Aplausos, pitos y respeto

Una vez constituida la mesa, lleg¨® al congreso uno de los momentos que con m¨¢s temor esperaban los organizadores: la presentaci¨®n oficial de los invitados. Un golpe de mano de la secretaria general de Banca, Mar¨ªa Jes¨²s Paredes, disip¨® cualquier riesgo de que aquello se convirtiera en una salva de silbidos contra personas como Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar o Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n. "No es imprescindible aplaudir, pero s¨ª es imprescindible mantener el respeto para todos los invitados", espet¨® Paredes cuando, tras nombrar a Alfonso Guerra son¨® alg¨²n tibio silbido de protesta. Mano de santo. Ni uno m¨¢s. Todo aplausos. Y en la clasificaci¨®n de los m¨¢s aplaudidos, C¨¢ndido M¨¦ndez (que estuvo acompa?ado por pr¨¢cticamente toda la plana mayor de UGT) y Julio Anguita. Los que menos, era obvio, Aznar y el ministro Gri?¨¢n.Una vez cumplido el tr¨¢mite, los 1.000 delegados -acudieron todos los elegidos, puesto que el 1.001 simb¨®lico no se ha llegado a designar- se aprestaron a escuchar las intervenciones de rigor. Ruiz Gallard¨®n, Emilio Gabaglio (secretario general de la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos) y M¨¦ndez actuaron de teloneros de gala de anfitri¨®n, Antonio, Guti¨¦rrez, que opt¨® por un discurso muy rico en contenido, lo que caus¨® una grata impresi¨®n entre la larga lista de invitados.