Melancol¨ªa en Carabanchel
Joaqu¨ªn Sabina ofreci¨® un emotivo recital a los presos en la c¨¢rcel
El concierto que ofreci¨® ayer Joaqu¨ªn Sabina en la c¨¢rcel de Carabanchel fue muchas cosas, pero, sobre todo, una: la visita prometida a un -amigo que desde hace tres meses vive encerrado. Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Garc¨ªa, de 32 a?os, El Peti, antiguo t¨¦cnico de monitores de Sabina, actualmente en Carabanchel, pidi¨® al cantante que una tarde fuera a la c¨¢rcel a dar un concierto. Y Sabina y los siete integrantes de su banda respondieron.
"Es una casualidad que vosotros est¨¦is dentro y nosotros fuera; adem¨¢s, el mundo parece muchas veces el patio de una c¨¢rcel", advirti¨® Sabina nada m¨¢s subir al escenario. Un segundo despu¨¦s atac¨® el primero de los 15 temas que interpretar¨ªa en el recital.
Los aproximadamente 300 presos que llenaron la sala aplaudieron, cantaron y vitorearon al cantante -y a la corista- durante la hora y media que dur¨® el concierto. Uno que lo pas¨® realmente bien fue Fernando Garc¨ªa Farr¨¦, de 27 a?os, con ocho meses todav¨ªa de condena. Ten¨ªa una buena raz¨®n para disfrutar: "Conoc¨ª a mi mujer, a Isabel, en una fiesta del PCE, en el 93, con estas canciones de Sabina. La quiero mucho a Isabel, ?sabes?, y cuando oigo esto...". Lo que escuchaba Garc¨ªa Farr¨¦ en ese momento era una de los m¨¢s emblem¨¢ticos y tristes temas del cantautor: Calle melancol¨ªa.
Pero Sabina no dej¨® que la nostalgia agarrotara al p¨²blico. Enseguida cambi¨® de tercio, atacando canciones m¨¢s movidas. En una esquina del escenario, El Peti se preocupaba de que todo sonara bien, de que aquella tarde prometida tuviera el final feliz que el principio auguraba. Nervioso, casi alucinado, se acercaba a los micr¨®fonos, entonaba algo, se echaba las manos a la cabeza, sonre¨ªa. De pronto, la mujer de El Peti, Lola Olmos, de 27 a?os, subi¨® al estrado y, junto a Sabina, cant¨® una canci¨®n. El tema estaba bien elegido, porque una de las estrofas dec¨ªa: "Gracias por haber venido". Con su mujer y su antiguo jefe en el escenario, a El Peti s¨®lo le quedaba cantar ¨¦l para que todo resultara perfecto. Y, claro, cant¨®. Con el p¨²blico entregado. En la celda hab¨ªa escrito un tema dedicado a Sabina que ¨¦ste agradeci¨® con un abrazo.
Al terminar el recital, mientras se fumaba un cigarro sentado en una salita habilitada como camerino, el cantante comentaba: "Lo que siento es no poder haberme quedado un rato m¨¢s, pero en la c¨¢rcel hay un problema de horarios. Ellos aplauden mucho y agradecen mucho, y yo creo que no tienen absolutamente nada que agradecer. Cuando a alguien no le dejan salir para ir a un concierto, es justo que el concierto vaya adonde est¨¢ ¨¦l".
Con todo, ni Sabina consigue que estos hombres olviden absolutamente en qu¨¦ sitio est¨¢n: la canci¨®n m¨¢s aplaudida fue Qui¨¦n me ha robado el mes de abril.
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