Acusado de incitar a la violencia el editor en Italia de un c¨®mic espanol
Aunque el destino natural de los c¨®mics sea el quiosco o la librer¨ªa, hay veces que el viaje se desv¨ªa hacia el juzgado. Cuando a¨²n est¨¢n recientes los encontronazos de Robert Crumb con la Justicia brit¨¢nica y de Philippe Vuillemin con la espa?ola, Jorge Vacca, editor en Italia del tebeo Psicopat¨ªa sexualis, del espa?ol Miguel ?ngel Mart¨ªn, se enfrenta a las iras de la judicatura por los contenidos de sexo y violencia del ¨¢lbum que ha publicado. Un juez de Cremona decidir¨¢ el pr¨®ximo 29 de abril si Vacca, de nacionalidad argentina, deber¨¢ ser procesado por incitar al homicidio, el suicidio y la pedofilia. El editor podr¨ªa ser condenado hasta a tres a?os de prisi¨®n. Vacca ha publicado en Italia el pol¨¦mico Hitler = SS de Vuillemin.
La intervenci¨®n judicial se produjo el a?o pasado cuando el tip¨®grafo de Cremona, encargado de imprimir el c¨®mic, advirti¨® a la polic¨ªa y las autoridades ordenaron el secuestro del ¨¢lbum. La fiscal Antonella Nuovo solicit¨® entonces el procesamiento del editor por incitar a la violencia, informa Efe.
El leon¨¦s Miguel Angel Mart¨ªn (premiado en el Sal¨®n del Comic de Barcelona, y responsable de la parte gr¨¢fica del c¨®mic Atolladero, llevado al cine por su guionista, ?scar Aibar) no es, desde luego, un autor de historietas amables dirigidas a todos los p¨²blicos. Pero es su cara oscura la que confiere un indudable inter¨¦s a su obra, no apta para paladares timoratos por la manera en que se enfrenta a la representaci¨®n gr¨¢fica y moral del sexo y su posible relaci¨®n con la violencia. Mart¨ªn, eso s¨ª, no deja indeferente al lector.
En general, o se le adora o se le considera un enfermo -que deber¨ªa estar reclu¨ªdo -en un sanatorio por su bien y por el de la sociedad. Pero lo mismo ocurre con cineastas como David Cronemberg o novelistas como Dennis Cooper, a cuyos distribuidores y editores, de momento, nadie ha intentado encarcelar.
Un ¨¢lbum duro
Psicopat¨ªa sexualis es, ciertamente, un libro duro y a veces doloroso. Pero no deja de constituir una toma de posici¨®n est¨¦tico / intelectual que el lector es muy due?o de consumir o de tirar a la basura. Evidentemente, Psicopatia sexualis no es un producto dirigido a los ni?os, sino una obra muy personal y tan inquietante como amoral.El c¨®mic fue secuestrado por sus im¨¢genes "obscenas y horripilantes" mientras estaba a¨²n en fase de impresi¨®n. "No pensaba que pudiera existir este tipo de censura en Italia", ha manifestado Jorge Vacca, nacido en Buenos Aires en 1960 y establecido desde hace a?os en Mil¨¢n con su peque?a editorial Topol¨ªn. Vacca no se explica c¨®mo puede ser acusado de publicar un c¨®mic que no ha llegado a salir a la calle. El editor asegura que Psicopat¨ªa sexualis es en realidad "un libro de denuncia" sobre la violencia de la sociedad actual. Seg¨²n Vacca, estaba previsto hacer una tirada limitada y el c¨®mic se iba a vender envuelto en celof¨¢n.
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