La emoci¨®n de los primeros convoyes
Unas 90 personas, mujeres y ni?os en su mayor¨ªa, hicieron el viaje a trav¨¦s de las l¨ªneas serbias en dos autobuses escoltados por soldados de la OTAN. Muchos de los refugiados regresaban a su ciudad natal para quedarse, otros iban a visitar a sus familiares tras casi cuatro a?os; de separaci¨®n. La llegada de los primeros convoyes fue un aut¨¦ntico acontecimiento. Todo el mundo estaba en la calle para recibirles.Sandra Kasalo, de 26 a?os, hizo el viaje en el segundo convoy. Trabaja en el diario Oslobodenje de Sarajevo y es la primera periodista bosnia que ha entrado en Gorazde. No conoc¨ªa la ciudad. Describe la emoci¨®n del reencuentro, la alegr¨ªa de los que abrazaban a los suyos y el dolor de aqu¨¦llos que no encontraban a nadie. Sandra dice que muchos hicieron el viaje con miedo, sobre todo cuando los serbios retuvieron el convoy en dos ocasiones para exigir gasolina. "Era la primera vez que atravesaba una zona controlada por los serbios. Me impresion¨® la cantidad de casas destruidas, pero la gente vive en ellas. En Gorazde esperaba ver coches, sem¨¢foros, pero no. S¨®lo hay gente, mucha gente".
"Hay gente que en Sarajevo, l¨ªderes incluidos, pensaba que Gorazde tal vez podr¨ªa perderse, porque quiz¨¢ habr¨ªa que entregarlo en la mesa de negociaciones. Pero aqu¨ª he visto a la gente con absoluta firmeza y convencimiento. Saben perfectamente c¨®mo ser¨¢ el corredor y creen que podr¨¢n vivir con ¨¦l".
J¨®venes europeos
Sandra habla de los j¨®venes de Gorazde -"creo que la mayor¨ªa quiere irse, al menos durante un tiempo"- y de los estereotipos de la gente de una capital como Sarajevo. "Tenernos un cierto sentimiento de superioridad, como si los que viven en los pueblos fueran m¨¢s atrasados. Los j¨®venes de Gorazde son como los de Sarajevo, europeos, les encantan los tejanos Levis, la ropa de Benetton. Tienen imaginaci¨®n. Yo ten¨ªa la imagen de los refugiados de Bosnia oriental que llegaron a Sarajevo". "Creo que a los j¨®venes les importa poco si uno es serbio, croata o musulm¨¢n, en Sarajevo o en Gorazde. Yo me siento de Bosnia y quiero poder viajar por todas partes, a Banja Luka, a Bijeljina [serbios] o a Capljina [croatas], porque tambi¨¦n son mi pa¨ªs. Somos la misma gente"."?El Drina! Nunca lo hab¨ªa visto. Mucha gente me hab¨ªa contado maravillas del r¨ªo y pensaba que exageraban. Ahora lo entiendo. Me encanta!". El Drina, ciertamente, es un r¨ªo que despierta fascinaci¨®n. Frontera natural entre Bosnia y Serbia, el r¨ªo ha sido testigo mudo de los cr¨ªmenes m¨¢s brutales. Sus aguas se ti?eron de sangre cuando los serbios se lanzaron a una fren¨¦tica campa?a de limpieza ¨¦tnica para eliminar a los musulmanes de todo el valle del Drina.
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