Los platos rotos de Santa Clara
Cinco a?os de especulaci¨®n financiera con el Grupo de Empresas Alvarez
En octubre de 1991, Estudesa, una sociedad constituida en Valencia por los hermanos Mariano y Francisco Jim¨¦nez Ambel y el sindicalista de UGT Vicente Mata, obten¨ªa del INI la propiedad de las cinco factor¨ªas que integran el Grupo de Empresas ?lvarez (GEA) por el precio simb¨®lico de 100 millones de pesetas. El INI hab¨ªa gastado 12.500 millones en dejarlas a punto. Desde entonces, menos de cinco a?os, el grupo cer¨¢mico vigu¨¦s ha acumula do un pasivo de 12.000 millones. Otro financiero valenciano, Enrique Tatay Huici, lo acaba de comprar por 203 millones sin limpiar la monta?a de platos rotos que ensombrece la gesti¨®n del grupo y sus mismas expectativas de futuro.El desarrollo d¨¦ GEA discurre en paralelo al franquismo. Naci¨® en 1939 en el centro de Vigo como una empresa familiar. Mois¨¦s ?lvarez O'Farril, hijo del fundador, la convirti¨® en un emporio: el primer grupo ce r¨¢mico espa?ol, 5.000 millones de pesetas (de las de entonces) de facturaci¨®n, m¨¢s de 5.000 empleados. La porcelana de la F¨¢brica Santa Clara se utiliza en mesas de lujo y post¨ªn -los duques de Lugo recibieron una va jilla completa con esa marca como regalo de boda- y tampoco les falta mercado a los pro ductos de las otras f¨¢bricas: Va nosa (vidrio), Pontesa (loza), Mohasa (loza para hosteler¨ªa) y Royal China (vitrocer¨¢mica). Es lo que qued¨® del emporio familiar. Los herederos de Mois¨¦s Al varez lo llevaron a la ruina y en 1975, dentro de aquella genuina pol¨ªtica de socializar p¨¦rdidas, el INI se hizo cargo de GEA.
Dos millares de despidos
Initec a trav¨¦s del cual actu¨® el INI, gast¨® 12.500 millones en un plan'de saneamiento que incluy¨® el despido de los dos tercios de la plantilla, (hasta quedar en el actual millar de empleados) y una dotaci¨®n de hornos de tecnolog¨ªa puntera. Dej¨® un saldo de 1.077 millones de pesetas en el Banco Exterior de Espa?a (BEIX) y no lleg¨® a poner en pr¨¢ctica el plan de viabilidad que dise?¨® porque antes, con muchas prisas, GEA fue vendido a Estudesa.Elstudesa s¨®lo merec¨ªa la confianza del INI. El BEX le hab¨ªa denegado un cr¨¦dito de 50 millones meses antes de hacerse con GEA. Los socios valencianos ven¨ªan demostrando una extraordinaria capacidad, o rapacidad, para hacerse con empresas del imperio Rumasa que luego han revendido a terceros o se han perdido en la quiebra. Los 100 millones de pesetas que pagaron en 1991 por GEA, entregado por el INI en las condiciones mencionadas, no fue ganga, sino regalo.
Una semana despu¨¦s de fomalizarse la venta, GEA libr¨® tres talones por 100 millones de pesetas para Pickman, SA, constituida por los mismos socios de Estudesa, que a su vez se ha hecho pagar cantidades millonarias por la gesti¨®n del grupo. Vicente Mata fue inicialmente el hombre de Estudesa destacado en Vigo, hasta que, al cabo de un a?o, abandon¨® el barco cer¨¢mico por presuntas diferencias con sus socios y con una indemnizaci¨®n de 300 millones de pesetas.
El impago de salarios, con el traj¨ªn financiero y los vac¨ªos de gesti¨®n que detectan los sindicatos, desatan la movilizaci¨®n laboral en 1994 para emplazar a la Xunta a que intervenga, aclare la situaci¨®n y arbitre el futuro de GEA. No en vano constituye una pieza importante para el debilitado tejido, industrial gallego y decisiva para Vigo, donde es la empresa con m¨¢s empleo, despu¨¦s de Citro?n. Enrique Tatay Huici, presidente de la Asociaci¨®n de J¨®venes Empresarios de Valencia, ni siquiera era accionista del grupo. Pero una sociedad suya, Plusvalores, pose¨ªa una opci¨®n de compra sobre GEA en pago de un pr¨¦stamo de 800 millones de pesetas que hab¨ªa realizado a Estudesa y gracias al cual Enrique Tatay pudo hacerse con otra empresa cer¨¢mica, La Cartuja de Sevilla, que fuera de Rumasa y que Estudesa adquiri¨® en el proceso de reprivatizaciones.
Las negociaciones que arbitra la Xunta, presidida por Manuel Fraga, para salvar GEA dan entrada a la representaci¨®n empresarial bic¨¦fala (Estudesa y Plusvalores), al comit¨¦ de empresa, al instituto de Cr¨¦dito Oficial (ICO) y al Ayuntamiento de Vigo. Para todos est¨¢ claro que los problemas de GEA son puramente de gesti¨®n, que el grupo cuenta con una dotaci¨®n tecnol¨®gica adecuada y que hay mercado para sus productos, pero el futuro del grupo pasa por su patrimonio inmobiliario.
El traslado de tres factor¨ªas (Vanosa, Santa Clara y Royal China, 130.000 metros cuadrados) podr¨¢ reportar entre 4.000 y 5.000 millones de pesetas, Previa recalificaci¨®n del suelo. GEA necesita 2.500 millones, pero los avales, con la garant¨ªa de ese patrimonio inmobiliario, no ac¨¢ban de aparecer. A la Xunta se los ha paralizado la Comisi¨®n Europea, despu¨¦s de otras dilaciones. Enrique Tatay busca un cr¨¦dito puente, proyecta segregar y Yender cada una de las f¨¢bricas del grupo y pone el l¨ªmite de su resistencia en cuatro meses.
GEA tiene una plantilla que se considera sobredimensionada, 1.205 empleados. Factura 2.300 millones al a?o y pierde unos 1.700 ' El grupo, seg¨²n Enrique Tatay, est¨¢ capacitado para facturar 5.000 millones anuales. Ahora acumula un pasivo- de 12.000 millones en n¨²meros redondos: 3.200 millones por deudas a la Seguridad Social; 1.200, con Hacienda; 1.070, de salarios; 1.600, con bancos; 400, con proveedores, y 3.800 millones, a largo plazo, con el Instituto de. Inversiones y Ahorro Energ¨¦tico por la instalaci¨®n de los hornos en la etapa del INI.
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