Bajo el alcalde desabrigado
El equipo de Enrique Tierno recuerda hechos y an¨¦cdotas del 'viejo profesor'
Juan Barranco lo resumi¨®: "Su figura nos unir¨¢ siempre. Aunque la mayor¨ªa no nos vemos mucho, siempre tendremos un denominador com¨²n casi m¨¢s importante que pertenecer al mismo partido: Tierno".
Joaqu¨ªn Leguina, Eduardo Mangada, Emilio Garc¨ªa Horcajo, Ana Tutor, Enrique Morales, Javier Angelina, Jos¨¦ Barrionuevo, Jos¨¦ Mar¨ªa de la Riva y Castor Iglesias formaron entre 1979 y 1986 parte de alguno de los dos gobiernos municipales que presidi¨® Enrique Tierno Galv¨¢n. Ayer, d¨¦cimo aniversario de su muerte, se reunieron a los pies de la estatua que le recuerda, situada en el parque de su mismo nombre. Con abrigos y gabardinas para combatir el fr¨ªo que ayer azot¨® Madrid, el equipo de Tierno rememor¨®, a su alcalde. "Si estuviera aqu¨ª, y a pesar del fr¨ªo, habr¨ªa venido sin abrigo. Jam¨¢s, pero jam¨¢s, se pon¨ªa uno", dijeron. "Bueno, y si hubiese hecho un calor de muerte, lo mismo: siempre con su traje de color gris". "Sobre todo soy un hombre fiel a mi mismo", sol¨ªa decir.
"Tierno era muy especial con las formas", explic¨® Barranco. "Un verano, en pleno agosto", continu¨® Eduardo Mangada, que fue concejal de Urbanismo en el primer equipo de Tierno, "fuirnos a un homenaje al concejal Benito Mart¨ªn Lozano, y yo llegaba de veranear con mi familia y me hab¨ªa quitado la barba. 'Pero ?qu¨¦ ha hecho usted?', me pregunt¨®. 'Pues nada, s¨®lo me he afeitado por el verano'. El me contest¨®: 'Mangadla [Tierno siempre llamaba a su gente por el apellido], un personaje p¨²blico no puede cambiar de imagen as¨ª como as¨ª".
Jos¨¦ Mar¨ªa de la Riva -que, con Barranco y Ana Tutor, todav¨ªa permanece en el Ayuntamiento de Madrid tambi¨¦n fue recriminado alguna vez por descuidar su aspecto: "Cuando llegu¨¦ al Ayuntamiento iba siempre con vaqueros y una cazadora. Un mes despu¨¦s de estar all¨ª, el alcalde se me acerc¨® y me dijo: 'Oiga, concejal, le han pagado ya su primer sueldo, ?verdad? Pues entonces haga el favor de ir a comprarse un trajecito y una corbata".
Jos¨¦ Barrionuevo, que fue concejal de Seguridad, rememor¨® una cena con el alcalde de Tr¨ªpoli (Libia) en la que las formas del alcalde volvieron, a dejarles perplejos. "Cuando llegamos a la mesa y empezaron a servirnos vino, el alcalde de Tr¨ªpoli dijo que ellos, de alcohol, nada. Tierno orden¨® que quitaran de la mesa el vino y que agua para todos. Resignados al agua, el alcalde de Tr¨ªpoli dijo entonces que de agua fr¨ªa nada, que del tiempo, y en pleno verano, Tierno pidi¨® agua caliente, y tambi¨¦n para todos. All¨ª, con aquel calor, y sin dar cr¨¦dito, tuvimos que tragamos sin protestar aquella horrible agua caliente".
Mangada tambi¨¦n recuerda la visita de otro alcalde, el de Bruselas, y el aprieto en el que le meti¨® el alcalde: "Tierno se me acerc¨® y me dijo: 'Mangada, traduzca esto: para gobernar en Madrid a veces hay que utilizar la lezna'. Yo le mir¨¦ y le dije: '?Y c¨®mo traduzco eso?'. ?l me dijo: 'Trad¨²zcalo por aiguille de cordonier [aguja de zapatero]".
A Tierno -que alguna vez se defini¨® como alguien "muy listo pero muy tonto y muy despistado pero muy observador"- le gustaba jugar con los nombres y desconcertar de esa manera a su gobierno. Cuenta Leguina: "Una vez, en un auditorio lleno de j¨®venes, se lanz¨® a hablar de John Lenox en lugar de John Lennon. Al d¨ªa siguiente me acerqu¨¦ al despacho y le dije: 'Alcalde, ayer usted se confundi¨®, no es John Lenox sino John Lennon'. ?l me contest¨®: 'No, no me confund¨ª. Me gusta m¨¢s decir John Lenox, es un nombre m¨¢s bonito, y adem¨¢s, as¨ª se llamaba un gran autor ingl¨¦s del siglo XV".
Leguina todav¨ªa conserva los libros er¨®ticos que Tierno le regal¨® y dedic¨®. "Todos sol¨ªamos rebuscar entre los libros que api?aba sobre una peque?a mesa que ten¨ªa en un rinc¨®n de su despacho. Hab¨ªa de todo, y algunas ediciones eran viej¨ªsimas". "Le¨ªa, mucha novela negra", dice Enrique del Moral, concejal de Cultura con Tierno. "En los viajes largos se pod¨ªa leer tres novelas de un tir¨®n".
Ana Tutor, que fue jefa de gabinete del alcalde, dice que muchos momentos se los llevar¨¢ a la tumba. Como el contenido de una carta que Tierno escribi¨® desde Am¨¦rica a Felipe Gonz¨¢lez y en la que reflejaba sus reflexiones sobre un momento cr¨ªtico del Ayuntamiento de Madrid.
Ayer, sin embargo, recordaron sin pudor la inauguraci¨®n del Avance del Plan General de Urbanismo de 1985, cuando se dirigi¨® a su equipo y les dijo: "Bueno, y a ver si ahora quitamos la palabra avance".
"Una vez", concluye Leguina, "le dije: 'A usted lo que le habr¨ªa gustado es ser obispo'. ?l me contest¨®: 'Se equivoca usted, a m¨ª lo que me habr¨ªa gustado es ser cardenal".
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