Crisis por todos los costados
La suplencia de Sanchis supone la ruptura del ¨²ltimo eslab¨®n que un¨ªa al Madrid, con el equipo que conquist¨® la Liga el pasado a?o. Su salida viene a admitir la progresiva degradaci¨®n que ha sufrido el equipo desde la pretemporada. Sanchis represent¨® en el ejercicio anterior los mejores valores del Madrid: un jugador preciso, atento, imaginativo y ganador. Los t¨¦rminos se invierten ahora. La crisis del equipo se prolonga directamente a la defensa: imprecisa, despistada, torpe y perdedora.Pero los defectos son globales. El ataque no mata, los centrocampistas no arman y la defensa no salva. Y el entrenador no encuentra. En mitad de la temporada, no se puede estar en la b¨²squeda del equipo. Los primeros s¨ªntomas de la erosi¨®n comenzaron a apreciarse en la pretemporada, pero Valdano desestim¨® unos problemas que se manifestaron con virulencia en el comienzo de la Liga. Desde entonces, Valdano ha actuado sobre todos los sectores y todas las l¨ªneas. Sin ¨¦xito real. El equipo contin¨²a confuso en el campo y dividido en el vestuario. Desde ese lado, la responsabilidad del t¨¦cnico es incuestionable.
La estructura del Madrid tampoco es ajena a los problemas. La impresi¨®n es que Valdano tom¨® un equipo que s¨®lo ten¨ªa cuerda para un a?o. Contaba con varios jugadores de prestigio, pero expuestos al declive de sus carreras. Bien exprimido, el Madrid conquist¨® el campeonato. Lo hizo por juego, pero tambi¨¦n por el agrandamiento que le procur¨® la euforia. Ante la adversidad, ha reproducido los mismos traumas que le han caracterizado en los ¨²ltimos a?os. Ha vuelto el equipo depresivo y atormentado que entreg¨® dos Ligas y fracas¨¦ repetidamente en Europa. El Madrid siente terror al vac¨ªo. Es un problema que afecta a una generaci¨®n de jugadores. Quiz¨¢ esa raz¨®n explica la resistencia a aceptar el desplome por parte de Ra¨²l y Redondo, dos futbolistas que no han participado en los hist¨®ricos descalabros del equipo.
La proyecci¨®n de responsabilidades alcanza de manera se vera a los dirigentes, empe?ados en un proceso de fagocitaci¨®n econ¨®mica e institucional. La furia autodestructiva del Real Madrid ha triturado en trenadores, jugadores y tambi¨¦n a Mendoza, el hombre que instaur¨® el irritante modelo actual de direcci¨®n. Las cosas no mejoran. La escandalosa publicidad que ha dado el club a la contrataci¨®n de Suker, en perjuicio del pr¨®ximo rendimiento de Zamorano, explica la mediocridad de los directivos, gente como el secretario Stampa, cuya ineptitud le permite descalificar alegre y p¨²blicamente al entrenador. Son dos maneras de deteriorar las cosas, en lugar de arreglarlas. Pero as¨ª escribe el Madrid su historia m¨¢s reciente.
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