Males de la sociedad
Si en el bar Arny de Sevilla, y seg¨²n la terminolog¨ªa del c¨®digo, se explotaba y se corromp¨ªa a menores de edad, induci¨¦ndoles a prostituirse y a consumir droga, entonces era un club muy espa?ol, donde, a peque?a escala, se reproduc¨ªan todos los males de la sociedad, que morbosamente se recrea ahora con el tema en los medios de comunicaci¨®n y que no sabe distinguir muy bien entre el placer y el vicio, entre el pecado y el delito.Han sido ¨¦stos d¨ªas de esc¨¢ndalos farisaicos y de tufillos inquisitoriales. Se han echado en falta reflexiones valientes y ponderadas como el editorial de EL PA?S del pasado d¨ªa 22 de enero, que, condenando toda explotaci¨®n y agresi¨®n, m¨¢xime si se trata de menores, no confundan m¨¢s a la opini¨®n p¨²blica y no mezclen las cosas.
M¨¢s de uno querr¨ªa aprovechar la ocasi¨®n para anatematizar la homosexualidad y cercenar las libertades democr¨¢ticas. M¨¢s de uno abogar¨ªa por volver a la moral enfermiza de los p¨²lpitos y confesionarios de anta?o. ?No ser¨ªa mejor aprovechar la ocasi¨®n para abrir un debate serio sobre ciertos temas, delicados, s¨ª, pero de suma importancia por lo que estamos viendo? ?C¨®mo es que en alg¨²n pa¨ªs europeo no es delito lo que aqu¨ª lo es? ?Por qu¨¦ no se tiene a los 16 a?os madurez para decidir sexualmente y s¨ª para jugarse la vida con una moto? ?Es lo mismo prostituci¨®n juvenil que prostituci¨®n infantil? ?Por qu¨¦ no se habla de corrupci¨®n y abuso de menores en otros ¨¢mbitos no relacionados con la sexualidad? La sociedad adulta acepta sin demasiados remilgos que nuestros menores se pongan como cubas los fines de semana y conviertan los institutos en fumaderos. Los mayores abusamos psicol¨®gicamente de nuestros j¨®venes, desde las aulas y desde los medios de comunicaci¨®n con toda clase de mensajes consumistas y competitivos.
Combatamos en¨¦rgicamente toda explotaci¨®n y toda agresi¨®n que afecte a nuestros menores, pero seamos tambi¨¦n valientes para denunciar la hipocres¨ªa de una moral sexual que no nos hace m¨¢s libres y felices, sino que nos culpabiliza y criminaliza innecesariamente.-
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