"Odio el arte basado en el tercer grado de abstracci¨®n"
Tiene el estudio en el campo de Cartagena, la oficina en Madrid y la casa en M¨¢laga. El pintor y dibujante Javier de Juan, de'37 a?os, ha tenido que comprarse un m¨®vil para que le localicen. Su permanente necesidad de aires nuevos le ha llevado tambi¨¦n a compaginar la pintura, con la escritura. Fruto de esta segunda, profesi¨®n es Un exilio mediopensionista, una recopilaci¨®n de los cuadernos de apuntes que utiliza lo mismo para bocetos que para apuntar ideas o relatos. "Mi pintura siempre ha sido muy literaria. En cada cuadro hay una historia, odio el arte basado en el tercer grado de abstracci¨®n".Ni escribe a m¨¢quina ni sabe manejar un ordenador. Todo lo traza a mano, ayudado por un rotulador de punta fina. El vicio de apuntar todo lo que pasa por su cabeza naci¨® en Marruecos en 1988. Entonces utilizaba folios sueltos, que no ten¨ªan ning¨²n orden, pero ahora ha llegado a la perfecci¨®n: "Me fabrican los cuadernos a medida con papel franc¨¦s".
Un exilio mediopensionista, editado por El Europeo & La Tripulaci¨®n, son las p¨¢ginas exactas de esos diarios. "Algunos escritos han sido desarrollados con la intenci¨®n de completar el libro, pero todos los textos van enganchados, se trata de una l¨ªnea ¨²nica de pensamiento", dice De Juan. El libro recoge desde consejos para ser feliz -"odiar algo por un motivo est¨²pido, lo cual nos evita sufrimientos reales"-, hasta reflexiones del tipo: Estaba pensando / si prefer¨ªa / echarme una siesta / al calor y el arrullo / de sus tetas / de mujer de invierno, / o mejor m¨¢s sencillo / echarme una siesta / pensando en sus tetas.
De Juan empez¨® como dise?ador gr¨¢fico, dibujante de historietas e ilustrador de carteles y acab¨® como pintor. Despu¨¦s de eso, desembocar en la escritura ha sido algo natural. "No me considero pintor, aunque sea lo que me mantiene econ¨®micamente. La pintura no es una profesi¨®n de repente sale como una catarata". El artista reconoce que pinta a partir de lo que ve por eso se ha visto "obligado a buscar unos ojos distintos cada cierto tiempo". Marruecos, Nueva York, Venezuela o la localidad murciana de Balsicas (los sitios por donde ha pasado tras escapar de Madrid a finales de los ochenta) tienen su propio cap¨ªtulo.No desear nada
De su estancia en el campo de Cartagena, donde ha vivido dos a?os, dice que es "el sitio perfecto para no desear nada y apreciar lo que tienes y eso es todo un aprendizaje". Vivir en medio de un alcachofal le ha ayudado a descubrir lo que es tener tiempo de verdad, pero tambi¨¦n all¨ª ha comprendido que Madrid, la ciudad que le encumbr¨® en los a?os de la de nominada movida, sigue siendo para ¨¦l un punto de referencia "no s¨®lo por trabajo sino tambi¨¦n por cosa vital".De Madrid se fue con la cabeza llena de grises, "pero no un gris plomizo, sino elegante". As¨ª lleg¨® a Marruecos, hasta que al tercer d¨ªa se le cayeron todos los grises: "Vas a un mercado y los melones tienen un verde que te sangran los ojos"; luego vol¨® a Nueva York y se invirtieron los t¨¦rminos, todo se volvi¨® oscuro; de regreso a Espa?a se instal¨® en Murcia y su pintura se llen¨® de ocres. Ahora, mientras espera el nacimiento de su primer hijo en una urbanizaci¨®n de M¨¢laga habitada por tercera edad sueca, prepara dos nuevas exposiciones. Los lienzos reflejar¨¢n "lo que vea en estos meses".
La publicaci¨®n de Un exilio mediopensionista es fruto tambi¨¦n de la tozudez empresarial de Borja Casan? y Alberto Garc¨ªa-Alix, directores de la colecci¨®n Los libros del cuervo. De Juan reconoce que al principio le dio un poco de pudor, porque en los cuadernos se apuntan "tambi¨¦n muchas chorradas". Su primera experiencia como escritor le ha gustado tanto que ya trabaja en el cuaderno de su vida en Nueva York.
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