A los pies de los leones
L¨®pez Garrido, Consuelo Ord¨®?ez y Labordeta se quedan sin esca?o
Los electores no han tenido la menor consideraci¨®n con las listas que inclu¨ªan nombres famosos, con m¨¦ritos o sin ellos para figurar en las candidaturas. O no han tenido el gancho que se les atribu¨ªa o los votos se rigen por la ley del caos. El caso es que la voluntad popular ha terminado por dejarles a los pies de los leones de los leones del Congreso. En la calle.Han quedado fuera algunos nombres por los que hubiera puesto la vida en el tablero m¨¢s de uno. Una de las ausencias m¨¢s destacadas es la de Diego L¨®pez ' Garrido, al que los periodistas parlamentarios dieron el premio al diputado m¨¢s trabajador de la legisla tura.
Lo s problemas de Diego L¨®pez Garrido empezaron ya en la confecci¨®n de las candidaturas. Sometido al juicio implacable de las bases, no consigui¨® situarse m¨¢s que en un imposible s¨¦ptimo puesto. Bien es verdad que las bases estuvieron asistidas por la inspiraci¨®n de un PCE que, incluso por carta, recomend¨® que no se le eligiera. Las bases siguieron las recomendaciones y le han dejado fuera del Parlamento.
Le ha echado ganas y ¨¢nimos. Y hay que anotarle en su haber que ha hecho una campa?a como si fuera a ganar, aunque ¨ªntimamente estuviera convencido de que no conseguir¨ªa el acta de diputado.
Consuelo Ord¨®?ez, hermana de Gregorio Ord¨®?ez, asesinado por ETA, s¨®lo ha conseguido el respaldo del 14,6% del electorado guipuzcoano a las listas al Senado. No gan¨® la plaza, aunque su figura haya quedado en, la retina de millones de espa?oles.
Y en otros casos se ha trabajado para el ingl¨¦s. Es lo que ha pasado con el cantautor Jos¨¦ Antonio Labordeta. Ha ido en la candidatura al Congreso por la Chunta Aragonesista por Zaragoza (43.400 votos) y no ha conseguido el esca?o, pero ha confirmado las peores previsiones de las filas de la IU ma?a. Labordeta ha hecho perder su ¨²nico esca?o a IU (54.832 votos).
Todo desastre deja una ense?anza. Y una. raz¨®n para la humildad. ?Sabe alguien lo que ser¨¢ de un diputado sin el amparo de unas siglas? Lo sabe ahora, por ejemplo, el tr¨¢nsfuga Emilio Gom¨¢riz, art¨ªfice del acceso de Jos¨¦ Marco 1 Gobierno aragon¨¦s. Ni coro ni perezoso decidi¨® presentarse por su cuenta y riesgo, a echo descubierto. Un desastre. Porque resulta que la confianza en ¨¦l no ha pasado de los 246 votantes, contando a familiares, amigos y allegados. Ni las actrices han tenido tir¨®n. Los electores de Madrid han tenido pocos miramientos con la actriz ?gueda Isabel Ruiz de la Prada Sentmenat, hermana de la dise?adora ?gata, que aspiraba a sentarse en el Senado por Los Verdes-Grupo Verdes. Nada. Logr¨® 17.177 votos.
Y la derecha m¨¢s ultra tampoco vende demasiado. Al final, sus apoyos no llegan ni a los dos millares. Son los votos que ha logrado Ricardo S¨¢enz de Ynestrillas y su Alianza por la Unidad Nacional. Para ser exactos, obtuvo 1.992 votos.
Algunos han perdido por poco. Por un pu?ado de votos. La secretaria de Estado de Asuntos Penitenciarios, Paz Fern¨¢ndez Felgueroso, por ejemplo, que se presentaba en las listas de? PSOE por Asturias, ha visto c¨®mo se quedaba sin esca?o en el Senado por mil votos arriba o abajo.
Nombres famosos en otras legislaturas ni siquiera aparecen en ¨¦stas. Jos¨¦ Mar¨ªa Mohedano, que tuvo que abandonar el cargo de secretario del Grupo Socialista por un Jaguar de propiedad dudosa, es uno de ellos. Y lo mismo le ha pasado a Manuel de la Rocha, tambi¨¦n del PSOE.
Los, que. se quedan fuera, por voluntad propia imposici¨®n ajena, abordan ahora un futuro cuando menos incierto. No es f¨¢cil adaptarse a una nueva vida, sobre todo cuando durante largos a?os han tenido su profesi¨®n en la pol¨ªtica. Como dec¨ªa un diputado: "Yo ten¨ªa un bufete con otro socio en provincias y me funcionaba bien. Era incluso feliz en mi matrimonio. Me dej¨¦ liar. Acept¨¦ venir al Parlamento. S¨®lo una vez intervine en el pleno, y en mi casa ni me vieron. Al cabo del tiempo, mi mujer termin¨® por cansarse y yo me li¨¦ con una chica de Madrid. El bufete empez¨® a ir fatal. Y ahora me encuentro sin mujer, sin bufete y sin esca?o. Lo de seguir en la pol¨ªtica, para m¨ª, era ya simple cuesti¨®n de supervivencia, vamos". Pues ni eso.
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