Presidentes en el banquillo
Las acusaciones contra el presidente de Colombia, Ernesto Samper, seg¨²n las cuales habr¨ªa financiado su campana electoral con dinero del narcotr¨¢fico, han puesto sobre el tapete el tema de la corrupci¨®n en Am¨¦rica Latina.Antes del caso Samper, ya hubo otros tres jefes de Estado latinoamericanos acusados de corrupci¨®n y enriquecimiento personal que tuvieron que renunciar a sus altos cargos: el brasile?o Fernando Collor de Mello y el peruano Alan Garc¨ªa, ambos en 1992, y el venezolano Carlos Andr¨¦s P¨¦rez en 1993. A esta lista hay que a?adir al vicepresidente ecuatoriano Alberto Dahik, que huy¨® de su pa¨ªs despu¨¦s de serle incoado un procedimiento penal, y el hermano, en prisi¨®n, del ex presidente de M¨¦xico Carlos Salinas de Gortari. Del paradero de este ¨²ltimo nada se sabe desde hace un a?o.
La acci¨®n judicial contra la corrupci¨®n fue posible gracias a la instauraci¨®n de dispositivos legales que dieron mayor poder e independencia a la justicia.
Fernando Collor de Mello, de 46 a?os, fue presidente de Brasil de 1990 a diciembre de 1992, fecha en que fue destituido en relaci¨®n con un caso de corrupci¨®n en el que el tesorero de su campa?a electoral, Paulo C¨¦sar Farias, fue condenado. Actualmente vive en Florida y trabaja de consejero de importaci¨®n-exportaci¨®n de empresas relacionadas con el comercio de su pa¨ªs.
Carlos Andr¨¦s P¨¦rez (presidente de 1974 a 1979 y por segunda vez de 1989 a 1993) es acusado de haber desviado 17,2 millones de d¨®lares (2.133 millones de pesetas) de los fondos reservados. Fue destituido por el Congreso en 1993, y en consideraci¨®n a su edad se le autoriz¨® a dejar la prisi¨®n y esperar bajo arresto domiciliario la decisi¨®n de la justicia.
Alan Garc¨ªa, presidente de 1985 a 1990, est¨¢ acusado por la justicia peruana de enriquecimiento il¨ªcito y corrupci¨®n. Vive como refugiado pol¨ªtico en Colombia para evitar responder de los cargos, y tambi¨¦n en Par¨ªs.
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