Barranco, Aguirre y Herrera, en liza por el Senado
Pensamientos en voz alta. Esperanza Aguirre, PP: vamos a ganar. Juan Barranco, PSOE: tal vez perdamos, pero por menos de lo que piensan. Paco Herrera, IU: algo bueno nos caer¨¢. Los portavoces de los tres grupos municipales madrile?os abrieron ayer as¨ª su carrera-campa?a hacia el Senado. Las listas son abiertas. Los madrile?os podr¨¢n elegir el candidato que m¨¢s les guste de cada lista partidaria. Resultados, el 3 de marzo.El veh¨ªculo empleado para comenzar a correr -y a so?ar- fue el micro de Carmelo Encinas, en la SER. Los aspirantes se batieron el cobre. Alardearon de saberes sobre Madrid. Y tambi¨¦n de poseer soluciones. Ofertas: la dama conservadora anuncio la generaci¨®n de trabajo mediante facilidades a las empresas. El ex alcalde socialista prometi¨® visar desde el Senado m¨¢s dinero para carreteras y hospitales. El edil comunista defini¨® una revoluci¨®n peatonal. Los tres quer¨ªan arrebatarse la friolera de 3.805.408 de votos. Un esca?o de senador viene costando aqu¨ª un mill¨®n largo de votos.
Voto personalizado
Se trata, adem¨¢s, de sufragios personalizados; de esos que gratificar¨¢n los egos pol¨ªticos de los candidatos.El debate radiof¨®nico dio mucho de s¨ª. Hubo trastos a la cabeza, retint¨ªn y, adem¨¢s, una reconciliaci¨®n: Barranco y Herrera se hablaron por primera vez tras un turbulento pasado cercano. Aguirre derroch¨® encanto. Se mostr¨® impasible a las cr¨ªticas socialistas contra la gesti¨®n conservadora del Ayuntamiento. Rechaz¨® tambi¨¦n las asechanzas de trasunto ideol¨®gico que le lanz¨® el edil izquierdista. Barranco sigui¨® su estrategia de erosi¨®n: "Madrid ha empeorado mucho desde que nosotros lo dejamos", t¨ªtulo de su canci¨®n favorita. No ha subido la velocidad media de circulaci¨®n por el interior de la ciudad de 21 a 24 kil¨®metros hora, como do?a Esperanza pregona. M¨¢s bien Usted cambi¨® los sistemas de medici¨®n. Qu¨¦ locura.
Nada, nada. Que Madrid funciona, Herrera dixit. Con la pol¨ªtica de derechas que hicieron los socialistas y con el medio mill¨®n de pobres con que la ciudad cuenta, gracias al capitalismo, vivimos en el mejor de los mundos.
Tres voces distintas. Tres.
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