Al Rayo le falta valent¨ªa en Sevilla
El equipo de Marcos pudo ganar en el Villamar¨ªn tras estrangular al Betis
El Rayo ha elegido sobrevivir fuera de casa. Esa es su Liga, seg¨²n se desprende de sus cuatro ¨²ltimas salidas. Escap¨® del Villamar¨ªn sin la m¨¢s m¨ªnima herida, consciente, adem¨¢s, de que tiene buena pinta. Estrangul¨® al Betis en el centro del campo y s¨®lo le falt¨® una pizca de valent¨ªa para llevarse los cuartos. El Betis, al rev¨¦s.El Betis empez¨® a padecer los primeros s¨ªntomas de indigesti¨®n muy temprano. Alexis, ausente por tarjetas, fue el m¨¢s a?orado. R¨ªos resolvi¨® a medias, la tarea de la recuperaci¨®n, pero Stosic fue el que no estuvo al d¨ªa. El serbio se dio de bruces contra Cortijo. Nunca atraves¨® las dos rayas defensivas que mont¨® el Rayo muy cerca del c¨ªrculo central. Marcos Alonso dio mucho valor a la pizarra. Hab¨ªa cuadriculado el campo. Entreg¨® a sus jugadores papeles ingratos. Se trataba de desquiciar al Betis a base de presi¨®n. El Rayo fue un equipo aprensivo, muy desconfiado. Atraves¨® la primera media hora del partido sin heridas. Abel no particip¨®.El Betis desperdici¨® medio partido en contemplaciones, entregado a una evidencia decepcionante: el rival ten¨ªa siempre el bal¨®n. Nadie organiz¨® un plan de ataque. Entre Barla y Cortijo qued¨® asfixiada la circulaci¨®n por el centro. Castillo y Calder¨®n aparcaron el estilo para taponar las bandas y supieron congelar el juego tirando pases sin riesgo. El Rayo estuvo en mejor disposici¨®n que el Betis para desnivelar el pleito. Le falt¨® valent¨ªa para bascular hacia el ¨¢rea de Jaro. Pero Marcos prefiri¨® ahogar al Betis y vivir de las rentas que deparase un arrebato de precipitaci¨®n al otro lado.
El Betis empez¨® a especular con la opci¨®n que m¨¢s riqueza le ha deparado. Bastaba que el Rayo sacara arrestos para irse arriba. Pero el equipo madrile?o ten¨ªa prohibida la osad¨ªa. Entre otras cosas porque se qued¨® sin delanteros: Guillherme sali¨® por On¨¦simo, que despu¨¦s dej¨® su sitio a Edu. La epidemia se detuvo ah¨ª, aunque Edu dio el susto al salir en camilla. Fue una falsa alarma. Con tanta interrupci¨®n, el Betis empez¨® a descomponerse. Mientras tanto, ca¨ªa el diluvio universal, lo que le faltaba a los verdiblancos para salirse de la pelea. Pier le tom¨® asco al ¨¢rea y Stosic parec¨ªa un vagabundo. No hab¨ªa ide¨®logo ni rematador. Todo era atropello en las filas b¨¦ticas. El Rayo, sin crecerse, disfrut¨® de la enfermedad ajena. En un trompicado avance asust¨® con meterse el partido en el bolsillo: Baroja malgast¨® la mejor bala. Mejor hubiera sido que el ¨¢rbitro picara un segundo antes: Aquino, a juicio de Carmona M¨¦ndez, simul¨® penalti y vio tarjeta. En un choque tan alejado de las ¨¢reas lleg¨® a primar m¨¢s el enga?o que la verdad.
Alfonso pudo despu¨¦s descoser todo el trabajo del Rayo. Se encontr¨® un bal¨®n con el bote ideal en el ¨²nico despiste de Baroja. Tambi¨¦n dilapid¨® la suerte. El Betis termin¨® tirando de un repertorio agotado. Intent¨® vivir del globo al ¨¢rea. Pero Pier ya se hab¨ªa marchado hac¨ªa un rato.
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