Rodrigo Rato controlar¨¢ todo el equipo econ¨®mico si Aznar forma Gobierno
El Partido Popular prepara cuidadosamente la definici¨®n del equipo que conducir¨¢ la pol¨ªtica econ¨®mica desde el Gobierno si Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar gana las elecciones y llega a gobernar. Rodrigo Rato ser¨ªa ministro de Econom¨ªa con absoluta capacidad de control sobre los ministerios del ¨¢rea econ¨®mica -Industria y Privatizaciones, Trabajo y Seguridad Social y Fomento, que es como el PP denomina al de Transportes y Comunicaciones-, y una Oficina Presupuestaria, con dependencia directa de Presidencia del Gobierno (en la versi¨®n actual) conectar¨ªa (e implicar¨ªa) directamente a Aznar con la gesti¨®n del gasto p¨²blico.
El Partido Popular madura un equipo econ¨®mico para gobernar. Aunque no est¨¢ totalmente definido, ni probablemente lo estar¨¢ hasta despu¨¦s de las elecciones del 3 de marzo, que es cuando se llevar¨¢n a cabo los retoques finales -si Aznar puede finalmente formar Gobierno-, el presidente del PP tiene dos modificaciones funcionales claras. En su concepci¨®n , no debe haber vicepresidencia econ¨®mica (quiz¨¢ por la apelaci¨®n repetida a la austeridad), pero s¨ª una l¨ªnea ¨²nica, una direcci¨®n dominante.Con esta premisa, Rodrigo Rato, que re¨²ne casi todos los pronunciamientos favorables para ser el ministro de Econom¨ªa de un eventual Gobierno de Aznar, controlar¨ªa, a modo de vicepresidente, aunque sin serlo, todas las l¨ªneas de la pol¨ªtica econ¨®mica. Su pronunciamiento ser¨ªa decisivo para tomar decisiones o resolver conflictos en cualquier ¨¢rea de la Administraci¨®n econ¨®mica, que b¨¢sicamente quedar¨ªa formada, adem¨¢s de por el Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda, por un departamento de Industria y Privatizaciones, uno de Traba o y Seguridad Social y el macroministerio de Transportes y Comunicaciones, que en algunos medios populares se denomina, con un cierto regusto galdosiano, Ministerio de Fomento. Ni que decir tiene que el ministerio de Comercio, siempre seg¨²n los c¨¢lculos actuales, volver¨ªa a integrarse en el de Econom¨ªa.
"La concepci¨®n de un ministerio de Econom¨ªa como cabeza pol¨ªtica del ¨¢rea econ¨®mica es muy pr¨¢ctica y una garant¨ªa contra las disensiones y los enfrentamientos", explican fuentes del PP. "Pero tiene un coste, con el que hay que contar: que el resto de los ministros econ¨®micos quedar¨ªan como una especie de secretarios de Estado". En otros t¨¦rminos, tambi¨¦n evaluados en la calle G¨¦nova (sede del PP en Madrid), "el nombramiento del secretario de Estado de Econom¨ªa ser¨ªa una decisi¨®n pol¨ªtica casi tan importante como la de un ministro".Control del gastoAznar medita, como innovaci¨®n funcional importante, la formaci¨®n de una Oficina Presupuestaria encargada de controlar el gasto p¨²blico y seguir minuciosamente la evoluci¨®n de los ingresos y de los gastos p¨²blicos. El m¨¢ximo candidato para dirigir esa Oficina, con rango de Secretar¨ªa de Esta do, es Crist¨®bal Montoro, porta voz econ¨®mico del PP y hombre "de la absoluta confianza de Aznar", dicen arrobados en la sede del PP. La concepci¨®n inicial del presidente del PP era -y es- situar dicha, oficina en Presidencia del Gobierno; pero brotan opiniones sobre otras ubicaciones posibles. Las m¨¢s abundantes se?alan el Ministerio de Econom¨ªa como destinatario final.
Con estos esquemas fundamentales, vigentes. hoy y que, por supuesto, pueden variar en funci¨®n de los resultados electorales, se llevar¨¢ a cabo el encaje de los titulares en los departamentos econ¨®micos. En las versiones actuales, Alberto Recarte, un economista siempre muy proclive a las formulaciones m¨¢s liberales, tiene casi todas las papeletas para ocupar el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Recarte, t¨¦cnico comercial del Estado, fue fontanero de la presidencia del Gobierno con Adolfo Su¨¢rez en calidad de director general de Organizaci¨®n y de consejero del presidente para asuntos econ¨®micos. Hoy es vicepresidente de la sociedad de servicios industriales Centuni¨®n.
Fuentes del PP atribuyen al departamento de Trabajo y Seguridad Social una importancia singular, porque "debe continuarse y mejorarse la reforma del mercado de trabajo como una de las grandes reformas que necesita Espa?a Dunto con Sanidad y Administraci¨®n]". Algunas versiones apuntan un segundo nombre para el ministerio: Celia Villalobos, alcaldesa de M¨¢laga.El Ministerio de Industria, que incorporar¨ªa un ¨¢rea espec¨ªfica de Privatizaciones, se atribuye en los escarceos pol¨ªticos preelectorales a Luis G¨¢mir, ministro de Transportes con UCD y hoy responsable de la pol¨ªtica industrial del PP. En tomo al Ministerio de Transportes y Comunicaciones aparece otra pol¨¦mica. Seg¨²n algunas versiones, el ministro ser¨¢ Francisco ?lvarez Cascos. Pero el peso pol¨ªtico de Cascos convierte en poco probable el hecho de que vaya a ocupar un cargo bajo el control de Rodrigo Rato.
Estas candidaturas definen lo que en opini¨®n de fuentes autorizadas del PP ser¨ªa "un equipo econ¨®mico de corte liberal, lejos de las posiciones m¨¢s integristas". Constituyen, en buena parte, un desideratum para tomar decisiones dr¨¢sticas en pensiones, liberalizar m¨¢s el mercado de trabajo, vender empresas p¨²blicas y reducir el tama?o de la Administraci¨®n. El grado de cumplimiento final de este esquema depender¨ªa, seg¨²n las mismasfuentes, "de la diferencia con que Aznar ganase las elecciones".
Una oficina de doble filo
La creaci¨®n de una Oficina Presupuestaria suscita opiniones encontradas en el Partido Popular. La pol¨¦mica, muy exacerbada en estos momentos, es estrictamente pol¨ªtica. Las opiniones en contra resaltan la implicaci¨®n pol¨ªtica que arrostrar¨ªa el nuevo presidente del Gobierno si pretendiese tener el control y la informaci¨®n directa del problema presupuestario, "porque no deja de ser un avispero, y se corre el riesgo de convertir el problema del d¨¦ficit, por ejemplo, en un problema pol¨ªtico". Otras opiniones, en cambio, subrayan que "precisamente el contenido de compromiso pol¨ªtico que asumir¨ªa Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar ser¨ªa lo que conceder¨ªa relevancia a esa Oficina, porque el presidente del Gobierno, con tal procedimiento, no podr¨ªa decir jam¨¢s que 'se enter¨¦ por los peri¨®dicos".Circulan, por supuesto, interpretaciones menos piadosas o menos pol¨ªticas, como se prefiera. Entre ellas la de quien atribuye la idea de la Oficina a "la muy conocida y muy desarrollada desconfianza de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar hacia sus colaboradores con los que no tiene relaci¨®n personal".
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