El PNV lucha por su influencia nacional
Nunca como en la cita del pr¨®ximo tres de marzo, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) ha tenido en el Partido Popular (PP) su principal rival a batir en el Pa¨ªs Vasco. Para los nacionalistas vascos, el PP es casi una obsesi¨®n. Polemizan p¨²blicamente sobre casi todo porque ambos partidos saben que se disputan una franja importante del electorado urbano vasco. El partido de Xabier Arzalluz, tras la disoluci¨®n de la Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico (UCD), recibi¨® un importante trasvase del voto centrista. El colof¨®n de aquel traspaso tuvo hasta su s¨ªmbolo: el homenaje p¨²blico que el PNV hizo a Adolfo Su¨¢rez mediada la d¨¦cada de los ochenta. Ahora, el PP, con la marea electoral a su favor, trata de ocu par el espacio de la antigua UCD -su principal l¨ªder en el Pa¨ªs Vasco, Jaime Mayor Oreja, es un dirigente de la disuelta UCD vasca- con el refrendo en estos comicios de las cotas que ya alcanz¨® en las elecciones auton¨®micas de octubre de 1994 y municipales de mayo de 1995. Arzalluz comprobar¨¢ el 3 de marzo hasta que punto se conjuran o reafirman sus temores a "perder los abogados y m¨¦dicos de Bilbao". El PNV necesita contener la marea favorable al PP ya no s¨®lo por defender el espacio en su propia casa sino tambi¨¦n para contar e influir en la pol¨ªtica nacional como lo ha hecho en las dos ¨²ltimas legislaturas, aunque siempre con el condicionante de que el principal protagonismo de los nacionalismos se lo llevar¨¢ CiU por su mayor aportaci¨®n de esca?os directamente proporcional a la mayor demograf¨ªa de Catalu?a. El PNV, no obstante, tiene preparado su colch¨®n electoral ante el previsible aumento del PP respecto de los comicios de junio de 1993. Su apertura hacia el campo nacionalista, con su nueva estrategia de di¨¢logo con HB, al margen de lo que pueda tener de pol¨¦mico ensayo para encontrar una v¨ªa de pacificaci¨®n, le puede abrir alguna perspectiva de avance en el abertzalismo. O dicho de modo llano, lo que pierde por el centro menos nacionalista lo trata de recuperar por el abertzalismo menos radical y m¨¢s descontento con los avatares de HB. Las elecciones de marzo servir¨¢n tambi¨¦n para verificar hasta qu¨¦ punto las urnas respaldan ese giro.
No obstante, esa posibilidad de avance del PNV por el campo nacionalista encuentra obst¨¢culos en la rigidez y personalidad diferenciada de cada uno de los tres territorios del Pa¨ªs Vasco. La hegemon¨ªa del PNV en Vizcaya se convierte en un primus inter pares en Guip¨²zcoa, donde comparte la cabecera con HB, PSOE y Eusko Alkartasuna (EA) y en partido de segunda fila en una Alava donde el PP se atrinchera con firmeza. Con todo, las encuestas preelectorales le ofrecen al PNV un ligero avance y la posibilidad de contar con un esca?o m¨¢s.
Pero con estos mimbres, la campa?a va a ser especialmente dura en el Pa¨ªs Vasco. Si en el resto de Espa?a, el cruce de descalificaciones entre Gonz¨¢lez, Aznar y Anguita se da por adelantado, en el Pa¨ªs Vasco hay que meter en la cesta a Xabier Arzalluz y a los dirigentes de HB. Van a saltar chispas con el cruce de responsabilidades sobre el bajo momento por el que atraviesa el combate contra el terrorismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.