Los GAL y el tiempo
Han pasado casi diez a?os desde que desaparecieron los GAL, pero ETA ha seguido matando. Concretamente ha asesinado en estos diez a?os a 269 personas: diez por cada v¨ªctima de los GAL. No es cierto, por tanto, que en Euskadi haya "dos grupos militares enfrentados, ETA y GAU, como afirma en un reciente libro colectivo el mismo ap¨®stol de los derechos colectivos que hace un a?o aseguraba que el de autodeterminaci¨®n es tan importante como el derecho a la vida. Sin embargo, no tanto los GAL como la memoria de los GAL resucitada por la reactivaci¨®n del caso tras las declaraciones de Amedo y Dom¨ªnguez es utilizada por esos propagandistas de ETA para acreditar su fantas¨ªa de las dos violencias sim¨¦tricas. Como entre los efectos de esa reactivaci¨®n destacan la deslegitimaci¨®n del Estado y el paralelo envalentonamiento de los v¨¢ndalos, los llamamientos al sentido com¨²n de pol¨ªticos como Pujol se han visto acompa?ados de la b¨²squeda de culpables. De la reactivaci¨®n, no de los GAL.Muchos se?alan a Belloch: ¨¦l ser¨ªa la misteriosa "B" a que se refiri¨® el general S¨¢enz de Santamar¨ªa. Le acusan de abrir la caja de los truenos al negar el indulto a Amedo y Dom¨ªnguez y cortarles la asignaci¨®n que compraba su silencio. Visto desde hoy, es evidente que as¨ª ha ocurrido, pero quienes ahora lo denuncian son los mismos que entonces alertaban contra el intento de indultarles. Belloch defendi¨® la aplicaci¨®n del tercer grado, lo que pod¨ªa hacerse sin quebrar la ley ni provocar el esc¨¢ndalo que seguir¨ªa a un indulto. Aparentemente era una opci¨®n racional. Se sab¨ªa que Amedo guardaba una bala en la rec¨¢mara, pero s¨®lo una; era l¨®gico pensar que una vez en la calle renunciar¨ªa a dispararla sabiendo que, si bien pod¨ªa alcanzar muy altas cabezas, la primera en rodar ser¨ªa la suya. ?Qu¨¦ factores determinaron que esa hip¨®tesis no se verificase? Dos: la intervenci¨®n de unos periodistas y el regreso de Garz¨®n a la Audiencia Nacional Sobre lo segundo se han vertido r¨ªos de tinta; sobre lo otro, se ofrece detallada informaci¨®n en el reciente libro de Esther Esteban sobre Pedro J. Ram¨ªrez. La llegada an¨®nima de una agenda de Michel Dom¨ªnguez a manos de Melchor Miralles, autor de un libro sobre el caso Amedo, pone al periodista en la pista del cobro por los dos polis de importantes cantidades de dinero. Miralles y Dom¨ªnguez se entrevistan en varias ocasiones y, a partir de un momento dado, Ram¨ªrez se incorpora a las conversaciones. Interrogado sobre si estar¨ªa dispuesto a colaborar con Garz¨®n, Dom¨ªnguez responde que antes quisiera saber si el PP ser¨ªa a su vez favorable a conceder medidas de gracia. El director de El Mundo responde: "Hombre, yo con Aznar no he hablado de esto, pero est¨¢ claro que a la hora de conceder un indulto, siempre es un factor a tener muy en cuenta que la persona a indultar haya colaborado con la justicia". Tambi¨¦n pregunta si El Mundo le dar¨¢ cobertura: "Toda la cobertura", rese?a Esther Esteban que respondi¨® Ram¨ªrez. El 8 de diciembre, Amedo y su abogado se suman al grupo y pactan un acuerdo: publicaci¨®n en El Mundo de las declaraciones de ambos en paralelo a las realizadas ante el juez Garz¨®n. El resultado son 40 horas de conversaci¨®n grabadas en un hotel de Madrid y sin otro documento sobre la mesa que el libro de Miralles sobre los GAL (publicado en 1989), en el que "revisan algunas fechas".
Es incre¨ªble que Amedo fuera capaz de inventarse el relato que hizo a Garz¨®n, aunque es evidente que trata de presentarse bajo el ¨¢ngulo m¨¢s favorable para su imagen y sus intereses (el abogado estaba presente). Desde una perspectiva de curiosidad p¨²blica, hay sin embargo un detalle que podr¨ªa alg¨²n d¨ªa dar trabajo al periodismo de investigaci¨®n. Ser¨ªa interesante saber a la vista de esas 40 horas de grabaci¨®n si la versi¨®n adelantada en ese libro que ten¨ªan sobre la mesa se iba viendo confirmada por los recuerdos de Amedo o si eran m¨¢s bien esos recuerdos, que luego se convertir¨ªan en declaraci¨®n ante Garz¨®n, los que iban adecu¨¢ndose a la previa versi¨®n period¨ªstica que consultan.
A prop¨®sito de la publicaci¨®n en El Mundo de las revelaciones de Amedo, su director escribi¨® que hab¨ªa llegado la hora de la verdad": de decidir si se estaba con el Estado de derecho o con la raz¨®n de Estado. Es un criterio subjetivo. No faltar¨¢n quienes piensen que la aut¨¦ntica hora de la verdad se sit¨²a entre 1983 y 1986: cuando los GAL mataban.
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