"No negocio con mi inocencia"
Dos d¨ªas despu¨¦s de que el fiscal general del Estado, Alfonso Valdivieso, denunciara penalmente ante el Congreso al presidente Ernesto Samper por encubrimiento, enriquecimiento il¨ªcito, falsedad y fraude, EL PA?S estuvo con el primer mandatario en la Casa de Nari?o, sede de la jefatura del Estado colombiano. Este hombre, que en agosto cumplir¨¢ 46 a?os, defiende su verdad. Se le nota el dolor, pero habla con tranquilidad.Pregunta. ?No ser¨ªa mejor una salida digna para evitarle al pa¨ªs, a usted y a su familia m¨¢s verg¨¹enza, una agon¨ªa m¨¢s lenta?
Respuesta. La gente parte del supuesto de que una salida m¨ªa arreglar¨ªa todos los problemas como por arte de magia.
P. Empezar¨ªan a arreglarse los problemas...
R. Yo estoy convencido de lo contrario. El pa¨ªs no puede caer en la posici¨®n indigna de que el presidente se retire sin ni siquiera haber tenido la posibilidad, que se le debe brindar a cualquier ciudadano, de poder demostrar su inocencia.
P. Pero su salida podr¨ªa ser el comienzo de un camino tambi¨¦n largo, para que Colombia empezara a quitarse el peso de la narcopol¨ªtica.
R. Los m¨¢s beneficiados de que este proceso terminara de una manera tumultuosa y confusa ser¨ªan los propios narcotraficantes, que sin poner una bomba como la pon¨ªan en la ¨¦poca de Pablo Escobar, habr¨ªan logrado pr¨¢cticamente desestabilizar la democracia.
P. Usted es un avezado pol¨ªtico. ?C¨®mo piensa que la gente puede creer que todo ocurri¨® a sus espaldas? Como dijo Pedro Rubiano, presidente de la Conferencia Episcopal colombiana, hace pocos d¨ªas: "Es como si un elefante entrara a la casa y uno no lo viera".
R. Es que tal vez mi diferencia zool¨®gica con Rubiano es que pienso que quiz¨¢ entr¨® no un elefante, sino otro animal. Inclusive algunos pudieron robar el animal desde el jard¨ªn y eso es lo que quiero que se establezca. No s¨®lo en mi propio beneficio, sino en beneficio de la verdad completa... Una verdad a medias no me exonera.
P. En el a?o y medio que lleva la crisis pol¨ªtica en Colombia usted ha ido cediendo... Ya acepta que se ingres¨® dinero del narcotr¨¢fico en su campa?a electoral de 1994. Afirm¨® que asume la responsabilidad pol¨ªtica de lo que hicieron otros. ?Quiere esto decir que ha ido cediendo terreno, que se ha ido debilitando su Posici¨®n?
R. Quiere decir que a medida que se han ido investigando y aclarando los hechos, yo he ido fijando mi posici¨®n. No la he variado sino en la medida en que los hechos me han se?alado que hay unas realidades distintas.
P. Y esta responsabilidad pol¨ªtica por lo que otros hicieron, ?no implica que deber¨ªa usted renunciar?
R. Yo no acepto que el juicio sobre la relegitimaci¨®n de mi mandato empiece por colocar mi cabeza inocente sobre una bandeja de plata para serv¨ªrsela a mis enemigos. Yo estoy dispuesto a partir de la decisi¨®n sobre mi propia conducta, de hacer un an¨¢lisis de las condiciones de gobernabilidad de Colombia. La f¨®rmula de relegitimaci¨®n pol¨ªtica de mi mandato podr¨ªa ser una consulta popular o un Gobierno de coalici¨®n o una anticipaci¨®n de las elecciones si se llegara a dar el caso.
P. ?Un capit¨¢n de barco no debe asumir la responsabilidad por lo que hizo su tripulaci¨®n?
R. Un capit¨¢n de barco nunca se baja cuando el barco est¨¢ haciendo agua. No voy a abandonar la nave. Renunciar ser¨ªa un acto de cobard¨ªa que no perdonar¨ªa ni yo, ni el pa¨ªs, ni mis hijos.
P. En 1986, refiri¨¦ndose a un momento de crisis del presidente Belisario Betancur, usted afirm¨® que era absurdo pensar que renunciar era manifestaci¨®n de debilidad. ?No se le puede aplicara usted el mismo argumento ahora?
R. S¨®lo se puede analizar desde el punto de vista de la inocencia. Si se plantea que renuncie aunque sea inocente, yo contesto: ?Es entonces el Gobierno para los culpables?
P. ?No le duele que en este momento el pa¨ªs est¨¦ enfrentado a falsos dilemas? Se dice que quien no est¨¢ con usted es progringo, que est¨¢ a favor de la oligarqu¨ªa y del neoliberalismo...
R. Claro que me duele. Pero las dificultades de gobernabilidad que est¨¢ atravesando Colombia no las cre¨¦ yo. Fueron los que utilizaron esta crisis para exacerbar sentimientos de clase o para crear falsos sentimientos nacionalistas o para desarrollar formas de desestabilizaci¨®n democr¨¢tica, incluso terroristas.
P. Pero, se est¨¢ azuzando desde el mismo Gobierno con las posiciones populistas...
R. Detr¨¢s de todo esto hay una agenda oculta por parte de personas que no est¨¢n de acuerdo con el modelo alternativo de desarrollo que yo he venido cumpliendo y desarrollando. Personas que no est¨¢n de acuerdo con el manejo nacionalista que el Gobierno le ha dado a ciertos programas, especialmente los relacionados con el narcotr¨¢fico.
P. ?A qu¨¦ se refiere exactamente con esta agenda secreta?
R. Creo que lo que ha estado en juego detr¨¢s de todo esto es el enfrentamiento de dos proyectos pol¨ªticos.
P. Pero incluso en Planeaci¨®n Nacional se afirma que el neoliberalismo de C¨¦sar Gaviria [anterior presidente y actual secretario de la Organizaci¨®n de Estados Americanos] no fue tan feroz como se quiere mostrar y que su programa social, por esta crisis, no se ha podido llevar a cabo. Entonces es una mentira la que enfrenta hoy al pa¨ªs...
R. Hemos estado divididos en dos grupos irreconciliables. Alg¨²n d¨ªa me pronunciar¨¦ para explicar esto que voy a decir: Aqu¨ª hay algunos que hemos estado buscando la verdad y otros que han estado buscando el poder.
P. Se afirma que las manifestaciones de apoyo a su gobierno se han hecho con gente de las oficinas del Gobierno que estaban casi obligadas...
R. Esto es rid¨ªculo. Lo que pasa es que hay una falsa conciencia de que todo lo del pueblo es robado. Si el pueblo sale a manifestarse, es por estar obligado; que si el pobre come pollo es porque rob¨® el pollo. Lo que pasa es que este pa¨ªs cree en el modelo de desarrollo que estoy ofreciendo.
P. ?Pero usted se mantiene en el poder gracias al apoyo popular o al apoyo del grupo Santo Domingo, uno de los m¨¢s poderosos del pa¨ªs?
R. Me mantengo gracias al apoyo de ese 47% de la poblaci¨®n que a pesar de todas las dificultades sigue diciendo en las encuestas que cree en m¨ª.
P. ?No piensa a veces que hubiera sido mejor haber sacado la verdad desde el comienzo, cuando salieron las primeras pruebas, y haber evitado todo este sufrimiento?
R. Yo ped¨ª la verdad. A la gente se le olvida que a las 24 horas de conocerse los hechos relatados en unos casetes solicit¨¦ la investigaci¨®n a la Fiscal¨ªa. Estaba absolutamente convencido de que la verdad era lo que m¨¢s nos conven¨ªa; todav¨ªa lo estoy.
P. Pero haber hablado sobre la actuaci¨®n de sus inmediatos colaboradores, el ex ministro de Defensa, Fernando Botero, el ex tesorero de su campa?a electoral, Santiago Medina...
R. ?C¨®mo podr¨ªa yo haber encubierto algo que no conoc¨ªa? ?Puede usted encubrir algo que no conoce? A lo largo de este proceso yo s¨®lo he dicho dos verdades de las cuales no me he movido. La primera, que soy inocente. La segunda, que no negocio con mi inocencia.
P. ?Hasta cu¨¢ndo va a continuar esta pelea entre usted y el ex ministro Botero; que ya algunos califican de pelea de verduleras?
R. Yo no estoy peleando con el ex ministro Botero,. no le estoy incriminando. Algunos datos, algunas apreciaciones que ¨¦l ha presentado, comprometen el buen nombre del Gobierno. Yo tengo que salir a defender al Gobierno cuantas veces sea necesario. En la parte personal le contestar¨¦ ante los estrados judiciales.
P. El vicepresidente Humberto de la Calle afirm¨®, hace un tiempo, que no pon¨ªa la mano en el fuego por usted. En este momento, ?por qui¨¦n la pone usted?
R. En mi condici¨®n de presidente respondo por la honestidad de todos los colombianos. Cuando ten¨ªamos en la mano el as del cartel de Cali que nos hubiera permitido cambiar nuestra imagen ante el mundo, nosotros mismos, con la capacidad autodestructiva que tenemos, salimos a ensuciarnos, a sacarnos los trapos al sol. No digo que en este pa¨ªs no existieron los lazos del narcotr¨¢fico con los sectores pol¨ªticos. Todos sabemos que desde hace muchos a?os el narcotr¨¢fico, por su propio inter¨¦s, busc¨® infiltrar no s¨®lo las campa?as, sino los centros de decisi¨®n. Eso lo sab¨ªamos, pero en este debate ha existido una gran hipocres¨ªa, mucho farise¨ªsmo.
P. ?Por qu¨¦ la clase pol¨ªtica guard¨® silencio? ?Por qu¨¦ se permiti¨® llegar a este caos?
R. Hay dos caminos para llegar a una expiaci¨®n. O el camino sangriento de la espectacularidad, de que vayamos juzgando como en la Revoluci¨®n Francesa a la gente para luego guillotinarla y producir la satisfacci¨®n del morbo de la gente, o el camino que creo que todav¨ªa estamos a tiempo de intentar, que es hacer un acto de contrici¨®n y pensar hacia adelante qu¨¦ controles, qu¨¦ pedagog¨ªa podemos desarrollar para que este pa¨ªs pueda salir de la pesadilla del narcotr¨¢fico.
P. Y hablando de pesadillas, usted dijo recientemente que la ¨²nica ciudad colombiana donde pod¨ªa dormir en paz era Bogot¨¢. ?Ha cambiado esto a ra¨ªz de la crisis?
R. M¨¢s que pesadilla se me ha acortado el tiempo de sue?o. Duermo cuatro o cinco horas diarias. No sue?o pesadillas; las vivo.
P. ?La peor?
R. Un d¨ªa en que de manera totalmente infame trataron de vincular a mi mujer. Mi hijo Felipe se durmi¨® abrazado a su mam¨¢ porque no quer¨ªa que la Fiscal¨ªa llegara de noche y se la llevara. Esto sintetiza con claridad el drama familiar de lo que ha sucedido.
P. Aparte de tener la conciencia tranquila, como usted lo ha repetido tantas veces, ?c¨®mo hace frente a diario a tantos ataques, tantas burlas, tantas acusaciones?
R. Es mi manera de ser. Soy una persona de origen aragon¨¦s, soy, terco, tengo el signo Leo y siempre ando con el paraguas de mi conciencia protegi¨¦ndome.
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