Cerca de 200 'cerebros' repescados del extranjero, a las puertas del paro
Los contratos con Educaci¨®n y Ciencia comenzaron a vencer a finales de 1995
Marta ?lvarez, qu¨ªmica de 30 a?os, se doctor¨® en 1991; tras estancias de posdoctorado en Nueva York y Estocolmo, volvi¨® a Espa?a en 1994. Trabaja en el Instituto Roca Solano del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), pero el contrato le vence dentro de un a?o. Bego?a Arano, bi¨®loga de 35 a?os, hizo la tesis doctoral en Alemania y Reino Unido, regres¨® a Espa?a con una beca en 1988. En 1992 tuvo el primer contrato en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, tambi¨¦n del CSIC, pero en septiembre le dieron por terminado el contrato. Rafael M¨¢rquez, de 33 a?os, pas¨®, por la Universidad de Berkeley (California, EE UU) y la de Chicago. Regres¨® en 1990, y tambi¨¦n consigui¨® en 1992 su primer contrato en el Museo de Ciencias Naturales. Como a Bego?a Arano, en septiembre le despidieron. Una sentencia de finales de enero del Juzgado de lo Social n¨²mero ocho de Madrid declaraba improcedente el despido de Arano y M¨¢rquez. Son tres casos, pero en situaciones similares se pueden encontrar cerca de 200, 20 de ellos inscritos ya en las listas del paro. Investigadores con s¨®lidas preparaciones en el extranjero, que regresaron a Espa?a con el programa de reincorporaci¨®n de 1992 destinado, a captar los cerebros formados fuera, uno de los programas estrella del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia. Pero que, dada la temporalidad de los contratos -tres a?os-, se encuentran ahora, con edades de m¨¢s de 30 a?os y curr¨ªculos densos y ejemplares, a la puerta de la calle por problemas, seg¨²n explican ellos mismos, de endogamia universitaria, falta de presupuesto y pobreza de la investigaci¨®n en la empresa privada.Permitirse el lujo
Se llaman personal investigador contratado (PIG). Y su problema ha llegado incluso a las Cartas al director de las revistas Nature y Science. Cecilia Gotor, del Departamento de Bioqu¨ªmica Vegetal y Biolog¨ªa Molecular de la Universidad de Sevilla, escribi¨® en diciembre en Science: "Espa?a no puede permitirse el lujo de desperdiciar tiempo y dinero ya invertido en nuestra preparaci¨®n, pero esto puede suceder porque" la mayor¨ªa de nosotros estamos considerando volver al extranjero". En junio del a?o pasado, ?ngel Pesta?a, representante de los investigadores en el consejo de Gobierno del CSIC, escrib¨ªa en Nature: "A pesar de los esfuerzos p¨²blicos en Espa?a en la formaci¨®n de nuestros cient¨ªficos, poco se ha conseguido en ofrecerles una estabilidad. Desde 1990, la Administraci¨®n central y las aut¨®nomas han invertido m¨¢s de quinientos millones de d¨®lares (62.500 millones de pesetas) en una media anual de 8.000 graduados y 2.000 posdoctorados". Pesta?a y Gotor ped¨ªan, entre otras medidas, una extensi¨®n a cinco a?os de los contratos.
"El gran problema es que en los a?os ochenta hubo una inversi¨®n muy grande para modernizar la investigaci¨®n en Espa?a pero, despu¨¦s, se cerr¨® el grifo, y se corre el peligro de perder la inversi¨®n. Ha habido falta de previsi¨®n", dice Marta ?lvarez. "La idea fue muy buena, pero al final todo se ha quedado en ret¨®rica", indica Elena Monasterio, de 37 a?os, farmac¨¦utica con contratos temporales en el Jard¨ªn Bot¨¢nico. Primero fueron captados con becas. Tras una serie de protestas, desde 1992 Educaci¨®n y Ciencia transform¨® la f¨®rmula becas por contratos temporales de unas 175.000 pesetas netas mensuales, en 14 pagas anuales. Desde finales de 1995, esos contraltos han, empezado a expirar en forma de goteo.
"Es una trampa. Hay un enorme atasco que han creado ellos. Han pagado a la gente para que regrese a Espa?a y ahora la inmensa mayor¨ªa no encuentra una salida", dice Rafael M¨¢rquez, especialista en bioac¨²stica. "S¨®lo renuevan por otros tres a?os a un porcentaje m¨ªnimo, en torno al 10%", a?ade Elena Monasterio. "Y de las 50 plazas que pueden salir anualmente como personal fijo dentro del CSIC, un m¨ªnimo porcentaje procede de estos contratos temporales".
Los damnificados se lamentan de lo dif¨ªcil que es el ingreso en las empresas privadas. Las que m¨¢s contratan, las relacionadas con la industria qu¨ªmica, piden que el Gobierno que salga de pr¨®ximas elecciones decida dedicar a la investigaci¨®n un porcentaje del PIB similar a la media de la UE (2%). "En Espa?a no llegamos al l%", apunta Bego?a Arano, que trabaja, entre otros, en el proyecto de recuperaci¨®n del Lagarto de El Hierro. "Y f¨®rmulas fiscales para impulsar a las empresas privadas a que tengan aut¨¦nticos departamentos de I + D (investigaci¨®n y desarrollo), porque ahora muchos son simples tapaderas para desgravar", completa Marta ?lvarez, que redondea: "Una inversi¨®n muy buena se va a quedar en un simple tirar dinero".
Contratos por cinco a?os
Enric Banda, secretario de Estado de Universidades e Investigaci¨®n, asegura que, despu¨¦s de un consenso con los sindicatos, el pr¨®ximo reglamento del CSIC incluye la posibilidad de extender contratos por cinco a?os, renovables por otros cinco, frente a los tres vigentes hasta ahora.Los datos de Investigaci¨®n muestran que de los 657 investigadores que se han ido contratando desde 1992 s¨®lo 20 se encuentran en las listas del paro. Seg¨²n Banda, el 70% de la totalidad han ido encontrando trabajo durante el periodo de investigaci¨®n bien en el sector privado, bien en universidades o en el CSIC, a trav¨¦s. de las oposiciones que convoca este organismo: en las ¨²ltimas, de 50 plazas, 25 fueron para estos j¨®venes investigadores. "Son gente muy buena", subraya Enric Banda. "Al margen de estos 25 contratos, los que se quedan fuera tienen la posibilidad de prolongar la validez por otros tres a?os siempre que tengan un proyecto de investigaci¨®n aceptado por el CSIC".
En relaci¨®n con esta posibilidad y con la de ingresar en las universidades los j¨®venes se quejan: "En las universidades existe endogamia, obtienen plaza quienes han estado al lado del catedr¨¢tico, no los que han salido a formarse al extranjero".
Para Enric Banda los curr¨ªculos de estos investigadores son impresionantes y duda que, al final, se queden descolgados. El CSIC tiene previsto sacar el a?o pr¨®ximo una oferta p¨²blica de 100 plazas, 53 de ellas, destinadas a, colaboradores que habr¨¢n de presentarse a un concurso de m¨¦ritos y pasar por un ejercicio.
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