Wajda teme al imperialismo norteamericano en el cine
AndrzeJ Wajda declar¨® ayer en conferencia de prensa que no tiene ning¨²n temor del antisemitismo, polaco hoy d¨ªa, sino del imperialismo norteamericano en el cine. Lament¨® que el 90% del cine que se exhibe en Polonia procede de EE UU. La lluvia de estrellas made in Hollywood ca¨ªda este a?o sobre la Berlinale hace que casi pasen inadvertidas grandes figuras del cine. As¨ª le ocurri¨® ayer a Wajda, con m¨¢s de tres d¨¦cadas del mejor cine a sus espaldas. La conferencia de prensa con Wajda tuvo escasa presencia de periodistas, ni siquiera se llenaron todos los asientos, y falt¨® tambi¨¦n, por supuesto, el director del festival, Moritz de Hadeln, quien no se pierde ocasi¨®n de salir en la foto cuando llega cualquier figura hollywoodiense.Sin duda no fueron ¨¦stos los motivos para que Wajda sacase la estaca al referirse al imperialismo cinematogr¨¢fico de Estados Unidos, sino m¨¢s bien una salida por la tangente del director polaco ante la pregunta del antisemitismo reinante todav¨ªa hoy en su pa¨ªs. La pregunta ten¨ªa sentido, porque Semana Santa trata de este tema en los d¨ªas de la sublevaci¨®n contra los ocupantes alemanes de los jud¨ªos del gueto de Varsovia en 1943. Dijo Wajda que no hab¨ªa tocado antes el tema en su larga cinematograf¨ªa porque no hab¨ªa las condiciones pol¨ªticas adecuadas.
La Iglesia
La base de la pel¨ªcula se remonta a un relato corto de Jerzy Andrzejewski, de quien ya se sirvi¨® Wajda para su primera gran pel¨ªcula, Cenizas y diamantes. En las informaciones de prensa se hab¨ªa difundido que la Iglesia polaca hab¨ªa puesto dificultades para el rodaje en un recinto esclesial. Wajda desminti¨® esta versi¨®n. El director consigui¨® rodar las escenas finales del Viernes Santo de 1943 en la misma iglesia en la que lo hab¨ªa planeado, gracias al permiso del p¨¢rroco. No deja de ser una muestra de tolerancia, porque la pel¨ªcula pone de manifiesto c¨®mo cat¨®licos polacos que regresan del oficio religioso echan de la casa y, por consiguiente, env¨ªan al matadero a la joven jud¨ªa que se hab¨ªa refugiado all¨ª. Wajda juega, y as¨ª lo resalt¨®, con el paralelismo entre el Cristo perseguido y ejecutado el Viernes Santo y los jud¨ªos aniquilados en el gueto de Varsovia.Del antisemitismo actual dijo Wajda que el polaco no se diferencia del de otros pa¨ªses. Sobre la situaci¨®n pol¨ªtica actual en Polonia, Wajda dice que es una realidad demasiado cambiante sobre la que no ha tenido tiempo de reflexionar. Ni siquiera ha quedado plasmada hasta ahora en la novela, que va por delante del cine en estos casos en Polonia. Wajda necesita sin duda un AndrzJewski que le escriba.
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