Renovados riesgos
Que los resultados electorales no son los mejores para la formaci¨®n de expectativas sobre la econom¨ªa espa?ola es un hecho. El desenlace del pasado domingo ofrece un escenario en el que la incertidumbre vuelve a ser la protagonista, quedando abierta, cuando menos, una etapa (le interinidad cuya duraci¨®n es dif¨ªcil anticipar. Ser¨¢n los mercados financieros los que acusen en mayor medida esta ausencia de certeza: ese renovado aumento de riesgo, que empezar¨¢n a definir los activos financieros denominados en pesetas de forma tanto m¨¢s intensa cuanto m¨¢s expl¨ªcitas sean las dificultades del partido vencedor en las elecciones para garantizar una mayor¨ªa estable de Gobierno.Dos conjuntos de consideraciones son relevantes a este respecto, la presunci¨®n que acabe conform¨¢ndose sobre la capacidad del Partido Popular para articular alianzas estables con otros partidos pol¨ªticos susceptibles de facilitar esa gobernaci¨®n, y el horizonte temporal al que se referencian buena parte de las decisiones que adoptan los operadores financieros. Sobre la primera, no hay m¨¢s elementos de juicio que la valoraci¨®n que al PP le mereci¨® la experiencia llevada a cabo por el PSOE y CiU durante la pasada legislatura y un conjunto de indicios que no facilitan la r¨¢pida sinton¨ªa de aqu¨¦l con los principales partidos nacionalistas. La segunda consideraci¨®n a tener en cuenta nos remite a la demarcaci¨®n temporal de la legislatura que de hecho establece la fecha del 31 de diciembre de 15197, en la que la tasa de inflaci¨®n y el grado de aneamiento de las finanzas p¨²blicas habr¨¢n de validar el grado de aptitud de la econom¨ªa espa?ola para formar parte del grupo de pa¨ªses que habr¨¢n de acceder a la tercera y definitiva: Fase de la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria (UEM). Como hemos tenido ocasi¨®n de o¨ªr en repetidas ocasiones durante la campa?a electoral, cualquier atisbo de desconfianza adicional sobre la capacidad para garantizar la continuidad de esa convergencia se traducir¨ªa en una elevaci¨®n de la prima por riesgo sobre los t¨ªtulos de deuda p¨²blica denominados en pesetas, cuya carga por intereses constituye una de las principales partidas de ese gasto p¨²blico que es preciso reducir, y un serio obst¨¢culo a la continuidad de la mejora de las condiciones de financiaci¨®n de las empresas. As¨ª lo han debido entender los operadores en el mercado burs¨¢til y en el mercado de deuda p¨²blica espa?oles, a juzgar por los descensos en precio de ambos tipos de activos durante la jornada de ayer.
A diferencia de episodios anteriores de inestabilidad pol¨ªtica, la situaci¨®n actual presenta cuando menos un elemento de certeza: la asunci¨®n por una amplia mayor¨ªa de los partidos pol¨ªticos y de los agentes econ¨®micos y sociales de unas l¨ªneas de pol¨ªtica econ¨®mica que coinciden en ese objetivo de convergencia nominal de la econom¨ªa espa?ola. Pero no es ' menos cierto que no es posible identificar por el momento un Gobierno capaz de instrumentarlas durante los 20 meses que quedan hasta la fecha de referencia para esa evaluaci¨®n. Si estrecho habr¨ªa de ser el escrutinio que los mercados financieros iban a realizar de las primeras acciones del nuevo Gobierno, que se presum¨ªa saldr¨ªa de las elecciones, m¨¢s lo ser¨¢ de las posibilidades efectivas para su constituci¨®n en un plazo razonable por el partido que ha ganado las elecciones. En pocas ocasiones de forma tan expl¨ªcita como la actual la celeridad se convierte en una fuente de ahorro.
La econom¨ªa espa?ola vuelve a encontrarse presa de unas circunstancias pol¨ªticas adversas. Esa servidumbre encuentra en esta ocasi¨®n un paliativo nada desde?able en esa senda relativamente virtuosa que han definido sus fundamentos -inflaci¨®n, d¨¦ficit p¨²blico, d¨¦ficit exterior, desempleo- durante los ¨²ltimos tres a?os y, en todo caso, en una pol¨ªtica presupuestaria que, aun cuando sea manifiestamente mejorable, ha dejado como m¨¢s expl¨ªcito y parad¨®jico legado unos prorrogados presupuestos, tan inicialmente repudiados por la totalidad de los partidos de la oposici¨®n como ¨²tiles para transitar por la interinidad ahora creada.
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