El Sevilla sigue nublado
Ohen sentenci¨® un p¨¦simo encuentro con un disparo desde fuera de? ¨¢rea
"Y el mi¨¦rcoles con los mismos la Copa",. Negro se le presenta al Sevilla el ¨²ltimo a?o bisiesto del milenio. En 1996 a¨²n no sabe lo que es sumar un punto, ni conoce la victoria. Y parece que ya no existen m¨¢s santos en el mundo a los que encomendarse, por muchos que se veneren en Sevilla. El equipo de Juan Carlos volvi¨® ayer a ser un juguete roto. De esos que traen los Reyes Magos el d¨ªa 6 y a la tarde siguiente ya no funcionan. El Compostela mantuvo por contra su condici¨®n de equipo revelaci¨®n de la Liga, si bien evidenci¨® que su ¨¦xito va parejo m¨¢s a la eficacia de sus delanteros que al buen f¨²tbol: tres disparos a puerta en 90 minutos, un gol de Ohen, y tres puntos al casillero. El partido fue de los que se deciden por la v¨ªa de la muerte s¨²bita, como en ¨¦l tenis. Pero no porque ambos equipos castigaran con disparos continuos la meta del rival, si no porque el planteamiento y la puesta en escena de ambos presagiaba que ganar¨ªa el que primero lograra hacer gol, si es que este llegaba a producirse. El planteamiento gallego fue ultraconservador. Dos l¨ªneas de cinco, sobresaliendo en la media punta de su ataque el nigeriano Ohen. El del Sevilla ni existi¨®. Ante un equipo tan encerrado la ¨²nica alternativa sevillista fue la de bombear balones al ¨¢rea para que los despejara el gigante Tocornal o la de disparar desde posiciones muy lejanas buscando un gol imposible. El resumen del primer tiempo se agot¨® en dos jugadas. La primera, pol¨¦mica y en el ¨¢rea compostelana, y otra espectacular, en la de Unzu¨¦. Corr¨ªa el minuto 20 cuando la grada reclam¨® como penalti un derribo de Nacho sobre Moya. Fue la ¨²nica incursi¨®n sevillista en la zona de peligro rival y acab¨® con el bal¨®n en poder de la zaga gallega.El juego del Sevilla no dio para m¨¢s en ese periodo. Veinte minutos despu¨¦s, en el ¨²nico ataque concluido del Compostela, surgi¨® la ocasi¨®n del nigeriano Ohen. El ¨²nico delantero que Fernando V¨¢zquez aline¨® en Nervi¨®n agarr¨® un disparo seco desde 25 metros que, con Unzu¨¦ adelantado, se estrell¨® con violencia en el larguero sevillista.
La reanudaci¨®n fue a¨²n m¨¢s pat¨¦tica. El Compostela se atrincher¨® m¨¢s sobre Falag¨¢n -s¨®lo lleg¨® al ¨¢rea rival en dos ocasiones, una la del gol- y el Sevilla mantuvo su desacierto rematador. A buen seguro que V¨¢zquez repetirla la experiencia el pr¨®ximo mi¨¦rcoles en el partido de Copa, aunque s¨®lo le garantizara el empate. Su equipo jug¨® ayer con clara vocaci¨®n de mantener su puerta a cero. Sin importarle mucho la salida ordenada hacia su ataque. Y eso parece darle resultados, pues su estad¨ªstica demuestra que s¨®lo ha logrado tres empates por tan s¨®lo cinco derrotas en veinte encuentros.
S¨®lo en una jugada de Suker y en un disparo de Marcos pudo desnivelar el Sevilla el partido en la segunda mitad. En las dos Falag¨¢n se luci¨® con sendas estiradas que, m¨¢s tarde, con otra a remate de Prieto, le otorgaron la m¨¢s alta puntuaci¨®n de su equipo junto al nigeriano Ohen. El partido fue tan malo que sirvi¨® para apreciar detalles anecd¨®ticos, inadvertidos en otras ocasiones, en las filas del conjunto gallego. Falag¨¢n aprovecha cualquier disparo, ajustado o no a los postes de su meta, para completar su movimiento con una estirada en palomita, a buen seguro muy apreciada por los fot¨®grafos. Por otro lado, el t¨¦cnico compostelano, Fernando V¨¢zquez, repiti¨® ayer su particular y espectacular forma de celebrar los goles de su equipo.
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