Mil millones para el mejor
Alberto Tomba pasea su estrella con 18 marcas publicitarias
AIberto Tomba no s¨®lo ha sido gran estrella de los Mundiales de esqu¨ª de Sierra Nevada, sino el mayor ¨¦xito de promoci¨®n para la estaci¨®n granadina y a¨²n m¨¢s para ¨¦l mismo, el hombre de los 1.000 millones al a?o. Los campeonatos no ser¨¢n recordados por el tremendo accidente de la rusa Lebedeva contra un juez, ni por las cr¨ªticas o aciertos, bastantes m¨¢s, de la organizaci¨®n, o por su enfado expresado tan mal diplom¨¢ticamente. Ni siquiera porque nev¨® abundantemente y confirm¨® que en la estaci¨®n m¨¢s meridional de Europa el desierto del a?o pasado fue una anormalidad.
Tal vez alguien se refiera a ello, como a las dos medallas ganadas por la sueca Pernilla Wiberg, la reina de las nieves. Pero, sobre todo, la gente dir¨¢ que en Sierra Nevada estuvo Tomba tras meter la pata en unas declaraciones previas al situar Granada en ?frica, y que por muy bromista que sea hubo que descubrirse ante la calidad que demostr¨® en las pistas. Gan¨® sus dos primeros t¨ªtulos mundiales, aument¨® su leyenda como mejor esquiador de los ¨²ltimos diez a?os y se confirm¨®, por si quedaba alguna duda, como el m¨¢s carism¨¢tico de la historia. Sin tener un palmar¨¦s tan completo como el de algunos campeones anteriores, especialmente el sueco Ingemmar Stenmark, ha superado con creces su fama. S¨®lo los elegidos pueden hacerlo y de ah¨ª sus poderes: 1.000 millones anuales que le pagan 18 marcas comerciales, desde las directamente relacionadas con el esqu¨ª, hasta la principal fabricante de pastas, que pone los aviones privados a su disposici¨®n cuando el circo publicitario lo requiere.
Los contratos de La Bomba
Tomba firm¨® a los dos d¨ªas de llegar a Sierra Nevada su ¨²ltimo gran contrato por el que cobrar¨¢ 250 millones al a?o hasta 1999. Su "trabajo" ser¨¢ promover la imagen de los Campeonatos Mundiales de Vail (Estados Unidos) que seguir¨¢n a los pr¨®ximos de Sestriere 97, en su pa¨ªs.Por todo ello no le caus¨® demasiado problema su ¨²ltimo conflicto en los Mundiales, aparte de aguantar los silbidos y acabar convirti¨¦ndolos en aplausos de admiraci¨®n. Tuvo que pagar 15.000 pesetas de multa en Granada, al d¨ªa siguiente de ganar el gigante, por haber aparcado mal el Lancia que ten¨ªa a su disposici¨®n desde que lleg¨®. Fue a la salida del restaurante donde hab¨ªa recibido uno de los m¨²ltiples homenajes, regados con buen vino, a los que nunca dice que no. El polic¨ªa no le conoci¨®, pero debe ser ya de los pocos que quedan.
En la primera semana de los campeonatos, aunque no estaba presente, se hablaba casi m¨¢s de ¨¦l, y de sus declaraciones (como demostraron los pitos a sus compa?eros en la ceremonia de apertura), que de todo el resto. Despu¨¦s, todo fue ¨¦l. Se permiti¨® arrastrar el triple de expectaci¨®n que podios enteros, aunque fueran de pesos pesados del esqu¨ª como Girardelli, Kjus o Mader en la combinada, por ejemplo. Y lleg¨® a reconocer que estaba estresado y cansado. Pero todo lo super¨®. La Bomba, o Megatomba, ha logrado convertirse en uno de los pocos deportistas cuya celebridad excede a su deporte y al propio deporte. Y eso se paga.
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