Rumbo
Es dif¨ªcil desentra?ar hasta qu¨¦ punto una asociaci¨®n religiosa es un peligro para la sociedad o una opci¨®n leg¨ªtima de la libertad de cada cual. Tomemos por ejemplo a Lumen Dei, ese grupo cat¨®lico que acaba de comprarse un colegio en Pozuelo, y al que los padres de los alumnos ven con razonable suspicacia porque sus ideas parecen anticuadas y porque llevan unos crucifijos inquietantemente descomunales.Los estatutos de Lumen Dei proclaman el voto de pobreza de los miembros: el asociado "deja de ser propietario [de sus bienes]. Pasa a serlo Dios, que lo administra por medio de Lumen Dei". Ah¨ª es nada, tener un propietario que no reclama intereses. Ser¨¢ por eso por lo que la gesti¨®n del capital divino parecer irles de perlas: no s¨®lo han comprado ahora este colegio, sino que tambi¨¦n adquirieron en 1993 un edificio de cinco plantas en Madrid, pagando por ¨¦l 280 millones de pesetas.
Conozco a una mujer, notable profesional y persona solidaria, que lleva cuatro a?os dando 3.000 pesetas al mes como ayuda para una ahijada en el Tercer Mundo. Es un proyecto gestionado por Prode¨ªn-Lumen Dei; a los cuatro meses de empezar a pagar, mi conocida recibi¨® la foto y la primera carta de la ni?a, que en su caso es peruana. El problema es que las cartas siempre vienen con matasellos de Barcelona, y que, cuatro a?os despu¨¦s, la madrina a¨²n no ha conseguido (aunque las ha pedido) ni la direcci¨®n de la ahijada ni la del colegio de Lumen Dei de Cuzco en donde se supone que est¨¢ estudiando. La solidaridad internacional est¨¢ e empezando a mover miles de millones de pesetas: es lo justo y lo necesario, y por ah¨ª ha de pasar nuestro compromiso como ciudadanos. Pero al olor del bot¨ªn pueden acudir muchas rapaces. Tal vez los de Lumen Dei sean unos santos. A m¨ª s¨®lo me gustar¨ªa saber de d¨®nde sacan para tanto rumbo.
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