"Se nos abre la oportunida de oro de regenerar la izquierda con el PSOE"
Tiene que irse a rodar un v¨ªdeo electoral. Y le mol esta. Julio Anguita se ha desayunado esta ma?ana [el jueves] con nuevos datos sobre el rifirafe electoral, sobre los debates a dos o a tres.Pregunta. ?C¨®mo viene la campa?a!, ?no?
Respuesta. Est¨¢ rara (suspiro). Desde luego, es una cosa muy rara. Lo que pudi¨¦ramos llamar la guerra es total. Declaraciones, medios de comunicaci¨®n, encuestas... Todo est¨¢ atravesado (silencio). El problema de fondo es qu¨¦ va a ser del pa¨ªs en los pr¨®ximos ocho o diez a?os; si el camino es el que conduce a ese Maastricht o, al contrario, hay una opci¨®n de pol¨ªtica social... Otra pol¨ªtica. Y, sobre todo, es que ya hay una apuesta de los centros de poder econ¨®mico por el nuevo capataz.
P. Se refiere usted a las declaraciones de Emilio Bot¨ªn, el presidente del Banco Santander, y Jos¨¦ Mar¨ªa Cuevas, el de la CEOE.
R. S¨ª, s¨ª. Me parece un esc¨¢ndalo faris¨¢ico. Cuevas tiene derecho a decir lo que le d¨¦ la gana. Y lo digo yo, que no estoy de acuerdo con Cuevas, ni ahora ni antes, y no soy sospechoso. Pero que nadie se escandalice. Cuevas, en el a?o 1993, defendi¨® la reforma del mercado laboral del PSOE. Y el se?or Bot¨ªn padre alab¨® la expropiaci¨®n de Rumasa tambi¨¦n con los socialistas. O sea, que entonces parec¨ªa bien porque nos conven¨ªa y ahora... Hombre, no.
P. ?A usted le parece normal que el se?or Bot¨ªn ... ?
R. Hombre, claro. Si es que a m¨ª me parece muy bien que los banqueros opinen en un momento en que hay dudas, crisis, preocupaci¨®n... Estamos en una encrucijada. Hay que tomar decisiones. ?C¨®mo no va a opinarla patronal? ?C¨®mo no van a opinar los banqueros? Aqu¨ª tiene que opinar todo el mundo. Eso no quiere decir que estemos de' acuerdo con lo que dicen. Pero con que opinen ?porqu¨¦ no?
P. Su mensaje parece a veces de izquierda excluyente. ?No cree que eso asusta a los votantes?
R. Pero ?por qu¨¦ se fijan ustedes en, mis palabras y no en los hechos? La pregunta es..., y perdone que tome un ejemplo, como ¨¦sa de: Dime si me he equivocado. Y, si me he equivocado, ?por qu¨¦ me pegas? La realidad ha hecho que IU est¨¦ en un lado y el resto de las fuerzas en otro. Esto son hechos: tres huelgas generales: IU, en un lado; en el otro, todos los dem¨¢s. Contrarreforma fiscal: IU, en un lado; en el otro, todos los dem¨¢s. Guerra del Golf¨®, lo mismo. Reforma laboral... Los hechos, los hechos nos han ido situando a una parte en una orilla. Pero siempre con un matiz que nadie ha querido ver en m¨ª, tal vez por alguna extra?a raz¨®n. Yo nunca he dicho que el PSOE y el PP eran iguales. Yo he utilizado el verbo estar. El PP es de derechas, el PSOE est¨¢ en la derecha, que no es lo mismo. Al hacer esa diferencia, me permite decir: no vamos a apoyar a Aznar en la investidura si llegase a ganar, y pongo el si llegase a ganar. Es m¨¢s, tiene nuestro vote) en contra. Ahora, como el PSIOE est¨¢, se le dice: salgan ustedes de ah¨ª. Eso significa una reconsideraci¨®n de su pol¨ªtica. ?Ha habido por parte del PSOE voluntad de negociar con IU un programa que gire hacia la izquierda? Ah¨ª estan los datos.
P. Usted ha dicho que va a recurrir a la memoria en su campa?a. Eso lleva a un ataque m¨¢s directo a quien ha gobernado que a quien pueda gobernar.
R. S¨ª, pero yo les mando una carta a los electores en la que, les digo que recuerden, pero les eligo que piensen en el 4 de marzo, en lo que va a pasar. Y va a pasar que Felipe Gonzalez va a decir Maastricht y cierra Espa?a. Y don Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar va a decir Maastricht y cierra Espa?a. A partir de ah¨ª, estoy diciendo ya que el se?or Aznar tiene una posici¨®n en esto que es igual a la del se?or Gonz¨¢lez. Si el se?or Aznar gobierna, que ojal¨¢ que no, nos va a tener enfrente. Hemos tenido los choques con el PSOE porque es el gobernante. El matiz o el giro importante es que no combatimos siglas. Combatimos pol¨ªticas. Aznar sabe que tendremos dur¨ªsimos encuentros.
P. ?Y hay pinza o no?
R. Yo s¨®lo contestar¨¦ al tema de la pinza cuando se me pregunte. Y usted me pregunta. Y le hago las siguientes precisiones: la pinza se hace en torno a pol¨ªticas y con el PP nunca hemos votado en materia de pol¨ªtica social. El PSOE y el PP s¨ª lo han hecho. ?Qu¨¦ hemos votado con el PP? Cuestiones de control democr¨¢tico. Ha habido una campa?a bien organizada en torno a la palabra pinza, pero lo que de verdad ha habido es una tenaza entre CiU y PSOE y, a veces, entre PSOE y PP.
P. ?Hay alguna posibilidad, por peque?a que sea, de arreglar los pactos poselectorales?
R. Por primera vez puedo entrar a contestar a eso. Ya ha quedado clara nuestra posici¨®n ante Aznar. Imaginemos que el problema es nuestra posici¨®n ante el senor Gonz¨¢lez.. Yo en esta fase me dirijo a sus votantes y mili tantes: Se os abre y se nos abre a todos la oportunidad de oro de reiniciar, o de iniciar, un proceso de regeneraci¨®n de la izquierda, desde la clarificaci¨®n de todos los aspectos que ha habido -GAL, fondos reservados...- hasta un programa a discutir, a negociar. Tengo que rechazar que soy una persona radical e in transigente. Si¨¦ntense ustedes y discutamos, y ya veremos si lo soy o no. Es una oportunidad, no es una promesa de apoyo.
P. ?Impondr¨ªa su programa? 60 aceptar¨ªa una negociaci¨®n en funci¨®n de los resultados de cada formaci¨®n?
R. Lo que quiero es sentarme. ?Por qu¨¦ Pujol s¨ª y nosotros no? ?Es que tenemos que asumir el programa del PSOE y Pujol con un diputado menos pudo imponer la gran tajada para los intereses que representa, que no son los de toda Catalu?a?
P. ?Sentarse con qui¨¦n?
R. Con el PP, imposible. Es una cuesti¨®n de ser y estar. El PP es derecha. El PSOE est¨¢ en la derecha. Por lo tanto, con el PP no podemos. Si llega a la investidura, tiene Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar nuestro voto en contra; no la abstenci¨®n, el voto en contra.
P. ?Y el PSOE?
R. Con el PSOE, con lo que representa el PSOE, posibilidades de regeneraci¨®n, de rectificaci¨®n en torno a todos los acontecimientos y ejes de propuestas de izquierda, de programas negociados, discutidos y pactados.
P. ?Imponiendo su programa?
R. Siempre partiendo de antemano de la base de que no vamos a imponer, porque se supone que seremos minor¨ªa con respecto a ellos. Pero discutiendo n¨²mero a n¨²mero, dinero a dinero. Se abre la posibilidad de que la izquierda pueda regenerarse. Y en eso est¨¢ la mano tendida.
P. ?Aunque gobierne Gonz¨¢lez?
R. Independientemente de quien gobierne. La persona no tiene nada que ver. ?Que no se acepta la negociaci¨®n? Se votar¨¢ que no en la investidura. Y siempre hay en el transcurso de la legislatura la posibilidad de una moci¨®n de censura para que lo reconsidere. Si ¨¦ste no lo" reconsidera, que otros que le puedan suceder lo hagan.
P. ?Actuar¨¢n de llave?
R. Nosotros en la investidura no vamos a ser t¨ªmidos. S¨ª o no. No habr¨ªa abstenci¨®n. Hombre, puede que la matem¨¢tica de los esca?os... Pero, en principio, decidir no es inhibirse. Hay que mojarse, arriegarse.
P. ?Cu¨¢l va a ser el eje de su campa?a electoral?R. Que los electores recuerden 1993. Que recuerden cuando Gonz¨¢lez pidi¨® el voto para la izquierda y termin¨® entreg¨¢ndoselo a Jordi Pujol. Por tanto, en 1996, que recuerden y digan si va a decidir Pujol o IU.
P. Pero ?en qu¨¦ aspectos concretos basar¨¢ su discurso?
R. En tres: empleo, recuperaci¨®n medioambiental del pa¨ªs y democratizaci¨®n de las instituciones. En el primer caso, se trata de perfilar la pol¨ªtica econ¨®mica de ocho a diez a?os. El objetivo es conseguir lo que se enuncia en el art¨ªculo 40 de la Constituci¨®n [el art¨ªculo se refiere a que los poderes p¨²blicos perseguir¨¢n el progreso econ¨®mico y social y pol¨ªticas de pleno empleo] y, a partir de ah¨ª, luchar por una econom¨ªa de demanda, no de oferta. Otro aspecto es el de detener inmediatamente las privatizaciones en el sector p¨²blico. Suspender y quitar aspectos de la reforma del mercado laboral, por no decir todo. Elevar la capacidad de consumo de ciertas capas sociales y, para eso, elevar la pensi¨®n m¨ªnima y el salario m¨ªnimo. Sostenemos la creaci¨®n del fondo obligatorio de inversi¨®n para que la empresa genere empleo con sus excedentes a cambio de exenciones.
P. No van contra la empresa...
R. No, no. Al empresario le decimos: Mire usted; usted sabe qui¨¦n soy, sabe como soy. Pero, dentro del esp¨ªritu de la Constituci¨®n, usted tiene una cabida. Y usted "se somete a lo que aporte cara al futuro. Desde luego, sentarse para que ustedes nos pidan constantemente restricciones salariales, despido libre... Eso, francamente, no me merece ning¨²n respeto. Usted ?en qu¨¦ arriesga? Y a fe que vamos a discutir. Hablemos del I + D, de la competencia -me gusta m¨¢s que la competitividad-, de la planificaci¨®n.
P. ?Usted estar¨ªa dispuesto, entonces, a un pacto social?
R. Yo soy partidario de sentarnos para un gran acuerdo. Pactos con n¨²meros, con programas, con previsiones, con ¨®rganos de seguimiento. Nada de una cosa vaporosa.
P. Yo le hablo de un pacto como el Acuerdo Econ¨®mico y Social (AES) o, m¨¢s ambicioso, como los Pactos de la Moncloa.
R. Yo no quisiera recordar los Pactos de la Moncloa. Porque tuvieron un fallo tremendo. Y fue que, cuando no se cumplieron, la izquierda no exigi¨® su cumplimiento. Por eso hablo de comisiones de seguimiento y cumplimiento riguroso, caiga quien caiga. Lo que proponemos es un acuerdo de ocho o diez a?os, con compromisos concretos. No tendr¨ªamos inconveniente en sentarnos a discutir un pacto as¨ª. Un pacto para m¨ª, al contrario de un acuerdo gen¨¦rico en el que todo vale, supone un contrato minucioso en el que todos tienen derechos y deberes.
P. El segundo eje de su campa?a es el medio ambiente. ?Qu¨¦ proponen?
R. Hay propuestas en nuestro programa que son de pura regeneraci¨®n del medioambiente: el reciclaje de aguas, la reforestaci¨®n, el cuidado del monte, los filtros verdes, las formas de riego... Primer objetivo, creaci¨®n de energ¨ªas alternativas ligadas a la creaci¨®n de puestos de trabajo. Conseguir una Espa?a vivible y habitable. Y un aspecto muy importante: el reequilibrio de la poblaci¨®n. Nos corresponde la responsabilidad hist¨®rica de dise?ar el futuro del pa¨ªs para los pr¨®ximos cincuenta o, sesenta a?os. ?Vamos a seguir con esa concentraci¨®n de la poblaci¨®n en Madrid, Barcelona, Sevilla, Zaragoza o Valencia ... ? ?O vamos a crear alguna compensaci¨®n que dignifique otra vez al mundo rural y que permita vivir en otro modelo de poblaci¨®n?
P. Pasemos al tercer eje: la democratizaci¨®n de la vida p¨²blica.
R. Hacer la ley electoral mucho m¨¢s proporcional. Reducir el n¨²mero, de firmas necesario para la iniciativa legislativa popular y plantear la financiaci¨®n de los partidos pol¨ªticos. Todas las organizaciones que reciben dinero del Estado deben pasar por el Tribunal de Cuentas: sindicatos, partidos y cualquier otra organizaci¨®n. Tambi¨¦n planteamos el tema del transfuguismo.
Una ley que deje claro que el esca?o es propiedad de la fuerza pol¨ªtica, no del candidato.
P. Salvo que fueran listas abiertas, ?no? ?Est¨¢ usted de acuerdo con las listas abiertas?
R. No; por ahora, no. Yo creo que los procesos deben ser democr¨¢ticos en el seno de las fuerzas pol¨ªticas. Hasta que no haya una mayor permeabilidad de los medios de comunicaci¨®n hacia cualquier persona, no es posible aceptarlo. No, no, no. Es el objetivo ideal, lo confieso, pero eso ser¨¢ cuando las diferencias entre las opciones pol¨ªticas sean menores. Un se?or puede ser extraordinariamente querido en un barrio, pero lo que unifica a un grupo son los programas.
P. Pero eso es el problema de los liderazgos. Usted mismo es un l¨ªder y...
R. S¨ª, s¨ª, s¨ª. Pero lo critico. Yo critico el hiperliderazgo, a pesar de que yo pueda padecer esa especie de enfermedad. S¨ª, s¨ª, lo sigo criticando, porque eso nos conduce a que todo dependa de una persona emblem¨¢tica. Bueno, las consecuencias son terribles. Yo en este tema miro al PSOE. Es curioso, ?eh? Est¨¢ enfeudado en Felipe Gonz¨¢lez. Y yo no quisiera que eso ocurriera en otras formaciones ni, por supuesto, en la m¨ªa. Felipe Gonz¨¢lez les lleva al desastre y ese partido es incapaz de reaccionar. Yo no quiero llegar a esa situaci¨®n.
P. Pero ?c¨®mo evitar que el peso del liderazgo tape el mensaje?
R. Es una lucha en la que se est¨¢ contra con una corriente adversa. Los propios medios de comunicaci¨®n -y no hablo por maldad- est¨¢n siendo fuertemente bombardeados. Donde hay reflexi¨®n, el liderazgo baja bastante, Y donde no la hay, donde prima la imagen, lo que se llama liderazgo sube. Es algo que impone la propia cultura audiovisual, a no ser que los medios de comunicaci¨®n se pongan al servicio del colectivo y de la pluralidad. Pero la cultura de los medios est¨¢ hoy por sintetizar todo en un rostro. Peligros¨ªsimo.
P. ?Se siente usted maltratadao por los medios?
R. ?Maltratado? Dir¨ªamos (r¨ªe con ganas) que me siento como San Sebasti¨¢n, que ya sabe usted que muri¨® asaeteado. Yo sab¨ªa que, al tomar una posici¨®n, choc¨¢bamos con lo instituido, con el estatus. Y lo asumo. A veces me molesta que haya tanta bilis. Pero lo tomo con aut¨¦ntica serenidad. Cada vez que uno ve un telediario... La cadena p¨²blica es beligerante con Izquierda Unida. As¨ª lo digo, y lamento que se molesten. Y lo digo para que se enteren.
P. Tambi¨¦n hay medios privados.
R. Los medios privados son los medios privados. Y a veces encuentro en ellos mejor recepci¨®n que en los p¨²blicos. Pero nunca har¨¦ de eso una critica. Salvo cuando se miente. El lector de esta entrevista, que tenga la santa paciencia de sentarse a ver siete telediarios. A ver c¨®mo aparece el PSOE, el PP e Izquierda Unida y cu¨¢les son las noticias que se destacan. Los incidentillos de las listas de IU se magnifican y los del PSOE, que han sido tremendos, se minimizan.
P. ?Cree usted que ser¨ªa mejor que los medios se definieran en sus apoyos?
R. Ser¨ªa muy sano. Porque cuando dicen: Nosotros somos parciales, objetivos... Nadie lo es. ?Es que nadie sabe cu¨¢l es la l¨ªnea editorial de EL PA?S, la l¨ªnea editorial del Abc, la l¨ªnea editorial de El Mundo; bueno, si no la l¨ªnea editorial,. las posiciones de El Mundo? Todos lo saben. 0 de La Vanguardia. Pues que se diga. Eso no les har¨ªa perder lectores.
P. ?Echa de menos el apoyo sindical?
R. Yo no quiero poner en el brete a los sindicatos para que se mojen. Yo me dirijo, a los afiliados para que recuerden que la reforma laboral se hizo con el apoyo de Pujol.
P. Hablemos de Maastricht.
R. Es cada vez m¨¢s urgente que se reconsideren las exigencias. No se va a conseguir la moneda ¨²nica. En 1997 no llegar¨¢n todos los pa¨ªses a cumplir con las exigencias, a no ser que hagan lo que hicieron en el paso de la primera a la segunda fase. Pero, aunque llegaramos a cumplir todos los requisitos, luego hay que continuar. Cada vez hay m¨¢s gente que se pasa a las posiciones cr¨ªticas, y pocos los que se pasan de las cr¨ªticas al apoyo. Mientras los criterios sean la reducci¨®n del d¨¦ficit y la inflaci¨®n, Maastricht sigue siendo de imposible cumplimiento. El problema es que se quiere construir un mercado ¨²nico, pero sin un poder pol¨ªtico ¨²nico. Las multinacionales tendr¨¢n m¨¢s fuerza que los Gobiernos y los colectivos. Gonz¨¢lez reconoce que los Estados pierden competencia econ¨®mica. Pero se quedan con toda la competencia del paro y sin instrumentos para resolverlo.
P. ?Qu¨¦ mensaje lanzar¨ªa a los electores?
R. Que voten lo que quieran, pero por convencimiento. Que nadie vote por miedo ni por castigar a nadie.
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