A dos meses vista
A MENOS de dos meses de las elecciones, el PP parte como claro favorito, pero el PSOE mantiene un s¨®lido suelo electoral y su l¨ªder, Felipe Gonz¨¢lez, sigue suscitando mayores simpat¨ªas que Aznar. Ese factor fue decisivo en la inclinaci¨®n final del electorado en las legislativas de 1993. Pero, a diferencia de entonces, una gran mayor¨ªa piensa ahora que va a ganar el PP y atribuye a este partido m¨¢s capacidad para resolver los problemas que m¨¢s preocupan. La convocatoria electoral parece haber tenido un efecto sedante sobre el clima general del pa¨ªs y a la vez un efecto movilizador de los indecisos: s¨®lo un tercio del electorado confiesa no tener decidido su voto. Fracci¨®n, con todo, suficientemente amplia como para resultar decisiva en el resultado final.La escasa transferencia de votos del PSOE a Izquierda Unida parece ser una de las claves del panorama dibujado por la encuesta. S¨®lo el 3% de los votantes del PSOE en 1993 se le va por la izquierda, frente a un 8% que lo hace hacia el PP. ?ste sube cinco puntos, los mismos que pierde el PSOE. Pero mientras que los populares se mantienen en la cota alcanzada en las europeas de 1994, en uno de los peores momentos del PSOE, ¨¦ste mejora en tres puntos. Izquierda Unida sube 2,6 puntos, pero no alcanza su marca del 13,5% conseguida en las europeas. Ello parece confirmar que una mayor participaci¨®n -la de las generales puede rondar el 80%-reduce las opciones de la coalici¨®n que encabeza Anguita.
El sondeo no permite asignar esca?os, por lo que es dif¨ªcil saber si el 40,5% del PP ser¨¢ suficiente para conseguir la mayor¨ªa absoluta. En 1989, el PSOE la alcanz¨® por los pelos con el 39,6%, pero en 1993 qued¨® lejos de ella con apenas un punto menos. Una eventual coalici¨®n del PSOE y los nacionalistas vascos y catalanes sumar¨ªa un porcentaje ligeramente inferior al del PP, pero tal vez agrupar¨ªa m¨¢s esca?os. El resultado podr¨ªa ser un Gobierno del PP bajo la amenaza de una moci¨®n de censura de esa virtual coalici¨®n. El papel de Izquierda Unida en tal situaci¨®n es una inc¨®gnita, pero no parece que su ascenso electoral le otorgue mayor capacidad de condicionar la vida pol¨ªtica que hasta el presente.
Hace dos a?os, la ligera ventaja con que part¨ªan los populares en v¨ªsperas de la campa?a se ve¨ªa relativizada por la enorme diferencia -de casi 30 puntos- entre quienes pensaban que Gonz¨¢lez lo har¨ªa mejor que Aznar como presidente y los que pensaban lo contrario. Tambi¨¦n por el hecho de que una mayor¨ªa muy amplia, con independencia de su voto, consideraba m¨¢s probable que ganase Gonz¨¢lez. Ahora, el 60% piensa que vencer¨¢ el PP y s¨®lo el 22% apuesta en contra. En 1993, la valoraci¨®n sectorial era equilibrada o m¨¢s favorable a los socialistas en casi todos los terrenos. Ahora, el PP inspira m¨¢s confianza en asuntos econ¨®micos, en particular la creaci¨®n de empleo, as¨ª como en la erradicaci¨®n del terrorismo, la seguridad ciudadana y la lucha contra la corrupci¨®n. A los socialistas se les sigue considerando m¨¢s eficaces en la lucha contra la pobreza, la garant¨ªa de las pensiones o la organizaci¨®n auton¨®mica del Estado. En conjunto, el 30% considera al PP m¨¢s capaz de gobernar bien Espa?a, frente al 26% que se inclina por el PSOE.
Esa ventaja de partida del PP se ve, en parte, contrarrestada por tres factores: la peor valoraci¨®n de su l¨ªder; una menor confianza en los equipos que sea capaz de formar; una menor identificaci¨®n ideol¨®gica. Gonz¨¢lez inspira m¨¢s simpat¨ªas que Aznar: le cae bien al 46%, casi el doble que el l¨ªder del PP. La valoraci¨®n individual de Gonz¨¢lez remonta a la primera posici¨®n, tras haber estado en la tercera el pasado verano. Al PP se le considera con ideas m¨¢s claras sobre el futuro y con dirigentes m¨¢s honestos, pero con menor capacidad para formar un buen equipo de gobierno y de rodearse de buenos t¨¦cnicos. Finalmente, hay una diferencia de ocho puntos entre quienes se identifican personalmente con las ideas y, propuestas del PSOE y quienes lo hacen con las del PP. Seguramente ello es un reflejo de la inclinaci¨®n mayoritaria hacia el espacio de centro-izquierda, pero resulta. llamativo el sesgo en funci¨®n de edad: una mayor¨ªa de los menores de 29 a?os piensa que Aznar es el presidente que le conviene a Espa?a, opini¨®n que no comparten los otros tramos de edad.
La convocatoria electoral ha tranquilizado los ¨¢nimos y elevado el tono vital. La valoraci¨®n de la situaci¨®n econ¨®mica se puede considerar intermedia entre la euforia de finales de los ochenta y la depresi¨®n de 1993-1994. Tambi¨¦n es intermedia, aunque peor, la valoraci¨®n que merece la situaci¨®n pol¨ªtica. En ambos aspectos existe la convicci¨®n de que lo peor ha pasado, pero la escasa propensi¨®n a consumir m¨¢s refleja la interiorizaci¨®n por los espa?oles de las incertidumbres del momento.
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