de la autopsia de un extraterrestre y a condenados a muerte que, se reencarnan para vengarse de sus ejecutores. Terror¨ªficos seductores capaces de sorber en cuerpo y alma a sus v¨ªctimas con asesinos " sin l¨ªmites, sin cuerpo, sin piedad". Los agentes nunca lo han tenido tan crudo: "Mulder y Scully deben morir", reza la introduci¨®n a uno de estos episodios. Aunque, finalmente, encuentran la ¨²nica cosa a la que no pueden sobrevivir: la verdad.