La vaquilla del siglo XIII se asoma a los or¨ªgenes de Colmenar Viejo
Viejo Coincidiendo con la vuelta de las cig¨¹e?as a la torre de la iglesia, las calles de Colmenar Viejo (25.000 habitantes) se impregnaron ayer de coorido y danza con la celebraci¨®n de la fiesta de la vaquilla. Los estudiosos de la zona datan los or¨ªgenes de este rito pagano all¨¢ por el siglo XII, en los tiempos en que se consolid¨® la villa. La guerra civil y la falta de inter¨¦s sumieron la tradici¨®n en el olvido hasta los a?os setenta, cuando resurgi¨® de sus cenizas, convirti¨¦ndose en una fiesta de inter¨¦s tur¨ªst¨ªco.
A pesar de ser un a fiesta extendida por otras comacas no s¨®lo madrile?as, sino tambi¨¦n de Castilla y Le¨®n y Castilla-La Mancha, la vaquilla de Colmenar es la ¨²nica que conserva sus or¨ªgenes, manteniendo intacto su car¨¢cter pro fano y riqueza en cuanto a ornamentaci¨®n y representaci¨®n. Esta fiesta, eminentemente masculina, comienza con unos cuantos d¨ªas de antelaci¨®n al 2 de febrero, en lo que. se denomina "Fase iniciadora", reuni¨¦ndose el grupo de mozos del a?o anterior. La segunda fase, la "preparativa", es el periodo m¨¢s largo, donde se viste la vaquilla, un armaz¨®n de madera forrado y ornado con coloridos pa?uelos de seda, dos cuernos embolados con naranjas, tres mantones de Manila y flores de papel con rosquillas.Finalmente llega el d¨ªa se?alado, el 2 de febrero, en lo que se denomina fase de correr y dar muerte a la vaquilla. El grupo, compuesto por un mayoral vestido al estilo andaluz, los vaquilleros y el taleguero, al que se le distingue por unas alforjas que cuelgan de su hombro izquierdo, hace danzar a la vaquilla por las calles del pueblo mientras chasquean las ondas y repican decenas de campanillas que cuelgan de sus vestimentas.Para Rafael Criado, que lleva corriendo la vaquilla desde los 10 a?os, el momento m¨¢s emotivo surge al final, cuando se da muerte al armatoste. "?sta es de las fiestas m¨¢s importantes", reconoce la concejala de Cultura del Partido Popular, Mar¨ªa Luisa Mansilla, "y demuestra que esto no se va a acabar".
Desde la vaquilla de los m¨¢s peque?os, ni?os entre los siete meses y los cinco a?os (se puede ver a alg¨²n vaquillero enbrazos de sus padres), hasta la de los mayores, todas desfilan por la plaza del pueblo bailando su armadura, hasta que se acerca la hora fat¨ªdica de darle muerte entre simb¨®licos disparos al aire, para terminar bebiendo la sangre del animal, en realidad una sangr¨ªa.
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