Dos presidentes y un destino
El mat¨®n del barrio ha encontrado la horma de su zapato. Otro echado palante, que nunca se calla, bien dotado para el insulto y que tiene adem¨¢s a su favor el representar a un club modesto frente a la maquinaria de billetes de Jes¨²s Gil. Lo asombroso es que Caneda y Gil no hubiesen chocado antes. Hasta el ¨²ltimo aficionado santiagu¨¦s se lo maliciaba ya cuando el Compostela subi¨® a Primera y su presidente, se hizo un nombre en la Liga de f¨²tbol Profesional (LFP). Mientras sus respectivos negocios no entraron en colisi¨®n, se tiraban flores y Gil incluso estuvo a punto de colocarle a Caneda a principios de temporada al colombiano Adolfo El Tren Valencia. Pero al fin ocurri¨® lo que ten¨ªa que ocurrir.Como Gil, Jos¨¦ Mar¨ªa Caneda, de 49 anos, es autoritario e intemperante. Una vez se le rebelaron los jugadores porque le deb¨ªa unas primas atrasadas y su respuesta fue demoledora: "Que se vayan a tomar por el culo". En el verano, media Espa?a pudo verlo en la famosa asamblea de la LFP llam¨¢ndole "capullo" al secretario de Estado para el Deporte, Rafael Cort¨¦s Elvira. Contra la opini¨®n de la inmensa mayor¨ªa de los aficionados, a principios de esta temporada prescindi¨®, por razones personales, de Fernando Santos, el entrenador que hab¨ªa ascendido al equipo desde Tercera. En su lugar llam¨® a un entonces desconocido Fernando V¨¢zquez, que para regocijo de Caneda se ha convertido en la revelaci¨®n del a?o en los banquillos.
Pero hay otras muchas cosas que separan al presidente del Compostela del alcalde de Marbella. No es arrogante como Gil y a veces muestra en p¨²blico un coraz¨®n sensible, que a punto estuvo de fallarle en. el partido final de la Liga pasada, cuando su equipo logr¨® la permanencia. Caneda tampoco tira el dinero porque no lo tiene. Frente a la prepotencia de nuevo rico de Gil, su colega gallego es un modesto industrial -posee un peque?o taller- cuyos ingresos completa con el sueldo que recibe del Ayuntamiento, accionista mayoritario del club. Eso s¨ª, Caneda no se pliega ni ante su jefe: casi con la misma periodicidad con que arremete contra la "mafia del f¨²tbol" dedica alguna pulla a los propietarios de la sociedad.
En Santiago, el f¨²tbol siempre hab¨ªa estado en manos de gente bien, como m¨¦dicos de lustre o cualquier otro prohombre local. Y el Compostela siempre fue una ruina. Con su lenguaje tosco y sus modales rudos, lleg¨® hace ocho a?os Caneda, atleta en su juventud y veterano directivo del f¨²tbol modesto. El club estaba a punto de desaparecer y en s¨®lo tres temporadas logr¨® ascender a Segunda Divisi¨®n por primera vez en la historia. Caneda habl¨® entonces de subir a Primera y la gente dijo que estaba loco. Se logr¨® tres a?os despu¨¦s y Caneda empez¨® a so?ar con la UEFA. Otra locura. Ahora es tercero en la Liga.
El combate de Madrid tambi¨¦n ha hecho famoso al gerente del Compostela, Jos¨¦ Gonz¨¢lez Fidalgo, un personaje hasta ahora an¨®nimo fuera de los c¨ªrculos locales. Antiguo intermediario de futbolistas, Caneda lo contrat¨® hace cinco a?os. A pesar de su protagonismo en la reyerta, cuentan que normalmente es Fidalgo qui¨¦n aplaca a Caneda. Dif¨ªcil trabajo.
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