Anguita impone el mantenimiento de la pol¨ªtica de IU y amenaza con marcharse si se cambia
No habr¨¢ ni el m¨¢s m¨ªnimo cambio en el discurso pol¨ªtico de Izquierda Unida (IU). Ni un ¨¢pice. Y si lo hubiera, Julio Anguita abandonar¨ªa su cargo. En esa persistencia pol¨ªtica se incluye mantener con los socialistas la situaci¨®n que ha dado al PP ayuntamientos y comunidades. La reuni¨®n de la Presidencia Federal, celebrada el pasado martes hasta altas horas de la noche, finaliz¨® sin que las cr¨ªticas consiguieran ahogar los an¨¢lisis positivos. No se exigir¨¢n responsabilidades personales, pero Anguita anunci¨® que "habr¨¢ una reestructuraci¨®n de funciones" en la Presidencia.
Nada cambia. Y, como mucho, los cambios son como los que presagiaba el pr¨ªncipe de Salinas: para que todo siga igual. En IU todo seguir¨¢ igual. Y Julio Anguita ha salido reforzado tras lo que, seg¨²n la coalici¨®n, ha sido "un avance t¨ªmido e insatisfactorio". Pero insatisfactorio por las propias expectativas, no por otra cosa. Y, en todo caso, por causas ajenas a la voluntad de IU.La nota que ha aprobado la Presidencia y que ser¨¢ sometida al Consejo Pol¨ªtico del pr¨®ximo d¨ªa 16 es todo, menos poco clara. La autocr¨ªtica que en ella se contiene es m¨ªnima. Alg¨²n problema de organizaci¨®n y, tal vez, reconocimiento de que la dureza del discurso puede haber asustado a los electores. Ya es algo. SI IU no ha crecido m¨¢s ha sido por el bipartidismo, la ley D'Hont y la fuerza publicitaria de otros.
Pero lo importante es que de 34 votos, 26 aprobaron las tesis, 6 las rechazaron y se registraron 2 abstenciones. Paseo triunfal. En definitiva, se aprueba mantener el discurso pol¨ªtico y de la estrategia seguida hasta ahora. Y, por si fuera poco, se valora el trabajo de la coalici¨®n.
Las cr¨ªticas de Nueva Izquierda se diluyeron como azucarillos. Aunque Diego L¨®pez Garrido hiciera ayer una cr¨ªtica feroz en la que no faltaron expresiones como "desastre sin paliativos, fracaso, estancamiento", o apelara a la necesidad de un cambio de rumbo. Y dijera que "los votos castigan a los partidos y a sus dirigentes. Y a nosotros nos han castigado. Nos han dicho que tenemos que cambiar".
No es ¨¦sa la idea de Anguita. Los electores, en el esquema del coordinador general, le han dicho que adelante con su programa. Y se lo han dicho, adem¨¢s, 2.700.000 votantes. M¨¢s que en otros comicios. En consecuencia, argumenta Anguita: "Nuestra pol¨ªtica debe ser fiel a quienes nos han votado y no a quienes han votado a otros".
?Y qu¨¦ significa eso? Significa que se va a mantener la estrategia de IU. Pactos, en cada momento y sobre temas concretos, independientemente de la ideolog¨ªa del contrario. Y significa que, por ejemplo, no se va a modificar para nada la postura que en ayuntamientos y autonom¨ªas mantiene la coalici¨®n en las formaciones de Gobierno. Anguita lanz¨® ayer una advertencia: "Desde la presidencia no se va a impulsar ninguna operaci¨®n para establecer alianzas que quiten a la derecha los ayuntamientos y Gobiernos aut¨®nomos que hoy tienen. Eso se decidi¨® en cada ¨¢mbito y en cada ¨¢mbito tendr¨¢ que decidirse".
Y, por si no hubiera quedado claro: "Que abandonen toda esperanza. Lo advierto. Olvidarlo son ganas de perder el tiempo, la salud y el dinero. Esto se llama un aviso", recalc¨®. El aviso ten¨ªa, por lo menos, dos destinatarios: los propios socialistas y Antonio Romero, concejal de M¨¢laga, que el d¨ªa antes hab¨ªa defendido un acercamiento a los socialistas para recuperar gobiernos municipales -entre otros el de M¨¢laga- en manos del PP.
Nadie pidi¨® responsabilidades ni cabezas en la presidencia. Pero algo habr¨¢. Anguita advirti¨® que para corregir errores se dar¨¢ "un cambio de funciones en IU, pero no de funcionarios". "Me refiero a dirigentes", aclar¨®.
Nueva Izquierda conjug¨® como pudo la dureza de sus cr¨ªticas con evitar las referencias personales. Pero Anguita lleg¨® a animar a L¨®pez Garrido a buscar apoyos a favor de sus tesis y que diera un paso m¨¢s. A ¨¦l no le importaba. "Yo me puedo ir por dos razones, porque me echen o porque me vaya. Me ir¨¦ cuando se toque esta pol¨ªtica. Y tocar esta pol¨ªtica es tocarme a m¨ª".
?Y si se produce alg¨²n desarraigo en IU como consecuencia de este debate? "No me preocupa ni una micra. Soy senequista. Y S¨¦neca, incluso, me parece nervioso".
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