Crece la controversia sobre el trasplante de ¨®rganos animales
Para los cr¨ªticos, sirven de trampol¨ªna infecciones desconocidas en humanos
Un enfermo de sida se somete a un trasplante de m¨¦dula de mandril con la esperanza deque los linfocitos de este animal, invulnerable al VIH, le ayuden a vencer al mal. Semanas despu¨¦s, la enfermedad desaparece. Mientras los cient¨ªficos celebran la espectacular
victoria contra el sida, enfermeros y m¨¦dicos que cuidan al trasplantado caen enfermos de
una, dolencia desconocida.
Corno en una pel¨ªcula de ciencia-Ficci¨®n, del interior del enfermo brota una infecci¨®n avasalladora y letal: inadvertidamente, un virus animal se ha colado en la m¨¦dula del mandril
y ha mutado en una cepa temible capaz de poner en jaque a la Humanidad.
Esta es la peor de las situaciort¨¦s hipot¨¦ticas que tiene en mente un sector de la comunidad cient¨ªfica internacional que se opone radicalmente a los xenotrasplantes o trasplantes de ¨®rganos y tejidos animales a seres humanos. Una barrera invisible- separa a las especies. Los xen o trasplantes, afirman sus cr¨ªticos, facilitan a las bacterias y virus presentes en los animales un "trampol¨ªn" al interior del cuerpo humano, saltando las atlarmas y defensas erigidas por el sistema inmune.
La pol¨¦mica, originada a prop¨®sito del trasplante a humarios de h¨ªgado de cerdo realizado en Pinsburg (Estados Unidos), se ha avivado tras eltrasplante de m¨¦dula de mandril practicado el 14 de diciembre a Jeff Getty, un enfermo de sida de 38 a?os, en San Francisco. Operaciones similares se hallan programadas a lo largo de este a?o y, a pesar del visto bueno de las cautas autoridades sanitarias estadounidenses, las protestas arrecian.
"Ser¨ªa casi mi lagroso que el experimento de San Francisco consiguiese sus objetivos", opina Rafael Matesanz, director de la Organizaci¨®n Nacional de Trasplantes. "La m¨¦dula constituye un elemento inmunol¨®gico clave y su trasplante exitoso supondr¨ªa cambiar del todo el sistema inmune del paciente". El problema a?adido, comenta Matesanz, es que un trasplante requiere reducir al m¨ªnimo las defensas del paciente para evitar el "rechazo hiperagudo" -la destrucci¨®n inmediata del tejido trasplantado por el sistema inmune-, creando as¨ª en el organismo un entorno ' 1 deal para la aclimataci¨®n de un agente infeccioso desconocido.
Alimentando las visiones sombr¨ªas de los detractores de los xenotrasplantes indiscriminados se encuentran las epidemias de sida y de Ebola, virus mort¨ªferos supuestamente transmitidos a los humanos por los monos africanos. ?Qu¨¦ pasar¨ªa, se preguntan los cr¨ªticos, si la fiebre hemorr¨¢gica, el herpes o el SV40, otros retrovirus que afectan a los simios, se introducen v¨ªa trasplante en laszonas m¨¢s vulnerables del cuerpo humano? Y advierten que una vez abierta la caja de Pandora ya no hay manera de cerrarla.
Los partidarios de los xenotrasplantes -un sector poderoso del estamento m¨¦dico y cient¨ªfico- admiten los riesgos, pero conf¨ªan en minimizarlos con el uso de animales criados en granjas, despu¨¦s de tres generaciones rigurosamente controladas. Consideran que se trata de riesgos te¨®ricos y a?aden que hasta los m ¨¢s encarnizados adversarios de los xenotrasplantes reconocen que dificilmente un solo caso podr¨ªa desatar una epidemia. Pero su fuerza emana de la enorme presi¨®n a favor de estos ensayosque crea la insostenible escasez de ¨®rganos humanos.
Todo apunta, por tanto, a su continuaci¨®n. Para el a?o que viene se prev¨¦ que las autoridades sanitarias americanas dicten las directivas definitivas que regular¨¢n su pr¨¢ctica.
Otra l¨ªnea en la que tambi¨¦n se-investiga pasa por el injerto de ¨®rganos de cerdos modificados gen¨¦ticamente para "humanizarlos" a medida del destinatario. Este m¨¦todo le inspira a Matesanz m¨¢s garant¨ªas, 11 aunque el riesgo de introducir infecciones sigue existiendo", acota. Pronto investigaciones en esta direcci¨®n comenzar¨¢n a llevarse a cabo en Espa?a en colaboraci¨®n con centros cient¨ªficos del Reino Unido.
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