Anguita se aleja de cualquier posibilidad de acuerdo poselectoral con el PSOE

Julio Anguita alej¨® ayer cualquier posibilidad de acuerdos poselectorales con el PSOE. El coordinador general de Izquierda Unida a?adi¨® una m¨¢s a las condiciones ya conocidas: abandonar el actual proyecto de Maastricht. "Maastricht", dijo, "es incompatible con nuestra Constituci¨®n". As¨ª las cosas, reitere o no sus ofertas de mano tendida, es imposible lograr un acuerdo que, por un lado, admita una pol¨ªtica tendente al cumplimiento de esos objetivos y, por otro, permita una pol¨ªtica de consenso, con los socialistas. En Linares, Anguita termin¨® pidiendo que "se derrote a Gonz¨¢lez desde la izquierda por el bien de todos los espa?oles".

Por un lado, ya lo ves. Por otro, ?qu¨¦ quieres que te diga? Anguita vive en un sinvivir. Quiere dejar clara la imagen de hombre dialogante, de aproximaci¨®n hacia la izquierda real del PSOE. Habla de tender la mano, de negociar seg¨²n la fuerza que cada uno obtenga en las urnas. Pero, a continuaci¨®n, pone las condiciones ya sabidas -clarificaci¨®n de los GAL, de los fondos reservados...- y a?ade m¨¢s. La de ayer fue Maastricht.Maastricht se elev¨® a la categor¨ªa de condici¨®n sine qua non, imprescindible. No es que lo rechace. Es que Maastricht, en sus esquemas, es absolutamente contrario a la Constituci¨®n. ?Por qu¨¦? Pues porque las exigencias de este acuerdo exigen unas medidas econ¨®micas que son, seg¨²n las palabras de Anguita, "absolutamente incompatibles". En consecuencia, no puede haber acuerdo si no se realiza una pol¨ªtica que respete y desarrolle la Carta Magna.

Y Anguita quiere. Quiere tender la mano. Y sabe, adem¨¢s, que muchos militantes han recibido con inter¨¦s esa aparente posibilidad de acuerdos poselectorales. Por eso, ¨¦l, en los m¨ªtines, hace llamamientos a las bases y los votantes socialistas y habla de Nicol¨¢s Redondo, de las cosas que unen a unos y otros. Los problemas vienen despu¨¦s. Porque Anguita teme tambi¨¦n que una actitud excesivamente alentadora hacia los pactos poselectorales puede ser interpretada como un hincar las rodillas ante los socialistas. Y, peor todav¨ªa, ante Felipe Gonz¨¢lez.

Tal vez por eso tambi¨¦n, prefiere un discurso un pel¨ªn fr¨ªo, pedag¨®gico. "Explicar¨¦ econom¨ªa", dice. No son los m¨ªtines de anteriores campa?as, en los que buscaba levantar de los asientos a sus militantes. Cuando todo era fuego, pasi¨®n, im¨¢genes floridas y advocaciones al mism¨ªsimo J¨²piter tronante. Ahora, la gente asiente, dice que s¨ª cuando Anguita habla de ese paro galopante, de los problemas que todos tienen para conseguir el derecho constitucional de una vivienda digna... Pero la gente no salta de sus asientos ni interrumpe al l¨ªder entre gritos y aplausos. No es ¨¦se el tono. Ayer en su escala en Linares (Ja¨¦n), el p¨²blico recuper¨® ese tono c¨¢lido, pero Anguita busc¨® sobre todo transmitir el mensaje pedag¨®gico. Ni siquiera aqu¨ª, en un Linares agobiado por los problemas industriales, de futuro incierto, se apart¨® Anguita de su l¨ªnea. Apel¨®, eso s¨ª, a la memoria. Esa memoria que tiene que hacer ver a los electores cu¨¢l es y cu¨¢l no es el voto ¨²til y a d¨®nde han ido a parar los votos ¨²tiles anteriores.

Y Anguita, debati¨¦ndose en esa duda de un PSOE que es de izquierda y est¨¢ en la derecha. De un PSOE que hace una pol¨ªtica de derechas con la que es imposible pactar y con el que quiere llegar a decidir despu¨¦s del 3-M. A pesar de Maastricht. ?Puede estar la soluci¨®n en ese refer¨¦ndum que Anguita. anunci¨® que propondr¨ªa su fuerza electoral? Un refer¨¦ndum cuyos resultados aceptara tambi¨¦n ese nuevo PSOE que salga de las urnas. ?Qui¨¦n sabe?