La mujer pirata

Dentro del renacimiento del cine de aventuras llevado a cabo. por los norteamericanos, La isla de las cabezas cortadas significa una atractiva y cara resurrecci¨®n de las pel¨ªculas de piratas que nada tiene que envidiar a las mejores del subg¨¦nero. Aunque el tiempo ha debilitado los esquemas narrativos, la ruptura de la tradici¨®n pesa sobre el conjunto y, sobre todo, el ampuloso y tosco realizador Renny Harlin queda muy lejos de los grandes maestros que lo cultivaron.Tras cuatro pel¨ªculas de bajo presupuesto, el finland¨¦s Renny Harlin se da a conocer con las caras, violentas y espectaculares La jungla IL la alterta roja (1990), M¨¢ximo riesgo (1992), dos producciones tan discutibles como comerciales. Despu¨¦s de un largo y complicado rodaje en Malta e Indochina, La isla de las cabezas cortadas aparece como su mejor trabajo a gran distancia de los anteriores, pero un tanto a su pesar.

El inter¨¦s de esta producci¨®n norteamericana, en buena medida oculta tras una dudosa nacionalidad francoholandesa, es recuperar los esquemas tradicionales del cine de piratas. Los barcos surcando los mares, la b¨²squeda del mapa del tesoro escondido y la aventura para hacerse con ¨¦l en un enfrentamiento con las autoridades y otros piratas. Sin embargo, Renny Harlin con su continuado rodaje con steadicam, helic¨®pteros y c¨¢mara lenta, su excesiva violencia y la falta de algo parecido a un estilo narrativo, est¨¢ a punto de hundirla.TosquedadSin embargo, La isla de las cabezas cortadas tiene un aliciente del que carec¨ªa la mayor¨ªa de los cl¨¢sicos del subg¨¦nero. Lejos de la misogimia que los invad¨ªa, en esta ocasi¨®n la mujer no, es un elemento secundario, que s¨®lo sirve para hacer m¨¢s dif¨ªcil la misi¨®n del heroico protagonista, sino el eje central de la acci¨®n, el gran pirata que se enfrenta a todos los peligros, a sus m as crueJ¨¦s enemigos y logra vencerlos por su ingenio, fuerza y habilidad. Aunque tan s¨®lo haya que lamentar que en la operaci¨®n, y tal como es habitual en la actual recuperaci¨®n del cine de aventuras, haya perdido buena parte de su erotismo.

Renny Harlin no era el director id¨®neo para esta historia por su exceso de tosquedad y violencia, pero s¨ª son adecuados sus int¨¦rpretes. La personal Geena Davis, centro del proyecto desde su comienzo, es una excelente mujer pirata y aparece muy bien acompa?ada por el ladr¨®n Matthew Modine, uno de los m¨¢s sofidos actores actuales, y un malvado Frank Langella.