Una turba de extremistas croatas intenta linchar al "jefe" europeo de Mostar
Mostar / Sarajevo El proceso de paz en Bosnia se vio amenazado ayer por un nuevo flanco cuando centenares de ultranacionalistas croatas de Mostar obligaron a refugiarse en una comisar¨ªa a Hans Koschnick, el administrador alem¨¢n de la ciudad, a quien amenazaban con linchar, y a varios de sus colaboradores, entre ellos algunos espa?oles. Los croatas saquearon despu¨¦s las oficinas de la Uni¨®n Europea (UE). Tres blindados espa?oles de la OTAN acudieron a poner orden.
El alcalde croata de la ciudad dividida entre croatas y musulmanes anunci¨® por radio la ruptura total de relaciones con los representantes de la UE. Koschnick acababa de decretar una divisi¨®n de Mostar que no satisface a los extremistas croatas.Tanto la Uni¨®n Europea como la OTAN han advertido formalmente al Gobierno croata de su responsabilidad en los acontecimientos de Mostar y de la necesidad de garantizar la seguridad del administrador europeo y sus colaboradores. El ministro alem¨¢n de Exteriores, Klaus Kinkel, telef¨®ne¨® a Zagreb para deplorar lo sucedido y exigir responsabilidades. Sin embargo, el presidente croata, Franjo Tudjman, se aline¨® con los extremistas croatas. Su jefe de gabinete, Ivo Sanader, contest¨® a Kinkel que la divisi¨®n de la ciudad propuesta por el administrador alem¨¢n "es contraria a los acuerdos de paz de Dayton". Javier Solana, secretario general de la OTAN, viajar¨¢ el pr¨®ximo lunes a Mostar.
Los disturbios de Mostar, ciudad sure?a donde se atrinchera el nacionalismo croata m¨¢s rancio y escenario de una dura guerra entre musulmanes y croatas en 1993 y 1994, ilustran la fragilidad de la federaci¨®n de los musulmanes y croatas de Bosnia. Este sub-Estado cubrir¨¢ la mitad del territorio (la otra mitad la ocupar¨¢n los serbios) y su supervivencia es decisiva para el ¨¦xito de los acuerdos impulsados por Estados Unidos que pusieron fin en diciembre a la guerra en los Balcanes.
Tras meses de pugna entre las dos comunidades, el administrador de la UE ha decidido que Mostar conste de tres distritos croatas, tres musulmanes y uno central gobernado por la futura administraci¨®n unificada. Los extremistas croatas creen que el arbitraje europeo, que aceptaron de antemano, favorece a sus enemigos musulmanes. Un guardia civil espa?ol que presenci¨® los acontecimientos ha narrado c¨®mo el veh¨ªculo blindado de Koschnick fue zarandeado con ¨¦l en su interior y se oyeron algunos disparos. La multitud enfurecida saque¨® la sede de las oficinas europeas, en el hotel Ero, ante la pasividad de la polic¨ªa local y destruy¨® algunos veh¨ªculos. Las autoridades croatas, que controlan la zona occidental de Mostar, impusieron anoche el toque de queda.
Los serbios, por su parte, han endurecido su protesta tras la detenci¨®n en Sarajevo de dos de sus jefes militares. El general Milan Gvero, adjunto del comandante en jefe Ratko Mladic, declar¨® ayer desde Banja Luka que "[el general] Djukic: debe ser liberado si se quiere alcanzar la paz en Bosnia". Incluso MIadic, procesado por cr¨ªmenes de guerra y virtualmente escondido en territorio serbobosnio desde hace casi dos meses, amenaz¨® ayer con romper los contactos con la OTAN.
El almirante Leighton Smith, jefe de la operaci¨®n de la OTAN en Bosnia, discuti¨® el mi¨¦rcoles la crisis con el jefe del Parlamento serbobosnio, Momcilo Krajisnik, pero advirti¨® que no piensa intervenir para liberar a los oficiales serbios detenidos.
Pero la captura por Sarajevo hace casi una semana de los jefes militares serbios, en circunstancias a¨²n no aclaradas, ha dado un nuevo giro al pedir el fiscal del Tribunal de La Haya, Richard Goldstone, que sigan en prisi¨®n. Aunque ni el general Djukic: ni el coronel Krsmanovic figuran en la lista de 52 presuntos criminales de guerra a los que se ha abierto sumario por el tribunal de la ONU, Goldstone ha tomado esta decisi¨®n "tras examinar las informaciones que se le han facilitado".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.