El mercado laboral espa?ol castiga a la mujer con salarios m¨¢s bajos y puestos peores
Falta medio siglo para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres, seg¨²n la OIT
Los casos relatados por trabajadoras espa?olas exponen la crudeza del panorama que todav¨ªa hoy persiste en el mundo laboral para la mujer. Ya que a igual puesto de trabajo hay que cobrar lo mismo, muchos patronos resuelven el asunto contratando a las mujeres para los peores puestos, lo que dificulta las denuncias ante los tribunales. Las espa?olas ganan alrededor de un 30% menos que sus colegas, un porcentaje similar, al del resto de Europa, pero la inestabilidad del mercado laboral espa?ol y su alta tasa de desempleo (la mayor de la Uni¨®n Europea) pone las cosas m¨¢s dif¨ªciles.Ellas recogen las fresas; ellos las cargan en el cami¨®n. Ellas limpian las habitaciones del hotel; ellos sirven las comidas. Ellas empaquetan las galletas; ellos observan los puntos de cocci¨®n. Ellas y ellos suelen trabajar codo con codo, pero ellos siempre est¨¢n mejor remunerados y ellas constatan cada d¨ªa que quiz¨¢ son v¨ªctimas de una discriminaci¨®n dif¨ªcil de demostrar.
Tan dif¨ªcil, que las que empaquetan las galletas en Fontaneda perdieron el caso ante el Tribunal Constitucional, y eso a pesar de que la sentencia reconoc¨ªa que las diferencias entre ambos trabajos son m¨ªnimos y que, sin duda, "el sistema de adscripci¨®n departamental del personal responde a una divisi¨®n de trabajo basada en el sexo, que no tiene su origen en el convenio colectivo, sino en una inveterada pr¨¢ctica de adscripci¨®n del personal masculino o femenino preferentemente a alguno de los dos departamentos objeto de la comparaci¨®n". Pero se perdi¨® el caso, porque la cuesti¨®n litigiosa se refer¨ªa s¨®lo a la diferencia salarial en un mismo departamento. As¨ª que s¨®lo las cuatro mujeres que trabajaban en el departamento masculino -y que, a¨²n as¨ª cobraban menos que ellos- vieron atendida su demanda.
Tambi¨¦n las planchadoras de Induyco perdieron el caso, aunque ellas insisten en que todos hacen exactamente lo mismo: planchar. "Pero es que dicen que nuestros compa?eros eran antes sastres y llegaron con un sueldo superior", dice Felisa Nevado, enlace sindical en la empresa.
A¨²n as¨ª, las planchadoras de Induyco, son una privilegiadas en t¨¦rminos relativos. La empresa ha visto reducida su fuerza laboral en veinte a?os desde los 7.000 trabajadores a los 2.900. "En el sector textil tenemos mucha econom¨ªa sumergida en la que cientos de mujeres cosen y planchan por la mitad de precio que nosotras", dice Nevado.
Casi dos millones de mujeres se han incorporado a la vida activa en el ¨²ltimo decenio (V¨¦ase EL PA?S de ayer), pero no todas consiguen un empleo. La tasa de paro femenino, situada en el 30,4%) es casi doble que la masculina (17,9%). En t¨¦rminos absolutos los parados registrados espa?oles es una legi¨®n formada por 1,7 millones de hombres y 1,8 millones de mujeres. Nuestra alta tasa de desempleo, la mayor de Europa, es la principal culpable de que las espa?olas est¨¦n en peor situaci¨®n. Seg¨²n el ¨²ltimo informe de la ONU sobre desarrollo humano, Espa?a es el 9? pa¨ªs donde mejor se vive del mundo, pero el ¨ªndice de desarrollo de la mujer sit¨²a a este pa¨ªs en el 34? lugar de la lista.
Pese a la dificultades, las mujeres han ganado ya muchos casos ante los tribunales. Ganaron las mujeres de la firma Puig, y las limpiadoras del Hospital Gregorio Mara?¨®n, cuyo compa?eros ganaban m¨¢s aunque se dedicaran a lo mismo; y las de Catelsa, una empresa guipuzcoana de fabricaci¨®n de piezas de caucho donde los hombres tambi¨¦n cobraban m¨¢s.
La Organizaci¨®n Internacional del Trabajo public¨® ayer uno de sus datos m¨¢s escalofriantes: las mujeres tardar¨¢n 475 a?os en conseguir la igualdad laboral. La OIT se olvid¨® de actualizar este dato, que es del a?o pasado. En realidad, ya s¨®lo quedan 474.
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