Primero, dem¨®crata
Primero, dem¨®cratas y luego, nacionalistas, dijo Aznar, y los destinatarios de la exhortaci¨®n no han dejado luego de reprocharle semejante impertinencia. A ellos, un partido centenario. Y qui¨¦n: el nieto de aqu¨¦l perill¨¢n franquista (como llam¨® Indalecio Prieto al famoso abuelo del l¨ªder del PP).Sin embargo, una idea similar se la o¨ª yo hace unos doce a?os a un veterano nacionalista vasco, koldo Mitxelena. Convers¨¢bamos sobre la ruptura entre Garaikoetxea y Arzalluz, que era el tema del d¨ªa. En un momento dado, se volvi¨® con ese aire de Walter Mathau cabreado que le recordar¨¢n cuantos le conocieron, y esto fue lo que me dijo: "Yo soy vasco, pero primero soy hombre y dem¨®crata". Hace ocho a?os que falleci¨® el gran ling¨¹ista, pero sus amigos podr¨¢n atestiguar haberle escuchado expresiones semejantes. A Mart¨ªn de Ugalde, por ejemplo, en la entrevista que le hizo en 1977, le dijo que se sent¨ªa ligado, como hombre, "a comunidades m¨¢s amplias" que la vasca.
Pocos vascos habr¨¢n tenido una influencia tan marcada sobre las generaciones posteriores. Acaba de aparecer un libro de Edurne Uriarte sobre Los intelectuales vascos. Se trata de una investigaci¨®n basada en entrevistas con 69 personas consideradas representativas del pensamiento vasco actual. Una de las preguntas del cuestionario indaga sobre los pensadores de la tierra, vivos o desaparecidos, que m¨¢s han influido en los entrevistados. El m¨¢s citado es Mlitxelena, seguido de Unamuno, Baroja, Julio Caro y Barandiar¨¢n. Aparte de esto, Mitxelena fue gudari en la guerra civil, y de ella dej¨® una memorable visi¨®n desde abajo recogida por Eugenio Ibarz¨¢bal en su biograf¨ªa. Condenado a muerte, pasar¨ªa seis a?os en diversos penales antes de ser indultado, pero s¨®lo para ser de nuevo detenido en 1946. A fines. de esa d¨¦cada compatibilizar¨¢ sus estudios de filolog¨ªa cl¨¢sica con la funci¨®n de secretario en la clandestinidad de Juan Ajuriaguerra, principal dirigente del PNY en el interior.Desde 1958 fue profesor de lengua y literatura vascas en Salamanca, y m¨¢s tarde catedr¨¢tico de ling¨¹¨ªstica indoeuropea en esa universidad. Seg¨²n acaba de recordar su viuda, Matilde Mart¨ªnez de llarduya, su amigo ¨ªntimo en esos a?os de Salamanca fue Francisco Tom¨¢s y Valiente: la ¨²ltima v¨ªctima de ETA.
?Es impertinente el comentario de Aznar? Lo ser¨ªa si los dirigentes del PNV no hubieran dado muestras reiteradas, en los ¨²ltimos tiempos, de supeditar su condici¨®n de dem¨®cratas a la de nacionalistas. Por ejemplo, votando en Estrasburgo contra la resoluci¨®n relativa a las extradiciones de etarras. O neg¨¢ndose a respaldar, por motivos de oportunidad pol¨ªtica, la detenci¨®n de Id¨ªgoras. El argumento ha sido que esa medida iba a dar votos a HB. Votos ?de qu¨¦ procedencia? No seguramente del electorado de Aznar. Arzalluz y Garaikoetxea piensan m¨¢s bien en votantes potenciales de sus propios partidos. Es decir, temen que sus seguidores puedan verse tentados a dar su apoyo al partido de Id¨ªgoras y Aoiz porque a los jefes de HB se les ha aplicado la ley. En tal caso, lo que esos dirigentes nacionalistas democr¨¢ticos tendr¨ªan que hacer es ilustrar a sus votantes sobre la incompatibilidad entre los principios democr¨¢ticos y la estrategia intimidatoria de ETA y su entorno pol¨ªtico; aclararles que no hay extremismo de los medios que no afecte a los fines y recordarles que, como dijo Ardanza en el Parlamento vasco en 1987, "no hay dos caminos que convergen en la misma meta; la meta, igual que los caminos, son diferentes".. O bien, como en otra ocasi¨®n opin¨® Arzalluz, que "si ellos triunfasen, nosotros ser¨ªamos balseros".
Pero no es esto lo que los dirigentes nacionalistas est¨¢n diciendo a los suyos, sino m¨¢s bien lo contrario: que el encarcelamiento de Id¨ªgoras "nos retrotrae a los tiempos del franquismo" (Anasagasti), y que la alternativa contenida en el v¨ªdeo por cuya difusi¨®n fue detenido -y que hab¨ªa sido expuesta por primera vez en el comunicado en que ETA asum¨ªa el intento de asesinato de Aznar- "sin la amenaza de la violencia, ser¨ªa asumible" (Egibar); y que trazar una frontera entre dem¨®cratas y violentos es una maniobra espa?olista para dividir a los nacionalistas y evitar que se visualice su mayor¨ªa.
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