Emilio Alarcos define la investigaci¨®n como una senda abruta y placentera por la que transita gente austera
La investigaci¨®n es una senda abrupta y placentera y los que por ella transitan pertenecen a una austera comunidad con r¨ªgidas reglas que viven felices compensados por el deleite que les produce su oficio. As¨ª defini¨® ayer ante los Reyes el acad¨¦mico Emilio Alarcos la vida "tranquila" pero sometida a "votos de pobreza" de los cient¨ªficos espa?oles en el acto de entrega de los Premios Nacionales de Investigaci¨®n -en sus vertientes cient¨ªfica, t¨¦cnica y humanista-, que se celebr¨® en el Palacio Real.Alarcos, premio Ram¨®n Men¨¦ndez Pidal, encargado por sus compa?eros premiados del discurso de recepci¨®n, no olvid¨® en sus palabras una cr¨ªtica a la abundancia actual de los que "sin oficio y, por tanto, sin deleite en ¨¦l", detentan desproporcionados beneficios. Tampoco obvi¨® una defensa de su especialidad -la filolog¨ªa-, ya que "la lengua es la base ineludible del conocimiento".
El Rey, por su parte, se?al¨® que la situaci¨®n actual "no debe conducimos a la autocomplacencia" y anim¨® a los cient¨ªficos a integrarse m¨¢s en la sociedad, de forma que su actividad "sea mejor conocida por el conjunto de los ciudadanos y, a su vez, para que ¨¦stos, a trav¨¦s de los agentes sociales y de sus medios de expresi¨®n, influyan en las investigaciones que se realizan". Record¨® don Juan Carlos las implicaciones ¨¦ticas y medioambientales del desarrollo tecnol¨®gico y se?al¨® que el conjunto de la sociedad debe asumir de manera consciente e informada el trabajo de sus cient¨ªficos "que deseamos que sea m¨¢s conocido y debatido".
Jer¨®nimo Saavedra, ministro de Educaci¨®n y Ciencia, record¨® que por mucho que avance el conocimiento cient¨ªfico quedar¨¢n incertidumbres vitales. Tras el acto, al que asistieron unos 400 invitados, el bi¨®logo Antonio Bellido, premio Santiago Ram¨®n y Cajal, se mostr¨® contento con la relevancia que el Estado viene concediendo a la labor investigadora, aunque se?al¨® que en su caso el m¨¦rito era de muchos y no de una sola persona.
Los otros investigadores que recogieron sus galardones fueron el qu¨ªmico Avelino Corma (premio Leonardo Torres Quevedo) y la bioqu¨ªmica F¨¢tima Bosch y el music¨®logo Luis Antonio Gonz¨¢lez Mar¨ªn (premios Rey don Juan Carlos I para j¨®venes investigadores). Tambi¨¦n se entreg¨® por primera vez la C¨¢tedra Severo Ochoa en biolog¨ªa y medicina, que ha obtenido el neurocient¨ªfico Carlos Belmonte.
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