"?C¨®mo eres amigo del calvo ese?"
Ra¨²l y De la Pe?a se enfrentar¨¢n a muerte el s¨¢bado en el Camp Nou, mientras tanto pasean su amistad
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Ra¨²l es un l¨ªder nato. "T¨² ver¨¢s, pero si quieres ganar el partido de ma?ana...", cuenta ue le dijo a Valdano cuando el t¨¦cnico que le descubri¨® le dijo un s¨¢bado que no iba a ser titular. Ra¨²l encabeza el presente y el proyecto de futuro del Madrid y del f¨²tbol espa?ol y lo hace a su manera cantarina y despechugada. Las riendas son suyas y ¨¦l las maneja. Iv¨¢n de la Pe?a, otro que tal baila, prefiere la aproximaci¨®n callada y reservada; el asentimiento p¨²blico y el enfrentamiento privado. Ambos andan por la edad del pavo -el madridista tiene 18 a?os y el barcelonista, 19- y son amigos. Si vivieran en la misma ciudad har¨ªan cuadrilla. Lo proclaman s¨®lo seis d¨ªas antes del partido del s¨¢bado en el Camp Nou. De ese Bar?a-Madrid que gracias a las dos estrellas juveniles ser¨¢ m¨¢s un duelo entre dos sheriffs que el sempiterno enfrentamiento entre dos ciudades, dos sentimientos.Ayer se juntaron en Madrid, con el atl¨¦tico Santi de testigo, delante de unas decenas de aspirantes a periodistas en los locales del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Espa?ol. Ra¨²l lleva la voz cantante y larga. Da alimento a los amantes del cotilleo. De la Pe?a calla a su lado. Mira para abajo y se pone colorado. No puede pasar inadvertido, su calva brilla como un calefactor de resistencias el¨¦ctricas. Es como eso de dos amigos yendo de ligue: uno se marca el palique y el otro va de t¨ªmido. De ligue, ligue, no contaron que hubieran ido nunca juntos, pero s¨ª que narr¨® el madridista aquella ocasi¨®n en que los dos a punto estuvieron de ser ligados. Fue en abril de 1995, durante el Mundial sub 20 de Qatar. Despu¨¦s de que Argentina les goleara en semifinales. El d¨ªa que se hicieron amigos. "Salimos del hotel por la noche y nos fuimos dando un paseo a una hamburgueser¨ªa", cuenta Ra¨²l, mientras De la Pe?a a su lado empieza a transformarse en tomate. "De pronto se nos acerca un coche con dos t¨ªos, o parec¨ªan t¨ªos entonces. Se para al lado y se nos ponen a hablar, qu¨¦ se yo, en ¨¢rabe o qatar¨ª; no sab¨ªamos lo que dec¨ªan, pero s¨ª entendimos las insinuaciones que nos hicieron. Tanto las en tendimos que nos echamos a correr. Iv¨¢n, que sabe idiomas, se puso a gritar pol¨ªs, pol¨ªs, pero por all¨ª no apareci¨® polic¨ªa ni nada".
El pasado domingo por la tarde, despu¨¦s de hacer de h¨¦roe en el Bernab¨¦u, Ra¨²l se pas¨® por Vallecas donde jugaban el Rayo y el Bar?a. "He venido a ver a mi amigo Iv¨¢n", contest¨® a los que le preguntaron. De la Pe?a tambi¨¦n hizo de h¨¦roe en Vallecas. Luego, los dos se fueron a cenar solos. "Claro que hablamos de f¨²tbol, pero s¨®lo ¨¦l y yo sabemos lo que dijimos", cuenta Ra¨²l. "No voy a comentar m¨¢s".
Ra¨²l aguanta y rebate. "Todos los que se me acercan me preguntan ?c¨®mo puedes ser amigo del calvo ese?. Eso es algo t¨ªpico de Espa?a. Siempre se busca la pol¨¦mica y el enfrentamiento entre la gente", dice Ra¨²l. "Pero, el s¨¢bado, volveremos al t¨®pico: cada uno a defender sus colores". De la Pe?a asiente y ratifica. "Cada uno es muy libre de hacer lo que quiera fuera del campo. Soy muy amigo de Ra¨²l, pero el s¨¢bado no lo ser¨¦".
El s¨¢bado habr¨¢ un combate singular que quiz¨¢s no se podr¨ªa haber dado si De la Pe?a le hubiera dado el s¨ª a Valdano no hace mucho. "Valdano me garantiz¨® la titularidad en el Madrid, pero yo sigo en el Bar?a", dice De la Pe?a. Incluso los dos podr¨ªan estar en el equipo barcelonista. Pero Ra¨²l, que est¨¢ a punto de firmar una ampliaci¨®n de contrato con el Madrid, tampoco quiso. "Me interesa m¨ª progresi¨®n deportiva. Quiero llegar mucho m¨¢s lejos. Ahora mismo es casi imposible que me vista de azulgrana".
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