Peres y Arafat, decididos a terminar con el terror
Los atentados de ayer colocaron al primer ministro israel¨ª, Sim¨®n Peres, y al l¨ªder palestino, Yasir Arafat, en la arriesgada situaci¨®n de tomar medidas de emergencia para evitar el colapso del proceso de paz. Horas despu¨¦s de que Peres exigiera a Arafat m¨¢s esfuerzos para aplastar a Ham¨¢s, funcionarios palestinos dijeron que su polic¨ªa hab¨ªa detenido a m¨¢s de treinta miembros del movimiento m¨¢s arrojado de la oposici¨®n musulmana. Se desconoce si se trata de la campa?a de represi¨®n que el propio Arafat ha ido pregonando desde hace tiempo o un gesto aparente para tratar de aplacar a Israel.
Portavoces israel¨ªes dijeron por su parte que el Gobierno sigue fiel a su compromiso de paz con los palestinos, y, seg¨²n advirti¨® el propio Peres, "ni Ham¨¢s ni nadie nos har¨¢ cambiar de posici¨®n". Israel seguir¨¢ actuando elaramente con firmeza. "Nada detendr¨¢ que sigamos actuando contra Ham¨¢s con todos nuestros medios y por todas las v¨ªas a nuestro alcance", dijo Peres, sugiriendo intervenci¨®n directa de los servicios israel¨ªes en territorios bajo control de Arafat.Peres est¨¢ desde ayer bajo una fuerte presi¨®n interna para demostrar que su proyecto de paz con los palestinos es la mejor soluci¨®n al viejo y cruento conflicto. Con unas elecciones previstas para el 29 de mayo, los laboristas, en el poder, deben contrarrestar las acusaciones de los derechistas del Likud, para quienes la paz con Arafat no es tal, y que Peres, al igual que su antecesor, el asesinado Isaac Rabin, han sacrificado el sacrosanto principio de la seguridad nacional. Muchos recuerdan en Israel que fue precisamente un atentado palestino contra un autob¨²s israel¨ª en Jeric¨® en 1988, con un saldo de tres muertos, lo que determin¨® una erosi¨®n de la popularidad de los laboristas en el poder. En las inmediatas elecciones, el Likud gan¨® el derecho a formar Gobierno.
Arafat conden¨® en¨¦rgicamente los atentados y envi¨® sus condolencias a las familias de las v¨ªctimas. "Esta no ha sido una operaci¨®n militar. Es terrorismo, y lo condeno completamente", declar¨® Arafat en la sede de su Gobierno aut¨®nomo en Gaza. El veterano dirigente palestino debat¨ªa anoche una serie de opciones para paralizar las actividades de Ham¨¢s. Arafat ten¨ªa que sopesar, sin embargo, entre los potencialmente explosivos efectos pol¨ªticos entre la poblaci¨®n palestina y una acci¨®n capaz de demostrar ante Israel y el mundo que su Gobierno puede controlar a los sectores radicales.
Arafat tiene razones fundadas para tratar de evitar un enfrentamiento directo entre sus fuerzas leales y sus cr¨ªticos islamistas. Lo que tanto Arafat como Peres esperan ardientemente es que los atentados de ayer sean los ¨²ltimos, por lo menos hasta despu¨¦s de las elecciones israel¨ªes. Pero las posibilidades d¨¦ que Arafat logre arrancar a Ham¨¢s una promesa de tregua son m¨¢s que remotas. Ello queda ampliamente demostrado por la virulencia de las reivindicaciones de Ham¨¢s, que promete nuevos golpes contra Israel.
Este nuevo episodio de violencia recibi¨® la firme condena de toda la comunidad internacional, si se except¨²a Ir¨¢n, que no hizo ning¨²n comentario. El presidente norteamericano, Bill Clinton, dijo que constituye "una ofensa a la conciencia humana", pero confi¨® en que el proceso de paz siga adelante. El papa Juan Pablo II se dirigi¨® a "todos quienes creen en el di¨¢logo", y les invit¨® a no perder la esperanza. Tambi¨¦n Espa?a, a trav¨¦s de su ministro de Exteriores, Carlos Westendorp, expres¨® su consternaci¨®n y su convicci¨®n de que "las acciones terroristas no conseguir¨¢n detener el proceso de paz".
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