El precio de la paz en Banja Luka
100.000 refugiados se hacinan en la principal ciudad de los serbios de Bosnia
Banja Luka es el n¨²cleo urbano m¨¢s importante de la Rep¨²blica de los serbios (RS) de Bosnia-Herzegovina -"la mayor y m¨¢s completa", seg¨²n su alcalde, Pedrag Radic-. Con universidad propia, era un centro cultural, industrial, comercial y financiero (tres bancos) relevante en el conjunto de la antigua Yugoslavia. Es, de hecho, la ¨²nica ciudad que puede considerarse como tal en todo el territorio de la RS. Sus habitantes no saben lo que es vivir bajo las bombas, pero s¨ª han sufrido otras consecuencias de la guerra que, parad¨®jicamente, se agravar¨¢n en tiempos de paz. El problema de Banja Luka, acuciante y de imposible soluci¨®n a corto plazo, se llama espacio. Espacio vital para los 100.000 refugiados serbios que viven apretujados en apartamentos privados o en centros colectivos, y para los 25.000 soldados del Ej¨¦rcito serbobosnio que est¨¢n siendo desmovilizados y que suspiran por regresar a su ciudad.Los miles de ex combatientes que volver¨¢n en las pr¨®ximas semanas, exhaustos despu¨¦s de cuatro a?os de guerra, no tendr¨¢n un gran recibimiento. De entrada, comprobar¨¢n que su vivienda est¨¢ ocupada por refugiados. Sin dinero para comer o comprarse ropa -muchos hombres visten uniforme militar porque no tienen otra prenda-, sin perspectivas de trabajo y sin techo, los soldados desmovilizados son candidatos perfectos para engrosar las filas de la delincuencia, con el riesgo a?adido de que todos ellos est¨¢n armados.
Avalancha de desastres
Muchos habitantes de Banja Luka, como Irena, una joven profesora sin trabajo, describen "el desastre" en que se ha convertido la ciudad a causa de la guerra. Entre mayo y septiembre pasado m¨¢s de medio mill¨®n de refugiados llegaron en tres avalanchas sucesivas procedentes de Eslavonia occidental, Krajina y el noroeste de Bosnia. "Parec¨ªa Saig¨®n", recuerda el alcalde Radic. "Las calles y carreteras estaban abarrotadas de camiones, coches, tractores y todo tipo de carromatos. Cuando vi aquello me asust¨¦. Tem¨ªa un serio conflicto entre los refugiados que estaban llegando y los croatas y musulmanes de Banja Luka. Hab¨ªa muchos soldados con sus armas entre los refugiados".Croatas y musulmanes no tuvieron otra opci¨®n que irse. Anteriormente, otros 10.000 de sus connacionales ya hab¨ªan sido expulsados. De los 60.000 que viv¨ªan en la ciudad no quedan m¨¢s de 17.000, seg¨²n las organizaciones humanitarias. "Ante estas avalanchas humanas no quiero utilizar la palabra expulsi¨®n. Ellos fueron los primeros en comprender que ten¨ªan que irse", comenta el alcalde, que cita el ejemplo de un conocido ginec¨®logo croata expulsado de Eianja Luka, Franjo Juric, que al llegar a Croacia fue entrevistado en la televisi¨®n. "?Ha sido usted expulsado por los serbios de Banja Luka?", le pregunt¨® el periodista. "No, he sido expulsado por los serbios que ustedes han expulsado en Krajina", respondi¨®. "Hab¨ªa comprendido cu¨¢l era el problema", apunta Radic. La primera autoridad de Banja Luka insiste en que de no haber sido por las oleadas de refugiados en la ciudad todav¨ªa vivir¨ªan 50.000 musulmanes y croatas.Con la desmovilizaci¨®n empiezan a regresar aquellos civiles; sometidos a trabajos forzados.. Hay numerosos ejemplos en los tres balidos. En esta- zona controlada por los serbios algunos, civiles musulmanes y croatas han vuelto a Banja Luka, Doboj o Bosanski Novi despu¨¦s de cuatro a?os de cavar trincheras. Sus casas est¨¢n ocupadas por refugiados serbios. Un juez ya ha dictaminado que estas viviendas tienen que ser devueltas a sus propietarios. Pero ?qui¨¦n aplicar¨¢ tal decisi¨®n judicial? "Espero que estos croatas y musulmanes que en los ¨²ltimos a?os han vivido un aut¨¦ntico infierno podr¨¢n regresar a sus casas", dice el alcalde. "Un famoso escritor dijo una vez que la guerra era mejor que la paz. Ahora tenemos miedo de lo que suceder¨¢ en tiempos de paz. La capacidad productiva de Banja Luka s¨®lo funciona en un 10%. Hay un gran riesgo de conflictos sociales".Klaus Steiner, representante en Bosnia occidental de la International Orthodox Christian Charities (IOCC), una de las principales organizaciones humanitarias que act¨²an en la zona, hace la siguiente reflexi¨®n: "Todos est¨¢n contentos de que los combates hayan terminado. Pero al mismo tiempo sienten que han perdido y que el resultado no es justo para ellos. Aqu¨ª en Banja Luka quieren quitarse de encima a los refugiados, y ¨¦stos quisieran regresar a sus casas, pero no a aquellas ¨¢reas bajo control de los croatas o los musulmanes. No quieren ser una minor¨ªa. Minor¨ªa significa amenaza. Quieren ser mayor¨ªa".
He aqu¨ª la brutal consecuencia de la limpieza ¨¦tnica que se ha practicado en la guerra de Bosnia y que el acuerdo de Dayton ha certificado sobre el papel. Territorios homog¨¦neos ¨¦tnicamente, donde no hay sitio para las minor¨ªas. Puede que este resultado garantice una paz moment¨¢nea, pero dif¨ªcilmente resolver¨¢ el problema de los dos millones y medio de refugiados y desplazados. El acuerdo de Dayton establece el regreso de estos despose¨ªdos, pero no especifica ad¨®nde. Ciudades como Banja Luka, Tuzla, Zenica o Sarajevo est¨¢n ya saturadas de refugiados. En el campo, sobre todo en la RS, hay todo el sitio del mundo. Pero antes habr¨ªa que reconstruir las aldeas destruidas.
Ciertos dirigentes occidentales se apoyan ahora en que hay paz en Bosnia-Herzegovina para dar por hecho que los refugiados que acogieron durante la guerra tienen que emprender el camino de regreso. Alemania ya ha advertido que 300.000 bosnios que viven en su territorio tienen que hacer las maletas.
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