El joven puertorrique?o y la Maga
Esperaba por fin la sorpresa de la campa?a, que Felipe mostrara el as de la manga. ?Woody Allen tocando el clarinete? ?Un v¨ªdeo definitivo de Batman Gonz¨¢lez contra Aznar el Enigma? No, no era eso. Lo que de verdad esperaba, lo que todos esper¨¢bamos en el encuentro en Fuenlabrada con las tribus urbanas del PSOE, es que Felipe nos presentara de una vez, en carne y hueso, al joven puertorrique?o. "Oye, Andy, t¨ªo, ven aqu¨ª y cu¨¦ntale a estos colegas convencidos y a todos los troncos despistados de Espa?a lo que te pas¨® con la beca cuando ganaron los republicanos en Nueva York".La par¨¢bola del joven puertorrique?o es la gran baza dial¨¦ctica que Gonz¨¢lez predica en todos los actos para que la juventud en celo electoral se entere de "lo que vale un peine. Como a la basca le resbala el rollo macabeo, el tomate dom¨¦stico, Felipe se lo monta de serie americana, que tiene m¨¢s ritmo y m¨¢s ketchup. "Oye, Andy, cu¨¦ntale a este mogoll¨®n de pasotas hispanos lo que pasar¨¢ si ganan los de la pata de elefante".
En Fuenlabrada, la ciudad m¨¢s joven de Europa, Felipe procur¨® bordar la par¨¢bola. Resulta que en uno de sus viajes a Nueva York entabl¨® conversaci¨®n con un joven puertorrique?o trabajador de un parking. Este le cont¨® que hab¨ªa arruinado el futuro por su mala cabeza. Estudiaba en la universidad con una beca y cuando se celebraron elecciones para gobernador del Estado pas¨® de todo porque a ¨¦l le daba lo mismo el burro dem¨®crata que el elefante republicano. Ganaron lo s republicanos y se acabaron las becas, y el joven puertorrique?o se qued¨® en la rue, colocando coches al bi¨¦s.
Entre el p¨²blico me encontr¨¦ a Jon, un joven vasco de Galdakano que venia con su ikurri?a y la gente le aplaud¨ªa. Es de lo mejor que he visto en la campa?a. Que la gente, en Madrid, aplauda la bonita ikurri?a. Hab¨ªa tambi¨¦n una chica de origen chino con acento extreme?o. Pero el que no apareci¨® fue el joven puertorrique?o. Pena. Ser¨ªa un puntazo. "Pues s¨ª, my friends, as¨ª fue como me chingaron la beca".
Felipe no trajo al joven puertorrique?o a Fuenlabrada, pero se reencontr¨®, oh, cielos, con Pilar Mir¨® en el glamour del C¨ªrculo de Bellas Artes. Cuentan que no se hablaban desde hace a?os. No obstante, cada semana Pilar le escribe al presidente cartas cr¨ªticas desde una tribuna de Cambio 16. Y no hay que olvidar que ella fue la Maga, del 82, la que le puso un aura de santo en el altar de televisi¨®n. Dec¨ªa Voltaire: "Dar¨ªa 300 a?os de mi gloria inmortal por un r¨¢pido alivio de este c¨®lico que tengo". Pues bien, Gonz¨¢lez resplandec¨ªa ayer como si le aliviasen un c¨®lico.
Este hombre raramente se permite debilidades en p¨²blico. Seguro que ama y que odia, pero se manifiesta como las plantas, en silencio, con una reacci¨®n galv¨¢nica de la piel. Por eso su frase m¨¢s reveladora fue la no escuchada, la que se perdi¨® entre los aplausos finales: "Ninguno de vosotros sabe lo que esto significa para m¨ª". Y lo dijo como quien esperara un auditorio vac¨ªo, tras tantas pifias, y se encontrase de nuevo con el p¨²blico de Casablanca en la sala: "T¨®cala otra vez, Sam, pero sin chingarla". Para que luego digan los obispos que en Espa?a hay crisis de fe.
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