"Soy la prueba de que los genios se hacen"
Simp¨¢tica y femenina, no parece rara. Pero lo es: nunca fue al colegio, habla siete idiomas y entiende otra media docena, ha visitado m¨¢s de 40 pa¨ªses y acaba de proclamarse campeona del mundo al destronar a la china Xie Jun. Veinte a?os despu¨¦s de que la polic¨ªa intentara forzarla a ir a clase, la h¨²ngara Zsuzsa Polgar ha culminado el experimento educativo de sus padres, basado en que "los genios no nacen, se hacen". Se ve que es feliz, tiene 26 a?os, vive en Nueva York y piensa en retirarse para tener tres hijos.El parador Santa Catalina de Ja¨¦n ha sido la meta del largo y duro trabajo pedag¨®gico que Clara y Lazslo Polgar emprendieron con sus tres hijas, Zsuzsa, Sofia y Judit. Adem¨¢s de cuestionar la educaci¨®n convencional, quer¨ªan demostrar que una mujer puede jugar al ajedrez tan bien como un hombre. Han conseguido, ambos objetivos: las tres causan temor a sus colegas masculinos y Zsuzsa, la mayor, muestra un equilibrio ps¨ªquico superior al de muchos profesionales del tablero.
Pregunta. ?Qu¨¦ le gustar¨ªa que dijeran de usted dentro de 100 a?os?
Respuesta. Luch¨® por la libertad y la igualdad de los sexos en el ajedrez.
P. ?No se sent¨ªa rara cuando sus padres luchaban contra el Gobierno para que no la llevasen al colegio?
R. No en ese momento, porque s¨®lo conoc¨ªa el m¨¦todo educativo de mis padres. Despu¨¦s s¨ª, cuando iba al colegio s¨®lo para los ex¨¢menes. Pero no sufr¨ª ning¨²n trauma por ello, porque me sent¨ªa muy bien. El ajedrez - era para mi un lenguaje natural, jugaba con gente que venia a mi casa y me relacionaba con los ni?os del vecindario.
P. ?Aplicar¨¢ el mismo sistema a sus hijos?
R. Intentar¨¦ hacer algo similar. Ahora, los avances de Internet van a producir grandes cambios en la educaci¨®n. El maestro seguir¨¢ siendo esencial, pero sus funciones cambiar¨¢n. Inculcar¨¦ a mis hijos que el ajedrez es una asignatura muy importante. A m¨ª me ayuda a resolver los problemas de la vida cotidiana. Pero no les recomendar¨¦ que lo adopten como profesi¨®n porque es muy duro.
P. Usted y sus hermanas han demostrado que el mejor ajedrecista del mundo puede ser una mujer si se entrena adecuadamente. Y que los genios se hacen.
R. Exacto. En general, las ni?as juegan igual o mejor que los ni?os hasta la adolescencia, cuando muchas lo dejan porque la sociedad les inculca prioridades distintas, como cuidar su f¨ªsico para atraer a los chicos y formar una familia. Entre otras razones, los hombres juegan mejor al ajedrez porque se les ha educado para competir. Tanto en el ajedrez corno en el desarrollo de la inteligencia general, lo b¨¢sico es la educaci¨®n.
P. ?Es el ajedrez lo m¨¢s importante de su vida?
R. No, en absoluto. Una de las claves de mi triunfo est¨¢ precisamente en que, si pierdo, ser¨¦ feliz con mi marido [israel¨ª, t¨¦cnico de Computadoras], un hombre maraVilloso.
P. K¨¢rpov dijo una vez que el compa?ero o compa?era de un ajedrecista tiene que ser una persona especial.
R. Tiene raz¨®n. Nuestra vida se parece a la de las estrellas de cine. Abundan los viajes, la tensi¨®n y, las tentaciones de romper el equilibrio conyugal. Mi marido ha tenido que sacrificar sus prioridades para adaptarse a las m¨ªas, aunque yo me levanto a las 7.30 horas para prepararle el desayuno.
P. Pero est¨¢ acostumbrada a madrugar. Usted y sus hermanas se levantaban a las seis de la ma?ana para jugar dos horas, al tenis de mesa.
R. Eran otros tiempos. Sin embargo, sigo cuidando mi preparaci¨®n f¨ªsica. Corro, hago gininasia y juego al tenis.
P. Antes se negaba a jugar contra mujeres.
R. Era una p¨¦rdida de tiempo; para aprender, hab¨ªa que enfrentarse a hombres. Pero ahora el nivel de las mujeres es mucho m¨¢s alto, y los premios tambi¨¦n han subido sustancialmente.
P. ?El mejor ajedrecista del siglo XXI ser¨¢ una m¨¢quina?
R. S¨ª. Eso ocurrir¨¢ dentro de cinco o 10 a?os. Aunque no puedan lograrlo s¨®lo con fuerza bruta, conseguir¨¢n programar algo parecido a la intuici¨®n humana. Pero el ajedrez seguir¨¢ vivo. Como dice K¨¢rpov, la bicicleta no termin¨® con el atletismo
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